En una era donde la depresión se ha convertido en un tema central de la salud mental, encontrar formas innovadoras y efectivas para abordarla es crucial. Sorprendentemente, una de estas soluciones podría encontrarse en el arte de la danza. Dicha disciplina, más que un simple entretenimiento, ofrece una vía única para conectar el cuerpo y la mente, proporcionando beneficios terapéuticos que van más allá de lo convencional. Pero… ¿Cómo puede exactamente la danza impactar en la lucha contra la depresión?
Trastorno depresivo mayor: Sobre los síntomas
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por un sentimiento persistente de tristeza y pérdida de interés. Afectando, como no puede ser de otro modo, tanto al bienestar emocional como físico de las personas.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés), los síntomas varían en gravedad e incluyen cambios en el apetito y el sueño, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa, y dificultades para concentrarse. Además, se presentan pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio.
A diferencia de las fluctuaciones esperables del estado de ánimo y las respuestas emocionales transitorias a los desafíos de la vida diaria, la depresión se distingue por una persistencia de dichos síntomas. Persistencia que es clave, ya que afecta significativamente la capacidad del individuo para funcionar en su vida cotidiana.
Depresión y danza: La importancia del movimiento
Cuando pensamos en la depresión, a menudo la imaginamos como un estado de quietud y retiro, pero… ¿Qué pasaría si el movimiento pudiera ser una parte esencial en su tratamiento? Imagina incorporar caminatas diarias, yoga, natación o cualquier actividad física que se disfrute como parte de la rutina de tratamiento. Ahora, no se trata solo de mover el cuerpo, sino de permitir que ese movimiento cree una sensación de logro y bienestar, proporcionando una herramienta poderosa para enfrentar la depresión desde una perspectiva más dinámica y activa.
Danza movimiento terapia para la depresión
La danza movimiento terapia (Dance movement therapy, DMT, en inglés) se presenta como una metodología terapéutica innovadora, donde el arte de la danza y el movimiento corporal actúan como herramientas fundamentales para el desarrollo emocional y físico. Fundamentándose en un concepto clave, tal terapia enfatiza que el movimiento y la danza son canales efectivos para la expresión y procesamiento de emociones, resaltando así la vital conexión entre cuerpo y mente en la salud mental.
En las sesiones, dirigidas por un terapeuta especializado, se guía al sujeto a través de una variedad de movimientos y secuencias de baile, meticulosamente seleccionados no solo para fomentar la expresión emocional, sino también de cara a incrementar la conciencia corporal. Además, la DMT se adapta a necesidades individuales, ofreciendo formatos tanto individuales como grupales y utilizando elementos como la música para potenciar la comunicación y la expresión.
Abarcando una amplia diversidad
Por otro lado, su impacto abarca un espectro amplio de trastornos psicológicos. De manera notable, se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, trastornos de estrés postraumático (TEPT) y en personas con trastornos del espectro autista (TEA).
Ahora, es importante considerar que no es una solución universal y su efectividad puede variar según la persona y sus circunstancias. Contemplando la gravedad de la condición o las necesidades y limitaciones de la persona, entre otros.
A pesar de ello, esta modalidad se ha establecido como una opción terapéutica destacada. Es especialmente atractiva para aquellos en búsqueda de tratamientos alternativos a los métodos farmacológicos para sus desafíos de salud mental, así como para quienes enfrentan dificultades en la expresión emocional a través de palabras (Meekums et al., 2015).
Pero… ¿Cuáles son los efectos en la depresión?
Investigaciones recientes han evidenciado resultados prometedores. Por ejemplo, una de ellas ha encontrado que un programa de danza de 12 semanas genera una reducción significativa en los niveles de depresión. Hallazgo que subraya la potencial eficacia de la técnica no solo como una actividad recreativa, sino como una intervención terapéutica valiosa.
Asimismo, también se ha observado que contribuye a la disminución de la ansiedad, al fortalecimiento de la autoestima y promoción de un mayor bienestar psicológico. Tales efectos son resultado de una combinación única de música, ejercicios suaves y estimulación sensorial que caracteriza al enfoque (Akandere y Demir, 2011).
Danza y bienestar: Más allá de la edad
En el ámbito de la terapia y la investigación, las intervenciones de danza han ganado una notable atención. Esto se ha dado así, por sus beneficios terapéuticos en una amplia gama de grupos poblacionales. Un claro ejemplo de esto se ve en los adultos mayores, especialmente aquellos con deterioro cognitivo leve.
En este contexto, se ha observado que la danza puede desempeñar un papel significativo en la mejora de la cognición y fortalecimiento de la función física. Además, se revela como una influencia positiva en la calidad de vida.
Un bien… ¿Necesario?
Las intervenciones de danza en adultos mayores con deterioro cognitivo leve han sido objeto de un estudio exhaustivo. De hecho, hay estudios que exploran de qué forma la danza afecta diversas áreas como la cognición. O indagan en la neuroplasticidad, la función física, la depresión y calidad de vida.
¿Y su efectividad?
Concretamente, en la población de los adultos mayores, se ha demostrado que dicha actividad mejora la cognición global, incluyendo en esto la memoria, habilidades visoespaciales, lenguaje, función física y calidad de vida. Y, aunque resultados han reportado que la danza no tiene un impacto inmediato en la depresión, podría influir positivamente a largo plazo. Lo que se pude tener su explicación por el aumento en la actividad física y la interacción social.
Conclusión
La danza emerge como una herramienta valiosa en la lucha contra la depresión. Destacando así, la importancia crucial de la actividad física y la expresión creativa para el bienestar mental. Al integrar movimiento, música y socialización, la danza no solo enriquece la calidad de vida, sino que también ofrece un camino esperanzador para aquellos que buscan aliviar síntomas y mejorar su salud emocional.
Ahora, es necesario mencionar que la danza no reemplaza los enfoques tradicionales para el tratamiento de la depresión, como la psicoterapia o la medicación. Y que las personas que padezcan este cuadro deben consultar con profesionales de la salud mental para determinar la idoneidad de este tipo de terapia como parte de su plan de tratamiento integral. Para concluir, es necesario remarcar que se deben tener en cuenta las preferencias, necesidades y circunstancias específicas de cada paciente. Si te interesa aprender más sobre el abordaje de la depresión, te invitamos a nuestro curso en terapia de activación conductual.
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
- Akandere, M. y Demir, B. (2011). The effect of dance over depression. Collegium antropologicum, 35(3), 651-656.
- Meekums, B., Karkou, V. y Nelson, E. A. (2015). Dance Movement therapy for Depression. The Cochrane library, 2016(6). https://doi.org/10.1002/14651858.cd009895.pub2
- Wu, V. X., Chi, Y., Lee, J. K., Goh, H. S., Chen, D. Y. M., Haugan, G., Chao, F. F. T. y Klainin‐Yobas, P. (2021). The effect of dance interventions on cognition, neuroplasticity, physical function, depression, and quality of life for older adults with mild cognitive impairment: a systematic review and meta-analysis. International Journal of Nursing Studies, 122, 104025. https://doi.org/10.1016/j.ijnurstu.2021.104025