La inteligencia artificial (IA) es un tema que cada vez se torna mas heterogéneo y comienza a abarcar debates sobre ética, privacidad, impacto social y futuro. Pero… ¿Cómo definimos realmente a la inteligencia? ¿Qué tipos de inteligencia artificial existen en la actualidad? En esta nota exploraremos las distintas formas de IA, desde la estrecha hasta la superinteligencia artificial, y sus diferentes características.

La IA en la actualidad

El debate actual sobre la IA es muy amplio y diverso. Además, abarca muchos temas diferentes. Así, entre algunos de las temáticas más comunes que se discuten están incluidas la confiabilidad y la seguridad de los sistemas de IA, su aspecto ético e impacto en la sociedad, la privacidad y protección de datos (Ahmed et al., 2020).

También, con el reciente avance de los sistemas de IA, ha crecido el debate sobre su potencial para reemplazar a los trabajadores humanos en una variedad de industrias y sectores. Además, surge al necesidad de reflexionar sobre cómo podemos garantizar que la IA se utilice de manera justa y equitativa (Buttazzo, 2023).

¿Cuál es el futuro de la IA?

Otro tema que también ha sido objeto de discusión es aquel que gira en torno al futuro de la IA y las permisibilidades que adquiriría cuando realmente supere las capacidades humanas. Así, este último aspecto se vincula con la forma en la que hemos definido a la inteligencia hasta ahora, y de qué modo podría cambiar dicha conceptualización con el avance tecnológico de los últimos años en dicho campo. Contando con el advenimiento de la superinteligencia artificial.

Lo más básico: ¿Cuál es la definición de inteligencia?

Inteligencia artificial: ¿Cuál es la definición de inteligencia?

La noción de inteligencia ha sido el centro de polémica continua y ha habido muchas definiciones diferentes. Históricamente, estas se han basado en la inteligencia humana como modelo, y algunos investigadores plantean que tal sesgo antropocéntrico al definirla puede ser limitante.

Por ello, hay autores que han planteado conceptualizarla como “la capacidad de realizar objetivos complejos“, en la medida en que esto permite separarse de algunas de las características que están implícitas en la definición de inteligencia humana. Así, se distinguen aspectos, como, por ejemplo, que la inteligencia debería ser separada de su sustrato material, y comprendida en términos de información y computación.

Inteligencia humana e IA

La inteligencia humana difiere de la IA en la medida en que, en la primera, los procesos de aprendizaje/enseñanza de una nueva habilidad está restringido al sistema en sí mismo, por ejemplo, a su velocidad de conducción, la cual es de aproximadamente 120 metros por segundo. Además, esta limitado por sus aspectos estructurales y funcionales, en tanto que para lograr consolidar aprendizajes, deben formarse nuevas conexiones neurales.

Por otro lado, las señales de los sistemas de IA se propagan a casi la velocidad de la luz, y sus componentes físicos (hardware, en inglés) y soporte lógico (software, en inglés) son independientes entre sí. En este sentido, se plantea que si bien el sustrato material de la inteligencia determinará sustancialmente su potencial de habilidades y limitaciones cognitivas, la inteligencia en sí misma no es definida por este, sino por el procesamiento de la información.

Potencialidades de la definición

De esta manera, las potencialidades de definir la inteligencia separada de su sustrato material son varias.

  • En primer lugar, esto permite una comprensión más amplia y multifacética de la inteligencia, independientemente de si es humana o artificial.
  • Dicha perspectiva, al sugerir que la inteligencia no está limitada por la biología, permite concebir que esta puede ser construida en sistemas físicos diferentes, como el silicio, que es uno de los componentes principales de la IA.
  • Finalmente, también permite concebir que la inteligencia tiene la facultad de ser mejorada y aumentada más allá de los límites biológicos actuales. Esto, en definitiva, podría tener implicaciones significativas para el futuro de la humanidad, y es lo que, a su vez, posibilita la conceptualización de las superinteligencias artificiales (Abonamah et al., 2021).

Las diferentes inteligencias

En ese sentido, se han planteado diversas definiciones de IA, referidas a los distintos niveles de capacidad de la IA. Existen, de este modo, tres tipos de IA que se han establecido actualmente en la literatura. Cada uno se refiere a un nivel distinto de capacidad de procesamiento de información, desde la capacidad de realizar tareas específicas hasta la de superar la inteligencia humana en general.

Dominando tareas específicas: IA estrecha

Inteligencia artificial estrecha: Artificial Narrow Intelligence

La inteligencia artificial estrecha (Artificial Narrow Intelligence, ANI, en inglés), también conocida como IA débil, es el tipo de IA más común en la actualidad y se caracteriza por poder realizar una sola tarea. Por ejemplo, jugar ajedrez o reconocer palabras habladas o escritas.

Estos sistemas están diseñados para enfocarse en sus tareas en tiempo real y, con el aprendizaje continuo de su entorno, construyen conocimiento con el tiempo y se convierten en expertos en dicha actividad. Sin embargo, no pueden realizar tareas para las que no están diseñados. Así, el objetivo de la ANI es realizar tareas concretas y limitadas, de manera eficiente y automatizada (Meskó et al., 2018).

Deep Blue es un ejemplo icónico de IA estrecha, desarrollado por IBM. Esta IA se especializó en el juego de ajedrez y ganó notoriedad al vencer al campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov, en 1996. Así, Deep Blue demostró cómo la IA tiene virtualmente la capacidad para sobresalir en tareas específicas y estratégicas, marcando un hito en la historia de la IA.

Más allá de la especialización: IA general

Cuando se habla de IA general (Artificial General Intelligence, AGI, en inglés), se suele referir a la capacidad hipotética de un agente inteligente para comprender o aprender cualquier tarea intelectual que un ser humano pueda realizar. Así, este tipo de inteligencia sería el objetivo final de las actuales inteligencias artificiales, donde las máquinas puedan realizar tareas al nivel de la inteligencia humana (Grech et al., 2023).

Para lograr ese objetivo, las IA deben pasar una serie de pruebas, comenzando con la prueba de Turing, que evalúa la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente equivalente o indistinguible del de una persona. Si una máquina obtiene una puntuación del 70% o más, se considera un agente de IA.

El futuro incierto de la IA: La superinteligencia artificial

Superinteligencia artificial: Artificial Superintelligence

Se habla de superinteligencia artificial (Artificial Superintelligence, ASI, en inglés), cuando un agente inteligente posee una capacidad sustancialmente superior a la de las mentes humanas más brillantes y dotadas. Ahora, en la actualidad, no es tecnológicamente posible producir máquinas que posean propiedades de superinteligencia.

Además, la ASI es un tema de discusión en la investigación en IA y en la filosofía. Esto, debido a que dicho tipo de características dotarían a las máquinas de la capacidad de tomar decisiones y resolver problemas a una velocidad y precisión mucho mayores que las personas (Katritsis, 2021).

¿Qué repercusión tiene la IA en el campo de la psicología?

La IA tiene una gran repercusión en el campo de la psicología. Por un lado, puede ser utilizada para modernizar la investigación en este campo, permitiendo el análisis de grandes cantidades de datos y la identificación de patrones que serían difíciles de detectar de otra manera.

Por otro lado, también podría usarse para desarrollar herramientas y terapias que ayuden a tratar ciertos cuadros clínicos. Además, se plantea que tendría el potencial de mejorar la accesibilidad y la eficacia de la atención médica en salud mental. Así, se lograría la detección temprana de psicopatologías y la personalización de los tratamientos, por ejemplo (Korteling et al., 2021).

Conclusión

A medida que la IA sigue avanzando, debemos abordar con responsabilidad y ética sus implicaciones en la psicología y la sociedad. El impacto que tienen estos sistemas en la investigación es innegable, pero debemos considerar la garantizar la equidad y seguridad en su aplicación. Por ello, la colaboración entre expertos en IA será esencial para moldear un futuro donde la superinteligencia artificial mejore nuestras vidas de manera significativa, transformando significativamente el campo de la psicología y mejorando tanto la investigación como la práctica clínica.

Referencias bibliográficas

  • Abonamah, A. A., Tariq, M. U. y Shilbayeh, S. (2021). On the commoditization of artificial intelligence. Frontiers in Psychology12, 696346. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.696346
  • Ahmed, Z., Mohamed, K., Zeeshan, S. y Dong, X. (2020). Artificial intelligence with multi-functional machine learning platform development for better healthcare and precision medicine. Database: The Journal of Biological Databases and Curation2020. https://doi.org/10.1093/database/baaa010
  • Buttazzo, G. (2023). Rise of artificial general intelligence: risks and opportunities. Frontiers in Artificial Intelligence6. https://doi.org/10.3389/frai.2023.1226990
  • Grech, V., Cuschieri, S. y Eldawlatly, A. A. (2023). Artificial intelligence in medicine and research – the good, the bad, and the ugly. Saudi Journal of Anaesthesia17(3), 401-406. https://doi.org/10.4103/sja.sja_344_23
  • Katritsis, D. G. (2021). Artificial intelligence, superintelligence and intelligence. Arrhythmia & Electrophysiology Review10(4), 223-224. https://doi.org/10.15420/aer.2021.61
  • Korteling, J. E., van de Boer-Visschedijk, G. C., Blankendaal, R. A. M., Boonekamp, R. C. y Eikelboom, A. R. (2021). Human- versus Artificial Intelligence. Frontiers in Artificial Intelligence4. https://doi.org/10.3389/frai.2021.622364
  • Meskó, B., Hetényi, G. y Győrffy, Z. (2018). Will artificial intelligence solve the human resource crisis in healthcare? BMC Health Services Research18(1). https://doi.org/10.1186/s12913-018-3359-4