La varicela, conocida por ser común especialmente en niños, generalmente resuelve por sí misma en pocas semanas. Así, las manchas rojas, la picazón y su incomodidad no suelen presentar complicaciones, especialmente a nivel neurológico. Sin embargo, en ciertos casos aislados, algunas personas desarrollan una forma de encefalitis asociada específicamente a la varicela-zóster. La llamada encefalitis varicelosa acarrea diversas complicaciones que incluyen náuseas, confusión, convulsiones, dolores de cabeza intensos, entre otros. Además, esta suele presentarse con alucinaciones que no responden a afecciones relacionadas a trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia u otros trastornos con síntomas psicóticos. Entonces… ¿De qué trata la encefalitis por varicela? ¿Cómo se presenta?

A propósito de un caso

M es un hombre de 67 años con antecedentes médicos de trasplante de riñón, disfunción renal crónica, daño retiniano y pérdida de visión. Se presentó en emergencias con quejas de alucinaciones y debilidad muscular. Así, esta fue la quinta visita médica en tres semanas. La primera visita fue por dolor en el talón, y fue dado de alta después de una radiografía normal del pie derecho. Luego, M regresó en su segunda visita con una erupción vesicular dolorosa a lo largo de su pierna derecha.

varicela-zóster

En la tercera visita a la sala de emergencias dos días después, M presentó vómitos. También experimentaba alucinaciones pero fue dado de alta con la explicación de que sus síntomas podrían deberse a la deshidratación.

En su cuarta visita al hospital siete días después, declaró que “cerraba los ojos y veía bandas tocando y llanuras verdes rodantes“. Dijo que estas imágenes eran muy vívidas pero desaparecían cuando abría los ojos.

También tenía dificultad para caminar y debilidad generalizada. Además, un miembro de la familia informó que también tenía dificultades para encontrar palabras (Lizzi et al., 2019).

Resultado del examen neurológico: Encefalitis por varicela

Un examen neurológico reveló debilidad generalizada y dificultad para caminar sin déficits focales. Dado el diagnóstico reciente de herpes zóster, los antecedentes de inmunocompromiso y las alucinaciones con debilidad, se realizó una punción lumbar.

Los resultados mostraron cifras consistentes con una infección viral. Así, en el primer día de hospitalización, el cultivo de líquido cefaloraquídeo demostró la presencia del virus de varicela-zóster (Lizzi et al., 2019).

El complejo virus varicela-Zóster

El virus varicela zóster es una causa frecuente de encefalitis viral esporádica en el mundo occidental y está asociado con una mortalidad del 9 al 20%. La infección primaria con este virus se suele manifiestar como varicela, después de lo cual el virus establece una latencia duradera en las neuronas sensoriales craneales o los ganglios de la raíz dorsal. Esto quiere decir que el virus permanece alojado en el cuerpo de la persona que ha sido infectada con él, a pesar de no manifestar síntomas clínicos.

Así, aproximadamente el 90% de la población mundial adulta está infectada con el virus varicela-zóster. En ocasiones, este es reactivado, especialmente en momentos de estrés y de disminución de las defensas naturales del cuerpo. De esta forma, la reactivación de este virus puede dar lugar a diversas manifestaciones clínicas, siendo la más frecuente el herpes zóster simple (Herlin et al., 2020b).

Una complicación infrecuente

Encefalitis por varicela

En raras ocasiones, las personas infectadas pueden desarrollar complicaciones neurológicas graves, como meningitis, encefalitis, cerebelitis o vasculitis del sistema nervioso central. Así, los factores de riesgo para la encefalitis por el virus de la varicela incluyen una edad mayor de 50 años y condiciones de inmunocompromiso. Estas incluyen afecciones como el SIDA, el trasplante de órganos, el cáncer o la terapia inmunomoduladora.

En el caso de la encefalitis, esta se trata de una inflamación cerebral profunda que causa cambios en en el estado mental de las personas. Lo que se debe a que la cavidad craneana, lugar donde se encuentra el encéfalo, es rígida. De esta forma, la inflamación del encéfalo provoca que la zona se estruja dentro de la cavidad craneana y cause síntomas de gravedad (Grahn y Studahl, 2015).

La reactivación de un virus común

Durante la reactivación, el virus se replica y causa inflamación y necrosis de células neuronales y no neuronales. Así, se ha implicado el daño neuronal como la fuente del dolor prodrómico experimentado por muchos personas con esta afección. El virus viaja a la piel a través de los axones de los nervios sensoriales espinales, lo que resulta en la erupción vesicular distribuida en la piel.

De esta forma, pueden desarrollarse complicaciones en el sistema nervioso central si el virus se propaga a las arterias del cerebro y la médula espinal. La incidencia de encefalitis después de la reactivación de virus de varicela-zóster es mayor cuando los dermatomas involucrados se encuentran en estrecha proximidad al sistema nervioso central, especialmente aquellos en la región de la cabeza y el cuello (Ellis et al., 2015).

La encefalitis por varicela: ¿Cómo luce?

Suele presentarse con vómitos, alucinaciones, confusión, debilidad general, convulsiones y dificultades en el habla. Estos síntomas pueden presentarse desde dos semanas antes hasta seis meses después del desarrollo de la erupción. También se ha observado que muchas veces el cuadro ocurre en ausencia de una erupción cutánea detectable clínicamente.

Por otro lado, tales cambios en el estado mental suelen ser síntoma de otras afecciones neurológicas. Por lo que la historia clínica de la persona que consulta y las pruebas de laboratorio son las que aseguran el diagnóstico de encefalitis por varicela.

Mirando en el cerebro

Principalmente, la característica más común en la tomografía computarizada cerebral específicas (TC) para la encefalitis por varicela es hipodensidad en los lóbulos temporales que, en ocasiones, afecta también al lóbulo frontal. Además, los ganglios basales suelen permanecer intactos. En el caso de la resonancia magnética (RM), los hallazgos típicos para esta afección son cambios edematosos con hipodensidad en los lóbulos temporales y lóbulos frontales inferiores, mientras que los ganglios basales permanecen indemnes (Ellis et al., 2015).

Conclusión

Dentro de la familia de las encefalitis, la que se desencadena a partir del virus de la varicela-zóster suele ser una poco conocida. Debido a la gran prevalencia de personas afectadas con este virus en el mundo, resulta importante continuar concientizando acerca de sus presentaciones clínicas y sus riesgos. Si bien la mayoría de las personas no desarrollan complicaciones tan graves como la encefalitis, existe la posibilidad de que lo hagan. Así, la vacunación contra el virus de la varicela-zóster resulta una aliada esencial, especialmente en niños y adolescentes que aún no han contraído el virus.

Referencias Bibliográficas

  • Ellis, D. L., Barsell, A., Riahi, R. R. y Stumpf, B. (2015). Varicella zoster Virus encephalitis in a patient with disseminated herpes zoster: Report and review of the literature. Dermatology Online Journal21(3). https://doi.org/10.5070/d3213022994
  • Grahn, A. y Studahl, M. (2015). Varicella-zoster virus infections of the central nervous system – Prognosis, diagnostics and treatment. Journal of Infection, 71(3), 281-293. Doi: 10.1016/j.jinf.2015.06.004
  • Herlin, L. K., Hansen, K. S., Bodilsen, J., Larsen, L. J., Brandt, C., Andersen, C. O., Hansen, B., Lüttichau, H. R., Helweg-Larsen, J., Wiese, L., Storgaard, M., Nielsen, H. y Mogensen, T. H. (2020b). Varicella zoster virus encephalitis in Denmark from 2015 to 2019—A nationwide prospective cohort study. Clinical Infectious Diseases72(7), 1192-1199. https://doi.org/10.1093/cid/ciaa185
  • Lizzi, J., Hill, T. y Jakubowski, J. (2019). Varicella zoster virus encephalitis. Clinical practice and cases in emergency medicine3(4), 380-382. https://doi.org/10.5811/cpcem.2019.8.43010