La inestabilidad en la salud mental durante el embarazo se ha convertido en un problema de salud pública. Si bien la ansiedad puede acompañar cualquier etapa gestacional, se intensifica de forma particular en las semanas previas al nacimiento. Y es que el parto, lejos de ser un evento meramente fisiológico, se constituye como un umbral emocional donde convergen expectativas, memorias transgeneracionales y una narrativa cultural del dolor. Las mujeres embarazadas, especialmente las primerizas, se enfrentan a un imaginario colectivo donde el nacimiento está teñido de sufrimiento, pérdida de control y vulnerabilidad. En este contexto, la ansiedad ante el parto no es una emoción contingente, sino un estado anticipatorio profundamente enraizado que refleja el modo en que la gestante se relaciona con su cuerpo, su historia y el entorno que la rodea. Veamos más.
La ansiedad presente en el embarazo
Se ha informado que la ansiedad varía entre un 12,2 y un 39%, dependiendo del tipo de ansiedad, siendo en las mujeres embarazadas dos o tres veces mayor que la ansiedad general. Aproximadamente, el 14,5% de las mujeres experimentan ansiedad, el 9,4% ansiedad moderada y el 8,7% ansiedad severa durante el parto (Kundarti et al. 2024).

Esta ansiedad en el embarazo, además de amplificar la percepción del dolor, puede conducir a partos prolongados. Así como un aumento de intervenciones médicas innecesarias y mayor riesgo de complicaciones obstétricas y neonatales.
De hecho, se ha encontrado que las mujeres embarazadas con problemas de salud mental tienen un mayor riesgo de dar a luz prematuramente. Además, sus hijos pueden enfrentar un mayor riesgo de experimentar trastornos del estado de ánimo. Sin contar con que el estrés y la ansiedad durante el embarazo aumentan el riesgo de depresión posparto en las madres (Sari et al., 2023).
Ansiedad perinatal
La ansiedad perinatal se sitúa en un territorio donde lo biológico y lo simbólico se entrelazan. No se trata solo del temor a lo físico, sino de una desorganización emocional que obstaculiza la conexión con el cuerpo, la confianza en la fisiología del nacimiento y la capacidad de habitar el presente. Las mujeres, al enfrentarse a un entorno hospitalario muchas veces despersonalizado, cargan con el peso de historias previas, miedos proyectados y discursos sociales que patologizan el proceso natural del parto. En dicho escenario, resulta urgente proponer abordajes que inviten a resignificar la experiencia desde una perspectiva de agencia, presencia y poder.
Mindfulness como práctica
El mindfulness, en su acepción más profunda, no se limita a una técnica de relajación ni a una estrategia cognitiva para calmar la mente o reducir la ansiedad. Se trata de una praxis que desarticula la automatización del pensamiento y permite a la persona habitar con radical honestidad el instante presente.

En el caso del embarazo y el parto, el mindfulness actúa como un eje de transformación perceptiva. Así pues, en lugar de intentar evitar el dolor o la incomodidad, propone acercarse a ellos con una conciencia abierta, no reactiva, y profundamente compasiva. Esta aproximación tiene efectos neurofisiológicos significativos.
Reconexión corporal y emocional
El estudio de Kundarti et al. (2024) demuestra que las intervenciones basadas en mindfulness, aplicadas a mujeres embarazadas en distintos contextos culturales (Canadá, Egipto, Irán, España, China), han resultado efectivas para disminuir la ansiedad prenatal y mejorar la experiencia del parto. Estos programas, que van desde sesiones virtuales hasta programas presenciales de ocho semanas, incluyen meditaciones guiadas, escáneres corporales, ejercicios de conciencia respiratoria y movimientos conscientes. La eficacia no solo se refleja en la reducción de puntuaciones de ansiedad, dado que el mindfulness también favorece una mayor autoeficacia, menor uso de analgesia farmacológica y una percepción más positiva del parto.
Más allá de las métricas, lo que el mindfulness ofrece es una transformación en la relación que la gestante tiene con su propio cuerpo, su dolor y su historia. En lugar de luchar contra las sensaciones, se aprende a observarlas, darles espacio y permitir que transiten. Este gesto, simple en apariencia, tiene un efecto profundamente liberador, disminuye la identificación con el sufrimiento y permite que emerja una confianza renovada en los propios recursos internos.
Efectos psicológicos y clínicos del mindfulness en la gestación y el parto
Ahora, por supuesto, los efectos del mindfulness en el embarazo no se limitan al momento del parto. Su práctica continuada tiene implicaciones en la calidad del vínculo prenatal, la prevención de la depresión posparto y el desarrollo del apego temprano. Investigaciones como la de Veringa-Skiba et al. (2022) han mostrado que las mujeres que participaron en programas de Embarazo, Parto y Crianza Basado en Mindfulness (Mindfulness-Based Childbirth and Parenting, MBCP, en inglés) no solo redujeron significativamente su ansiedad, también reportaron una mayor satisfacción con la experiencia de dar a luz, menor miedo al dolor y un mayor sentido de agencia.
Cuando hay más que un factor influyente

La ansiedad gestacional suele estar mediada por múltiples factores: historias previas de trauma, falta de apoyo social, presiones culturales, o incluso experiencias médicas negativas anteriores. El mindfulness no niega estas condiciones, pero modifica la forma en que se las habita. Al entrenar la atención sostenida y la aceptación sin juicio, la mujer puede diferenciar entre la sensación física y la narrativa mental que la acompaña. Esta disociación funcional es clave para prevenir el ciclo ansiedad-dolor-intervención médica.
Por otra parte, hay un aspecto ético en la propuesta del mindfulness como recurso no farmacológico. Dado que muchas mujeres rechazan el uso de ansiolíticos durante el embarazo por temor a efectos teratogénicos, ofrecer alternativas basadas en evidencia científica representa una forma de empoderamiento informativo. Eso sí, la práctica de mindfulness no compite con la medicina tradicional, la complementa desde una perspectiva holística, en la que el cuerpo, la mente y el entorno están integrados.
Repercusiones neurocognitivas
En términos neurocognitivos, la práctica de mindfulness ha demostrado inducir cambios estructurales y funcionales en el cerebro. De hecho, la práctica regular —especialmente a través del programa de reducción del estrés basada en la atención plena (Mindfulness-Based Stress Reduction, MBSR, en inglés)— induce cambios neurobiológicos significativos. Ya sea un aumento del grosor cortical en zonas relacionadas con la regulación emocional como la ínsula, la corteza prefrontal y la corteza cingulada anterior, o disminución en la reactividad y tamaño de la amígdala, clave en la respuesta al miedo y estrés. Con lo que, podría decirse que, el mindfulness no solo regula emociones de manera subjetiva, reconfigura las rutas cerebrales del procesamiento del estrés.
¿Qué ocurre en el embarazo?

En el contexto del embarazo, donde la plasticidad cerebral se ve aumentada por los cambios hormonales, la práctica de mindfulness puede tener un impacto particularmente profundo. Las mujeres gestantes que practican mindfulness no solo reportan menos ansiedad, exhiben mayor actividad en redes cerebrales asociadas a la regulación emocional y la mentalización, lo cual favorece el desarrollo de una parentalidad sensible y empática (Goetz et al., 2023).
Además, metaanálisis recientes confirman que las intervenciones basadas en mindfulness tienen efectos moderados a grandes en la reducción de la ansiedad y la depresión durante la gestación. Tales resultados han sido replicados en múltiples países y en distintas poblaciones, lo que refuerza su validez externa. En este sentido, el mindfulness se consolida como una intervención eficaz, culturalmente adaptable y clínicamente relevante (Vázquez-Lara et al., 2025).
Conclusión
Integrar el mindfulness en el acompañamiento obstétrico no debería ser una opción marginal ni un lujo terapéutico. A la luz de la evidencia empírica, se presenta como una necesidad ética, psicológica y clínica. Ofrecer a las gestantes herramientas para reconectarse con sus cuerpos, resignificar el dolor y habitar el presente es una forma de devolver dignidad a un proceso muchas veces medicalizado en exceso.
La ansiedad durante el embarazo y el parto no es solo un síntoma, es una expresión de un vínculo roto entre el cuerpo y la conciencia, entre la experiencia y el significado. Aquí, el mindfulness, lejos de anestesiar esa ruptura, la pone en el centro para sanar desde allí. Como práctica radical de presencia, abre un espacio donde el dolor no es enemigo, es mensajero; donde el miedo no paraliza, revela; donde el nacimiento no solo da lugar a un hijo, sino a una madre más conectada consigo misma.
Referencias bibliográficas
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- Goetz, M., Schiele, C., Müller, M., Matthies, L. M., Deutsch, T. M., Spano, C., Graf, J., Zipfel, S., Bauer, A., Brucker, S. Y., Wallwiener, M. y Wallwiener, S. (2020). Effects of a Brief Electronic Mindfulness-Based Intervention on Relieving Prenatal Depression and Anxiety in Hospitalized High-Risk Pregnant Women: Exploratory Pilot Study. Journal of medical Internet research, 22(8), e17593. https://doi.org/10.2196/17593
- Kundarti, F. I., Kiswati y Komalyna, I. N. T. (2024). Mindfullness based intervention reduce anxiety in labor. Gaceta sanitaria, 38, 102359. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2024.102359
- Sari, Y. P., Hsu, Y. Y. y Nguyen, T. T. B. (2023). The Effects of a Mindfulness-Based Intervention on Mental Health Outcomes in Pregnant Woman: A Systematic Review and Meta-Analysis. The journal of nursing research: JNR, 31(6), e306. https://doi.org/10.1097/jnr.0000000000000586
- Vázquez-Lara, M. D., Ruger-Navarrete, A., Mohamed-Abdel-Lah, S., Gómez-Urquiza, J. L., Fernández-Carrasco, F. J., Rodríguez-Díaz, L., Caparros-Gonzalez, R. A., Palomo-Gómez, R., Riesco-González, F. J. y Vázquez-Lara, J. M. (2025). The Impact of Mindfulness Programmes on Anxiety, Depression and Stress During Pregnancy: A Systematic Review and Meta-Analysis. Healthcare (Basel, Switzerland), 13(12), 1378. https://doi.org/10.3390/healthcare13121378
- Veringa-Skiba, I. K., de Bruin, E. I., van Steensel, F. J. A. y Bögels, S. M. (2022). Fear of childbirth, nonurgent obstetric interventions, and newborn outcomes: A randomized controlled trial comparing mindfulness-based childbirth and parenting with enhanced care as usual. Birth (Berkeley, Calif.), 49(1), 40-51. https://doi.org/10.1111/birt.12571

























