Desde el momento en que un bebé nace, comienza a formar vínculos emocionales con sus cuidadores, y estos vínculos continúan evolucionando a medida que crecemos. La teoría del apego, propuesta por John Bowlby y desarrollada por Mary Ainsworth, ha desempeñado un papel fundamental en la comprensión de cómo se desarrollan tales lazos afectivos. En esta nota, exploraremos los diferentes estilos de apego, cómo se desarrollan en la infancia e influyen en nuestras relaciones y comportamientos en la vida adulta.
¿Quiénes fueron sus principales investigadores?
Empecemos por John Bowlby
John Bowlby es ampliamente reconocido como el fundador de la teoría del apego. Su contribución más significativa fue la formulación de la teoría del apego como un marco para comprender de qué forma los vínculos emocionales se desarrollan y afectan el comportamiento humano a lo largo de la vida.
Bowlby argumentó que los seres humanos tienen una necesidad innata de formar lazos afectivos con los cuidadores, y estos vínculos son esenciales para la supervivencia y el bienestar emocional. Es así que, su enfoque se centró en la idea de que los niños están biológicamente programados para buscar la proximidad y el cuidado de los adultos, lo que proporciona una base segura para la exploración del mundo y el desarrollo emocional.
Sigamos por Mary Ainsworth
Por otro lado, Mary Ainsworth desempeñó un papel fundamental en el desarrollo y la validación de la teoría del apego. Su contribución más destacada fue la creación de la situación extraña, un procedimiento de observación diseñado para evaluar y clasificar los diferentes estilos de apego en bebés y niños pequeños.
A través de esta investigación, Ainsworth identificó y describió tres patrones principales de apego, seguro, ansioso y evitativo. Su trabajo ayudó a proporcionar evidencia empírica sólida para respaldar la teoría del apego de Bowlby y permitió una comprensión más profunda de cómo progresan los vínculos emocionales en la infancia (Bowlby, 1979).
La situación extraña de Mary Ainsworth: Comprendiendo el apego
En la situación extraña, un bebé o niño pequeño y su cuidador principal, generalmente la madre, participan en una serie de situaciones diseñadas para provocar una respuesta emocional en el niño. Dichas situaciones incluyen momentos de exploración libre, la entrada de un extraño en la habitación, la separación del cuidador y la posterior reunión.
A lo largo de estas, un investigador observa y registra cuidadosamente el comportamiento del menor, prestando especial atención a las señales de angustia, búsqueda de proximidad, exploración e interacción social. El resultado del procedimiento es la clasificación del niño en uno de los tres estilos principales de apego.
Posteriormente, Mary Main y Judith Solomon propusieron una cuarta categoría conocida como apego desorganizado, que se agregó para dar cuenta de los comportamientos contradictorios y desorganizados que algunos niños mostraban en la situación extraña (Ainsworth et al., 2015).
¿Cuáles son los estilos de apego y como se manifiestan durante la vida?
Los diferentes estilos de apego establecidos en la infancia pueden tener un impacto significativo en las relaciones y el comportamiento en la adultez. Ahora, es importante destacar que estas descripciones son simplificaciones y que las personas pueden mostrar una variedad de comportamientos y matices en sus relaciones. Además, el apego no es estático, y puede evolucionar con el tiempo y a lo largo de diferentes relaciones. Con esto dicho, así se manifiestan los cuatro estilos de apego:
Seguro
- Infancia: Los niños con un apego seguro suelen mostrar una capacidad para explorar su entorno de manera independiente, sabiendo que su cuidador principal estará allí cuando lo necesiten. Experimentan angustia cuando su cuidador se va pero se calman rápidamente cuando regresa.
- Adultez: Las personas con un apego seguro tienden a tener relaciones interpersonales saludables y satisfactorias. Son capaces de confiar en otros y en sí mismos, lo que les permite establecer relaciones estables y duraderas.
Ansioso
- Infancia: Los pequeños con este tipo de apego a menudo muestran una gran ansiedad ante la separación de su cuidador y pueden tener dificultades para calmarse aún cuando este regresa. Para aprender más sobre este cuadro y sus bases neuropsicológicas, te recomendamos nuestro curso en ansiedad.
- Adultez: Los adultos con apego ansioso-ambivalente pueden experimentar inseguridad en sus relaciones. En este sentido, pueden ser excesivamente dependientes de su pareja y temer que los abandonen. A menudo, buscan constantemente señales de amor y afecto para sentirse seguros.
Evitativo
- Infancia: Los niños con apego evitativo tienden a evitar la cercanía emocional con su cuidador y, además, pueden parecer independientes y reacios a buscar consuelo.
- Adultez: En la vida adulta, las personas con apego evitativo suelen ser reacias a comprometerse emocionalmente en relaciones íntimas. Experimentando dificultades para expresar sus propios sentimientos o al confiar en los sentimientos de los demás.
Desorganizado
- Infancia: Los infantes a menudo muestran una mezcla de comportamientos contradictorios, como buscar proximidad y evitarla al mismo tiempo. Con esto, es probable que aparezcan conductas ambivalentes en sus respuestas al cuidador.
- Adultez: Las manifestaciones del apego desorganizado en la adultez varian ampliamente. Este tipo de apego se caracteriza por una falta de consistencia en la forma en que una persona se relaciona con los demás y maneja sus emociones en el contexto de las relaciones.
Entonces… ¿Por qué muchas veces nos atrae alguien que no nos presta atención?
Una explicación desde la teoría del apego
La explicación a dicho fenómeno puede entenderse a través de la teoría del apego. En este sendido, las personas con un estilo de apego ansioso a menudo tienen miedo al rechazo y buscan de manera activa la aprobación y la atención de los demás para sentirse seguras.
Así pues, cuando una persona con un estilo de apego ansioso interactúa con quien muestra cierta distancia o le ignora ocasionalmente (por ejemplo, alguien con apego desorganizado o evitativo), puede generar una dinámica de atracción.
La falta de disponibilidad o atención constante de la otra persona puede hacer que la persona con un estilo ansioso se sienta más ansiosa y desesperada por obtener esa atención. Una dinámica que es probable que cree un ciclo en el que la búsqueda de atención se intensifica, lo que, a su vez, puede hacer que la persona que muestra distancia se vuelva aún más distante (Péloquin et al., 2011).
Sin olvidar el principio de reforzamiento
Una explicación complementaria a la incógnita de por qué a algunas personas les atrae esta situación es la del reforzamiento intermitente. Un principio psicológico que se refiere a la entrega de recompensas de manera irregular o intermitente, en lugar de forma constante. Este tipo de reforzamiento tiende a ser muy poderoso para condicionar ciertos comportamientos o respuestas. Extrapolándolo al contexto de las relaciones, cuando alguien muestra interés o atención de manera ocasional o impredecible, puede generar un efecto similar al reforzamiento intermitente. Este podría ser el caso, por ejemplo, de algunas “relaciones toxicas“.
Conclusión
En resumen, la teoría del apego nos proporciona una comprensión invaluable de cómo se desarrollan los vínculos emocionales a lo largo de la vida. Y es que, los estilos de apego que formamos en la infancia continúan influyendo en nuestras relaciones y comportamientos en la vida adulta, lo que destaca la importancia de la autoconciencia y la búsqueda de relaciones saludables.
Reconocer nuestros patrones de apego y trabajar en su desarrollo puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental y bienestar emocional. Ya sea a través de la terapia o la autoexploración, podemos aprender a establecer vínculos más seguros y satisfactorios con los demás, lo cual nos enriquece y promueve relaciones más saludables y satisfactorias.
Referencias bibliográficas
- Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E. y Wall, S. N. (2015). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Psychology Press.
- Bowlby, J. (1979). The Bowlby-Ainsworth Attachment Theory. Behavioral and Brain Sciences, 2, 637-638. https://doi.org/10.1017/S0140525X00064955
- Péloquin, K., Lafontaine, M. y Brassard, A. (2011). A Dyadic approach to the study of romantic attachment, dyadic empathy, and psychological partner aggression. Journal of Social and Personal Relationships, 28(7), 915-942. https://doi.org/10.1177/0265407510397988
- van der Horst, F. (2009). John Bowlby and ethology: a study of cross-fertilization. [Tesis de Doctorado]. Instituto de Estudio de la Educación y Desarrollo Humano, ISED.