El cáncer no solo afecta al cuerpo, también desafía de manera profunda la estabilidad emocional y el bienestar psicológico de quienes lo padecen. La capacidad de adaptarse frente a la enfermedad, conocida como resiliencia, se ha convertido en un factor decisivo para afrontar el tratamiento y mantener la calidad de vida. Sin embargo, muchos pacientes ven mermada esta fortaleza interna debido al impacto físico y emocional del diagnóstico y las terapias. En dicho contexto, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha emergido como una herramienta prometedora para potenciar recursos de afrontamiento. A continuación, se explorará un reciente metaanálisis que examina cómo la TCC favorece la resiliencia en personas con cáncer.
¿Qué se sabía hasta ahora?

Hasta el momento, las investigaciones señalaban que la resiliencia juega un papel protector fundamental en la vida de las personas con cáncer, ya que favorece la adaptación psicológica frente al dolor, la incertidumbre y el miedo asociados al diagnóstico. Sin embargo, se observaba que los niveles de resiliencia en esta población eran, en promedio, más bajos que en la población general, lo que aumenta el riesgo de ansiedad, depresión y dificultades en la adherencia a los tratamientos médicos.
En tal sentido, diversas estrategias habían sido propuestas para fortalecer esta capacidad, como los programas de reducción del estrés basados en mindfulness, los grupos de apoyo entre consultantes y los entrenamientos específicos en resiliencia. A pesar de los avances, la evidencia era fragmentaria y poco concluyente, especialmente en lo que respecta a la eficacia de la TCC. Por ello, resultaba necesario contar con un análisis más exhaustivo que permitiera comprender mejor su verdadero impacto en pacientes oncológicos.
¿Cómo se llevó a cabo la investigación?
Se realizó un metaanálisis, una metodología que permite integrar los resultados de múltiples estudios para obtener conclusiones más robustas y generalizables. En este caso, se incluyeron 13 ensayos controlados aleatorizados (ECA) que evaluaron los efectos de la TCC en la resiliencia de pacientes con cáncer. Dichos estudios, seleccionados de distintas bases de datos, proporcionaron una muestra diversa en términos de tipo de cáncer, etapa de la enfermedad y características demográficas.
Muestra y criterios de inclusión
En total, se incluyeron 1185 participantes, con una edad media de 51 años. Los ensayos seleccionados debían cumplir con criterios específicos, tales como ser ECA, incluir pacientes adultos con cáncer, emplear la TCC como intervención principal y medir la resiliencia como uno de los resultados. Además, se excluyeron aquellos estudios que no proporcionaban datos suficientes para calcular el tamaño del efecto.
Herramientas de medición

Además, los ensayos incluidos utilizaron diversas herramientas para medir la fortaleza psicológica. Entre ellas, la Escala de Resiliencia de Connor y Davidson (Connor-Davidson Resilience Scale, CD-RISC, en inglés) y la Escala de Resiliencia (Resilience Scale, RS, en inglés). Tales herramientas, ampliamente validadas en la literatura, permitieron cuantificar de manera objetiva la capacidad de afrontamiento en los pacientes antes y después de la intervención.
¿Qué hallazgos se encontraron?
En conjunto, la TCC produjo una mejora notable en los niveles de resiliencia. El tamaño del efecto hallado fue elevado y estadísticamente significativo, lo que confirma que esta intervención psicológica es eficaz para ayudar a los pacientes a desarrollar recursos emocionales frente a la enfermedad. De esa manera, se refuerza la idea de que la TCC no solo contribuye a reducir síntomas de ansiedad y depresión, sino que también potencia la capacidad de afrontamiento y adaptación.
La fuerza del grupo sobre lo individual
Uno de los resultados más relevantes fue que la TCC aplicada en formato grupal resultó más eficaz que las intervenciones individuales. La interacción con otras personas que atraviesan experiencias similares parece brindar un valor añadido.
Lo anterior, puesto que el intercambio de vivencias y estrategias favorece el apoyo mutuo, reduce la sensación de aislamiento y fortalece la motivación para afrontar el proceso oncológico.
El potencial de la terapia digital
Asimismo, el análisis también reveló que la TCC administrada a través de dispositivos móviles tuvo un impacto aún mayor que la modalidad presencial. Esta vía ofrece flexibilidad, accesibilidad y la posibilidad de acompañar al paciente más allá del consultorio, lo que resulta especialmente beneficioso en personas con movilidad reducida o que viven lejos de los centros de salud. La digitalización, además, abre la puerta a intervenciones más personalizadas y continuas.
Mayor beneficio en pacientes con tumor activo

Otro aspecto llamativo del estudio fue que la TCC mostró mejores resultados en personas con tumores presentes en el momento de la intervención. Lo dicho indica que la resiliencia puede fortalecerse incluso en fases activas de la enfermedad, donde el malestar psicológico suele ser más intenso. Tales datos refuerzan notoriamente la importancia de incorporar programas de apoyo psicológico en paralelo al tratamiento médico.
Límites de la evidencia disponible
A pesar de los hallazgos prometedores, el metaanálisis presenta algunas limitaciones que deben tenerse en cuenta. En primer lugar, la heterogeneidad entre los ensayos incluidos fue considerable, lo que puede afectar la generalización de los resultados.
Adicionalmente, la mayoría de los estudios se realizaron en China, lo que limita la aplicabilidad de los resultados a otras poblaciones. Por último, la calidad de la evidencia fue moderada debido a preocupaciones sobre la heterogeneidad y el riesgo de sesgo en los artículos incluidos.
Hacia nuevas direcciones en investigación e intervención
El artículo confirma que la TCC constituye una herramienta eficaz para fortalecer la resiliencia en personas con cáncer. Más allá de aliviar síntomas emocionales, ayuda a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento y a sostener una mayor estabilidad psicológica durante el tratamiento. La evidencia muestra que los formatos grupales y digitales potencian tales beneficios, al tiempo que refuerzan la accesibilidad y el sentido de acompañamiento.
Los hallazgos invitan a considerar la TCC como parte integral de la atención en psicooncología, tanto en entornos hospitalarios como en modalidades remotas. Quedan abiertas, sin embargo, preguntas que requieren mayor exploración: ¿Cómo adaptar la intervención según el tipo de cáncer o el estadio de la enfermedad? ¿De qué manera las diferencias culturales influyen en la eficacia de las terapias? Avanzar en estas líneas de investigación permitirá diseñar programas más personalizados y efectivos para quienes enfrentan el desafío del cáncer.
Referencia bibliográfica
- Xiang, L., Wan, H. y Zhu, Y. (2025). Effects of cognitive behavioral therapy on resilience among adult cancer patients: a systematic review and meta-analysis. BMC Psychiatry, 25(1), 1-13. https://doi.org/10.1186/s12888-025-06628-3