El cambio climático se posiciona como uno de los mayores desafíos globales actuales, con efectos devastadores tanto en el medio ambiente como en la salud de las personas. A medida que las temperaturas globales aumentan, los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes y severos. Al mismo tiempo, un aspecto que a menudo pasa desapercibido es el impacto significativo que estos cambios tienen en la salud mental. En este sentido, surge un nuevo estudio en 2023 que busca analizar dicha relación y cómo interactúan las variables género y cambio climático entre sí. En esta nota, ahondaremos en los resultados de dicha investigación acerca de la crisis climática y su repercusión en la salud mental.

¿Qué es el cambio climático?

Este fenómeno se define como un complejo proceso que provoca alteraciones significativas a raíz del aumento de la temperatura promedio global. Tales alteraciones incluyen el incremento del nivel del mar, sequías prolongadas, la disminución de los glaciares y mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos devastadores.

Salud mental y cambio climático. Género y cambio climático.

En este sentido, el cambio climático representa un desafío global que impacta en la seguridad alimentaria, la infraestructura y la calidad de vida de las personas. Recientemente, a pesar de haber sido recibido con gran escepticismo en el pasado, el tópico ha ganado mayor relevancia en virtud de sus efectos cada vez más evidentes y los riesgos que implica para la población mundial.

Alerta: El mundo está en peligro

Expertos en el área sostienen que el planeta estará en un grave peligro cuando la temperatura alcance un aumento anual de 1,5 °C. Lo anterior, podria traer una multiplicidad de consecuencias. Por ejemplo, el aumento de forma significativa de la probabilidad de nubes y, con esto, precipitaciones intensas en diferentes y extensas regiones. De este modo, las inundaciones pasarán a convertirse en un problema grave para el ecosistema y la vida humana.

En relación a esto, el 2021 se convirtió en el séptimo año consecutivo en superar la temperatura a nivel mundial en más de 1 °C con respecto a los niveles preindustriales, acercándose al 1,11 °C. Este aumento en la temperatura mundial representa una grave amenaza para la población actual y futura. Si bien algunos de los peligros asociados a dicho fenómeno podrían ser reversibles, el riesgo es inminente.

Nuestra salud mental está en riesgo

El cambio climático impacta significativamente la salud mental de las personas, tanto de forma directa como indirecta. En primer lugar, las autoras del estudio destacan a aquellos individuos que han estado expuestos a desastres naturales, tales como terremotos o incendios forestales. De esta forma, los diversos actores implicados podrían manifestar síntomas de ansiedad y malestar emocional al revivir o enfrentarse a eventos climáticos extremos, o presentar secuelas más graves, como por ejemplo el trastorno por estrés postraumático (TEPT).

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Por otro lado, de manera indirecta, el cambio climático puede influir en la salud mental a través de factores sociales, políticos y económicos que condicionan el acceso a servicios de salud mental. Dentro de ellos se encuentran el desempleo, la pobreza, la calidad de la vivienda, entre otros. Así, este fenómeno afecta el bienestar emocional de las personas, especialmente a quienes hacen frente a adversidades climáticas.

En último lugar, la crisis climática genera una gran incertidumbre a nivel global. Sus efectos se perciben como eventos de gran alcance que plantean la interrogante: ¿En qué mundo estamos viviendo? Las autoras enmarcan esta incertidumbre dentro de un concepto llamado ecoansiedad.

Pero, ¿qué es la ecoansiedad?

Dicho término se refiere a un tipo de ansiedad o malestar emocional causado por la preocupación y el temor excesivos en relación con la crisis ambiental. Las personas que experimentan ecoansiedad pueden sentirse abrumadas por la magnitud de los problemas ambientales, la degradación del medio ambiente y las consecuencias para el planeta y la vida humana.

Además, es importante mencionar que puede manifestarse de diversas maneras, desde una preocupación constante hasta sentimientos de impotencia, tristeza, frustración, culpa o miedo. En este sentido, es crucial reconocerla y abordarla con el objetivo de promover la salud mental y el bienestar de las personas en el contexto actual.

¿Tiene el género algo que ver con esto?

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Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2017), históricamente, las mujeres han desempeñado un papel fundamental como “guardianas de la biodiversidad”. Sus conocimientos les permiten ofrecer soluciones sostenibles para hacer frente al cambio climático. Sin embargo, el sistema patriarcal ha tendido a ignorar y excluir estos conocimientos, especialmente los de mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes. Dicha exclusión se ve reflejada en la división desigual de roles, responsabilidades, trabajo y acceso a recursos entre hombres y mujeres.

En relación a esto, la teoría de género permite explicar cómo las diferencias de jerarquía han excluido a las mujeres de ocupar posiciones de poder y su participación en la toma de decisiones, generando una prevalencia masculina en estos sectores. Así, las autoras consideran necesario impulsar la perspectiva de género en el abordaje de las disidencias sexuales al mismo tiempo que se afronta y discute el tema del cambio climático como factor de riesgo para la salud.

Tomemos acción

Ambas investigadoras están de acuerdo en que es fundamental reconocer y valorar los conocimientos y experiencias de las mujeres en lo que refiere a la gestión y conservación de los recursos naturales, con el objetivo de abordar de manera efectiva los desafíos del cambio climático y promover así la equidad de género en este contexto. Siguiendo con esta misma línea, Fonseca y Quintero Soto (2012) agregan que tanto la dominación masculina como la construcción cultural del desarrollo económico han influido en la subjetividad de las mujeres, relegando sus aportaciones culturales y sociales. En este sentido, resulta fundamental tratar esta temática desde una  perspectiva integral, con una perspectiva de género tenida en cuenta en la implementación de políticas públicas sobre cambio climático y salud mental. 

Cambio climático, género y salud mental

En conclusión, el cambio climático no solo representa uno de los mayores desafíos globales en la actualidad, sino que mantiene un impacto significativo en la salud mental. Tanto la ecoansiedad como otros cuadros, afectan a individuos de todas las edades y géneros, provocando gran malestar emocional. De igual modo, es importante reconocer el papel de género en este contexto, abordando las desigualdades entre hombres y mujeres y valorando los conocimientos y experiencias de estas últimas en la gestión del cambio climático.

Por último, dentro de las acciones emprendidas a nivel mundial para contrarrestar este fenómeno, se destaca el Acuerdo de París. El mismo busca limitar el calentamiento global y promover un clima neutro para el 2050, mostrando un compromiso colectivo para abordar este problema urgente.

Referencia bibliográfica

  • CEPAL. (2017). Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030 (LC/CRM.13/5). CEPAL.
  • Fonseca, C. y Quintero Soto, M. L. (2012). La teoría del género y el desarrollo sustentable. En C. Fonseca y M. L. Quintero Soto, Temas selectos de género y desarrollo sustentable 9-29. Porrúa.
  • Márquez-Jiménez, G. M. y Padilla-Loredo, S. (2023). Cambio climático, género y salud mental: una revisión sistemática basada en el método PRISMA. Revista Investigium IRE Ciencias Sociales Y Humanas14(1), 25-40. https://doi.org/10.15658/INVESTIGIUMIRE.231401.03