El estrés es una respuesta natural y adaptativa ante situaciones adversas o desafiantes. Sin embargo, cuando estas respuestas son intensas y repentinas, pueden tener efectos profundos en nuestras capacidades emocionales y cognitivas. Un estudio publicado en la revista Neuroscience and Biobehavioral Reviews se dedicó a explorar cómo el estrés agudo puede influir en la empatía, un componente fundamental de nuestra experiencia social y emocional. Siguiendo esta línea, ¿Qué sucede cuando estamos bajo estrés agudo? ¿Nuestra capacidad para conectar emocionalmente con los demás se ve comprometida?

Estrés agudo y empatía: Dos conceptos clave

El estrés agudo es una respuesta temporal y rápida del cuerpo ante una amenaza percibida. Este tipo de respuesta, activa el sistema nervioso simpático y el eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA), lo que resulta en la liberación de catecolaminas y cortisol, respectivamente. Estos cambios fisiológicos preparan al organismo para enfrentar el peligro, mejorando la atención y promoviendo respuestas rápidas. Sin embargo, este enfoque casi total en la supuesta amenaza puede tener un costo, como de disminución de la flexibilidad cognitiva.

Estrés y empatía

Por otra parte, la empatía consiste en la capacidad de comprender y compartir las emociones de los demás. La misma puede dividirse en dos categorías: empatía afectiva (EA), que es la capacidad de compartir una experiencia emocional (sentir lo que el otro siente), y empatía cognitiva (EC), que es la aptitud racional para reconocer y comprender las emociones ajenas.

La empatía en el cerebro

Estas dos subdivisiones están relacionados con diferentes procesos y áreas cerebrales. Por un lado, la EA tiende a implicar regiones cerebrales asociadas con la resonancia emocional, como el sistema límbico y la amígdala. En contraste, la EC se asocia con regiones cerebrales relacionadas con la toma de perspectiva, como la corteza prefrontal dorsolateral y la unión temporoparietal. Además, varios estudios sugieren que la EA puede ser más automática, mientras que la EC puede requerir un esfuerzo más deliberado.

Explorando la relación entre estrés y empatía

El presente estudio consistió en una revisión sistemática para examinar los efectos del estrés agudo en la EA y la EC. El diseño de la investigación involucró la exposición de los participantes a tareas que produjeran el estado a estudiar, como el Test de Estrés Social de Trier (The Trier Social Stress Test, TSST, en inglés), para posteriormente, evaluar sus respuestas empáticas a diferentes estímulos emocionales. Se midieron tanto las respuestas fisiológicas como las psicológicas para evaluar el contagio del estrés (la transferencia de este estado de una persona a otra) y la capacidad de los participantes para reconocer y compartir las emociones de los demás.

Resultados: El estrés y la empatía afectiva

Los hallazgos del estudio revelaron una imagen compleja y matizada de la relación entre esta respuesta adaptativa y la empatía. En términos de EA, existe una considerable evidencia de que el estrés agudo puede facilitar el contagio del estrés. Más precisamente, el artículo de referencia reveló que observar a personas en situaciones de tensión y preocupación puede provocar una respuesta de la misma índole en el observador, sugiriendo que las emociones pueden ser contagiosas. En relación a esto, el contagio emocional parece ser más probable e intenso entre personas que tienen una relación cercana, en comparación con extraños.

Empatía

Además, los hallazgos indican que al aumentar el estrés, las personas pueden cambiar de una perspectiva alocéntrica, donde experimentan lo que otro está experimentando, a una perspectiva más egocéntrica, donde sus propias experiencias tienen prioridad. Este cambio puede verse influenciado por factores contextuales y personales, como la relación con la persona observada y el entorno.

¿Y qué hay de la empatía cognitiva?

En cuanto a la EC, los resultados son bastante menos concluyentes. La mayoría de las investigaciones no encontraron efectos claros en medidas simples de reconocimiento emocional al evaluar esta respuesta natural a la amenaza. Sin embargo, estudios que utilizaron tareas más complejas encontraron que los factores estresantes podrían afectar la EC de manera diferente en hombres y mujeres. Esto sugiere que las diferencias de género podrían jugar un papel importante en cómo se experimenta y se responde a este tipo de estimulación.

En este sentido, los investigadores señalan que esta sensación de tensión mental puede aumentar la precisión empática en los hombres, mientras que en las mujeres, puede disminuirla. Este contraste puede deberse a variaciones biológicas en la respuesta hormonal al cortisol. También pueden influir las diferencias socioculturales en la manera en que hombres y mujeres son socializados para manejar los estados emocionales.

Implicaciones de los hallazgos

De este modo, los hallazgos sugieren que el estrés agudo tendría efectos tanto facilitadores como inhibidores en la empatía, dependiendo del contexto y de las características individuales de cada persona. A su vez, el contagio del estrés indica que, en algunas circunstancias, dicho estado de preocupación y agobio puede aumentar la sensibilidad emocional, mientras que en otras puede promover una respuesta más centrada en uno mismo, dificultando la capacidad de empatizar con los demás. Esta dualidad en la respuesta a los factores estresantes subraya la importancia de considerar la multiplicidad de variables que pueden incidir en este vínculo.

Algunas limitaciones a considerar

Estrés

Sin embargo, es necesario tener en cuenta las siguientes limitaciones que presentó esta revisión sistemática. Una de las más destacables, es el reducido tamaño de la muestra en algunos estudios revisados. En segundo lugar, la variabilidad en los diseños de los estudios y la falta de estandarización en las medidas de estrés y empatía utilizadas pueden haber dificultado la comparación directa de los resultados.

Por último, la influencia de factores contextuales específicos en la respuesta al estrés y la empatía también puede haber limitado la generalización de los hallazgos a diferentes situaciones o poblaciones. En definitiva, en conjunto, todos estos factores podrían haber tenido un impacto en la generalización de los resultados.

Conclusión

El estudio destaca cómo el estrés agudo, una respuesta adaptativa que activa las reacciones de lucha o huida, también influye notablemente en nuestra capacidad empática y en cómo procesamos la información social. Entender cómo funciona esta relación podría ser un componente crucial para trabajar la conexión con nuestras emociones, así como la manera que tenemos de relacionarnos con los demás.

Asimismo, esta idea acarrea una cuestión interesante de explorar: ¿Cómo podemos utilizar este conocimiento para mejorar nuestras relaciones y resolver conflictos de manera más efectiva? Con suerte, investigaciones futuras se encargarán de brindarnos una respuesta que nos permita gestionar esta relación entre estrés y la empatía. Para aprender más sobre el impacto biológico, cognitivo y emocional que tiene esta respuesta del cuerpo a nivel cerebral, si te invitamos a nuestro curso sobre estrés y cerebro.

Referencia bibliográfica

  • Nitschke, J. P. y Bartz, J. A. (2023). The association between acute stress & empathy: A systematic literature review. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 144, Article 105003. Doi: 10.1016/j.neubiorev.2022.105003