La neuropsicología, como disciplina que estudia la relación entre el cerebro y la conducta, ha sido objeto de intensos debates a lo largo del tiempo. En este sentido, dos enfoques fundamentales que han guiado la investigación en este campo son el localizacionismo y el funcionalismo. Ambas perspectivas ofrecen visiones contrastantes sobre cómo entender la organización y función cerebral en relación con el comportamiento humano. En esta nota exploraremos tales enfoques, el debate que ha surgido entre ellos y cómo han contribuido a nuestro conocimiento actual del funcionamiento cerebral.
Localizacionismo: El dónde
Imagina que estás viendo un partido de fútbol y de repente, uno de los jugadores sufre una lesión en el cerebro, particularmente en el área de Broca. Como resultado, el jugador comienza a tener dificultades para comunicarse con sus compañeros de equipo y para seguir las instrucciones del entrenador durante el juego.
La localización cognitiva
El localizacionismo es una perspectiva que sostiene que las funciones cerebrales específicas están asociadas con áreas concretas del cerebro. Esta visión se basa en observaciones históricas de casos de lesiones traumáticas cerebrales, donde se encontró que daños en áreas concretas estaban relacionados con déficits cognitivos y comportamentales bien definidos.
Este enfoque es crucial para entender cómo ciertas áreas del cerebro están especializadas en el procesamiento de funciones específicas. Investigaciones recientes han confirmado la existencia de regiones dedicadas a tareas como el lenguaje, la percepción visual, el control del movimiento y otras funciones cognitivas y motoras.
No obstante, esta visión ha sido objeto de críticas. ya que algunos expertos cuestionan su rigidez y abogan por una comprensión más holística de la actividad cerebral.
Un defensor del localizacionismo: Paul Broca
Paul Broca, médico y anatomista francés del siglo XIX, fue un destacado defensor del localizacionismo en neuropsicología. Su contribución más conocida proviene del estudio de un paciente conocido como Tan-tan, quién tenía dificultades graves para producir el lenguaje, a pesar de que podía comprenderlo. Broca examinó su cerebro tras su fallecimiento y descubrió una lesión en el área frontal izquierda del cerebro, específicamente en el área que hoy se conoce como área de Broca.
Esta observación llevó a Broca a postular que aquella área particular del cerebro estaba involucrada en la producción del lenguaje, y que otras funciones cerebrales también podrían estar localizadas en determinadas áreas. Así, su trabajo fue fundamental para establecer la idea de que las funciones cognitivas específicas estaban asociadas con zonas cerebrales (Friederici, 2018).
Funcionalismo: El “cómo”
Ahora, imagina que en vez de una lesión en una región específica, el equipo entero de fútbol se encuentra en un partido emocionante. En este escenario, varios jugadores están constantemente interactuando entre sí, pasándose la pelota y coordinando sus movimientos para alcanzar el objetivo de marcar un gol.
El poder de la colaboración cerebral
El funcionalismo es una perspectiva que destaca la importancia de entender el cerebro en términos de sus funciones y procesos, más que en la localización anatómica de sus componentes. En contraste con el localizacionismo, el enfoque considera que muchas funciones cerebrales son el resultado de la colaboración de múltiples áreas.
Con lo anterior, las redes neuronales trabajarían en conjunto para realizar tareas complejas. Enfatizando el estudio de dichas redes neuronales y cómo interactúan para dar lugar a diferentes funciones cognitivas y conductuales.
Esta perspectiva también está respaldada y ampliada por numerosas investigaciones posteriores. De hecho, a lo largo de las décadas, se ha acumulado una gran cantidad de evidencia que apoya la idea central del funcionalismo y en la idea de que el cerebro es un sistema altamente interconectado cuyas funciones cognitivas y conductuales surgen de la colaboración entre diferentes áreas cerebrales.
Un defensor del funcionalismo: Alexander Luria
Alexander Luria, neuropsicólogo soviético del siglo XX, se considera un pionero del funcionalismo. Realizó estudios extensos de pacientes con lesiones cerebrales, focalizándose en aquellos con daños en zonas del cerebro que no estaban directamente relacionadas con áreas específicas del lenguaje o la percepción.
Sus investigaciones revelaron la interconexión y neuroplasticidad del cerebro, mostrando que la función cerebral no se limita a áreas localizadas, sino que depende de redes y conexiones entre regiones cerebrales. Con esto, la perspectiva funcionalista resalta la importancia de comprender el cerebro como un sistema dinámico y adaptable, en lugar de simplemente la suma de áreas especializadas (Kostyanaya y Rossouw, 2013).
Entonces… ¿Hay un claro ganador?
El debate entre el localizacionismo y el funcionalismo no tiene un ganador definitivo; ambas perspectivas siguen siendo objeto de investigación y debate en la neuropsicología. Y es que, a lo largo de los años, se ha evidenciado que tanto el localizacionismo como el funcionalismo han aportado conocimientos valiosos sobre el funcionamiento del cerebro humano y su relación con el comportamiento.
¿Un empate en el entendimiento del cerebro?
El localizacionismo, por su parte, ha permitido identificar regiones específicas del cerebro que están involucradas en tareas particulares. Aspecto esencial para entender la forma en la que el cerebro procesa diferentes funciones, como el lenguaje, la percepción visual y el movimiento. Por otro lado, el funcionalismo ha destacado la importancia de la integración y la interconexión entre diversas áreas cerebrales para producir comportamientos complejos y procesos cognitivos.
En la actualidad, los avances en tecnologías de neuroimagen y técnicas de investigación están permitiendo una mayor comprensión de las redes neuronales y la dinámica entre regiones cerebrales, lo que ha llevado a una mayor integración entre ambas perspectivas. Tal es así, que los investigadores están reconociendo cada vez más la necesidad de considerar tanto la localización de funciones específicas como la organización funcional del cerebro en su conjunto (Gruevska, 2022).
Conclusión
El localizacionismo y el funcionalismo representan dos perspectivas contrastantes en la neuropsicología. Ambas han guiado la investigación y el entendimiento del cerebro humano y su relación con el comportamiento. Además de ser fundamentales para avanzar en el conocimiento sobre el funcionamiento cerebral y su implicación en los procesos cognitivos y emocionales.
En última instancia, son complementarias y esencialmente necesarias para una comprensión integral del cerebro humano. Con esto, a medida que la investigación avanza y las tecnologías de neuroimagen se perfeccionan, es probable que se logre una mayor integración de tales perspectivas en el campo de la neuropsicología.
Referencias bibliográficas
- Friederici, A. D. (2018). The neural basis for human syntax: Broca’s area and beyond. Current opinion in behavioral sciences, 21, 88-92. https://doi.org/10.1016/j.cobeha.2018.03.004
- Gruevska, J. (2022). Analysis and/or Interpretation in Neurophysiology? A Transatlantic discussion between F. J. J. Buytendijk and K. S. Lashley, 1929–1932. Journal of the History of Biology, 55(2), 321-347. https://doi.org/10.1007/s10739-022-09680-x
- Kostyanaya, M. y Rossouw, P. (2013). Alexander Luria – Life, Research and Contribution to Neuroscience. International Journal of Neuropsychotherapy, 1(2), 47-55. https://doi.org/10.12744/ijnpt.2013.0047-0055