Seguro que, en más de una ocasión, has leído información sobre este fenómeno, ahora tan popular, llamado hambre emocional. Lo cierto es que, el comer de forma compulsiva influye en el bienestar físico y psicosocial de un número considerable de personas. Un aspecto importante en esto es poder determinar y comprender el mantenimiento de los mecanismos que hay detrás del comportamiento disfuncional. Además, como sabemos, tiene también un trasfondo a nivel cerebral. De hecho, las personas que presentan atracones presentan una hiperactividad en el sistema de recompensa y deterioro del control inhibitorio hacia las señales relacionadas con la comida. A continuación, vamos a describir qué es comer compulsivamente y algunas de sus características.
¿Qué es comer compulsivamente?
Este comer de manera compulsiva o atracón es uno de los comportamientos alimentarios desordenados que más se observa en la población general. Se describe por episodios discretos y de carácter incontrolado en los que se come en exceso (Yen et al., 2019).
Es una característica común en personas con trastornos alimentarios. Sin embargo, su intensidad no cumple con el diagnóstico clínico del trastorno por atracón per se. Por otro lado, hay que tener en cuenta que este comportamiento es un síntoma pero no es exclusivo del diagnóstico de dicho cuadro. Constituye, también, una acción característica central de la bulimia nerviosa (APA, 2013).
Lo que se conoce como descontrol con la comida es una experiencia que al menos 1 de cada 5 personas expresa que le sucede. Sin embargo, la forma de vivirlo y el grado de sufrimiento que genera en las personas es muy diferente. Esto quiere decir que habrá para quienes suponga simplemente un momento puntual de pérdida de las rutinas de alimentación, y para los que, por el contrario, signifique un verdadero problema que llega a incapacitar y condicionar las actividades de su día a día.
¿Cómo diferenciar comer mucho de una ingesta compulsiva?
Aunque la barrera pueda ser estrecha, en ciertas ocasiones, el atracón se caracteriza por una serie de características comunes (Fairburn, 2008):
Sentimientos negativos
Pongamos por caso, el de alguien que acude a un buffet libre y lleva a cabo una ingesta hipercalórica. Esta persona, según la expresión coloquial, se “ha puesto las botas”, e incluso puede haber acabado con una sensación de pesadez extrema. Sin embargo, no se siente culpable.
Este matiz es importante. Pues en los problemas relacionados con el atracón, la persona que lo lleva a cabo se siente culpable dado que, realmente, le gustaría poder parar de hacerlo y siente que no puede.
Velocidad de la ingesta
Si algo caracteriza la forma en que ocurre un atracón es la velocidad. En lapsos de tiempo muy breves, se llegan a ingerir del orden de entre 2.000 y 4.000 calorías. De esta manera, no da lugar a que el cerebro reciba una señal de saciedad. Y, por consiguiente, la forma de comer es voraz e impulsiva.
Agitación
Durante un episodio de sobreingesta compulsiva o atracón, la persona que lo lleva a cabo puede manifestar un comportamiento agitado. Por ejemplo, deambular por la habitación o pasear por la casa.
Este tipo de situaciones suelen ser momentos donde se debate consigo mismo sobre si seguir comiendo o no. Lo paradójico de esto, es que dicha tensión, desemboca en la ingesta con el fin de calmar la ansiedad (compulsión).
Sensación de consciencia alterada
Para la mayoría de nosotros puede resultar incomprensible cómo una persona que quiere parar de comer no puede hacerlo. Sin embargo, es así. Las personas que presentan atracones de comida describen que durante este es como si se encontrasen en un estado de trance, por decirlo de algún modo. Un espacio, donde les es muy difícil sentir control sobre las acciones relacionadas con esto.
Ocultamiento
La emoción predominante en estos casos es la vergüenza. Los trastornos de sobreingesta compulsiva y la bulimia son dos problemas psicológicos que hacen sentir mucha culpa y pudor a quien los padece.
Por esta razón, es habitual programar los atracones en aquellos momentos en los que la persona sabe que se va a quedar sola. Es una forma de liberar la tensión y llevar a cabo las conductas de descontrol sin el temor al juicio ajeno. Ahora, la sensación de alivio que se produce tras esto refuerza el problema.
Pérdida de control
La pérdida de control es el elemento que mejor define la diferencia entre comer mucho y comer compulsivamente. Aunque mantener una pauta recurrente de abuso con la alimentación puede acabar incurriendo en un problema de atracones, una sobreingesta no tiene por qué ser reflejo de un problema de alimentación, como veíamos en el ejemplo expuesto. La diferencia radica en que en dicho caso, la persona siente y percibe que puede parar cuando lo decida, mientras que en un problema de sobreingesta compulsiva no.
¿Por qué ocurre?
Aunque son muchas las causas y factores que pueden desencadenar un problema de este tipo, un estudio realizado en Sidney (Australia), puso de manifiesto algunos de los desencadenantes más frecuentes (Abraham y Beumont, 1982).
Causas y desencadenantes del comer compulsivo
- Malestar emocional: La ingesta compulsiva es un acto de regulación emocional o intento de solución para calmar el malestar interno. Y si no, seguro que nos sonará la típica historia de una abuela que le pone a su nieto algo rico para comer tras un mal día en la escuela. La comida es un ansiolítico natural y esto queda grabado en el cerebro.
- Aumento de peso: A veces, por causas naturales o como consecuencia de haber dejado de prestarle atención a nuestro aspecto físico, aumentamos de peso. En tal contexto, es cuando muchas personas deciden ponerse a dieta. Ahora, hoy día, sabemos que uno de los mayores precursores de los problemas relacionados con los atracones de comida tiene que ver con las dietas restrictivas.
- Incumplimiento de la dieta: A colación del punto anterior. Las dietas restrictivas suelen ser dietas hipocalóricas de una gran exigencia. Aquellas personas con tendencia más perfeccionista y rígida tratarán de seguirlas al pie de la letra. Y, en muchas ocasiones, no podrán hacerlo como les gustaría. Estas pequeñas transgresiones generan otros problemas relacionados con la culpa y la ansiedad que pueden deparar en atracones de comida. Finalmente, es posible que aparezca el vómito como una manera de compensar la sobreingesta. El vómito es una conducta compulsiva que genera una reducción momentánea del malestar y contribuye a cronificar el problema.
- Consumo del alcohol: Como bien sabemos, el alcohol reduce la capacidad cognitiva y la toma de decisiones se vuelve más impulsiva. Es habitual que en los casos de personas con problemas de adicción al alcohol, también se presenten atracones de comida. De hecho, el aumento de la sensibilidad a la recompensa, desinhibición y la urgencia del consumo es bastante similar en ambos casos.
¿Tratamiento del problema de comer compulsivamente?
Lo primero sería abandonar cualquier dieta restrictiva que se esté llevando a cabo o intento de control calórico, ya que esto es una gran parte de lo que puede estar reforzando el problema. Además, la terapia cognitivo conductual, interpersonal y conductual dialéctica han demostrado ser eficaces en el tratamiento de problemas de la conducta alimentaria como son la bulimia nerviosa y la sobreingesta compulsiva, entre otros (Wilfley et al., 1993).
Ahora, si bien estos tipos de tratamientos son los más utilizados, centrar la intervención de este comportamiento en la impulsividad (señal de reactividad, procesos de habituación, autoeficacia y autocontrol, por ejemplo) relacionada con la comida parece ser bastante más prometedor. Ya sea en psicoterapia, realidad virtual, neurofeedback o neuromodulación (İnce et al., 2021).
Conclusión
Quizás hayamos dado una respuesta a qué es comer compulsivamente. Cabe mencionar que, en todo este apartado anterior, no hemos de olvidar la toma de medicación en caso de ser oportuna y siempre prescrita por profesionales. Así como proporcionar un enfoque más específico según la persona y teniendo en cuenta que el comportamiento alimentario engloba múltiples componentes. Esperamos haber esclarecido qué es comer compulsivamente. Para trabajar en casos de anorexia o bulimia desde una perspectiva interdisciplinaria, te recomendamos nuestro curso de intervención en trastornos de la conducta alimentaria.
Referencias bibliográficas
- Abraham, S. F. y Beumont, P. J. V. (1982). How patients describe bulimia or binge eating. Psychological medicine, 12(3), 625-635. Doi: 10.1017/s0033291700055732
- Fairburn, C. G., Doll, H. A., Welch, S. L., Hay, P. J., Davies, B. A. y O’Connor, M. E. (1998). Risk factors for binge eating disorder: a community-based, case-control study. Archives of general psychiatry, 55(5), 425-432. Doi: 10.1001/archpsyc.55.5.425
- Fairburn, C. G. (2008). Cognitive behavior therapy and eating disorders. Guilford Press.
- İnce, B., Schlatter, J., Max, S., Plewnia, C., Zipfel, S., Giel, K. E. y Schag, K. (2021). Can we change binge eating behaviour by interventions addressing food-related impulsivity? A systematic review. Journal of Eating Disorders, 9(1), 38. https://doi.org/10.1186/s40337-021-00384-x
- Wilfley, D. E., Agras, W. S., Telch, C. F., Rossiter, E. M., Schneider, J. A., Cole, A. G. y Raeburn, S. D. (1993). Group cognitive-behavioral therapy and group interpersonal psychotherapy for the nonpurging bulimic individual: a controlled comparison. Journal of consulting and clinical psychology, 61(2), 296. Doi: 10.1037//0022-006x.61.2.296.
- Yen, H. T., Barakatun-Nisak, M. Y., Chin, Y. S., Kiung, E., Abdul Ghani, R., Mottalib, A. y Osama, H. (2019). Nutrition-Related Factors and Binge Eating Behaviour in a Sample of Malaysian University Students. Jurnal Sains Kesihatan Malaysia, 17(01), 57-65. https://doi.org/10.17576/jskm-2019-1701-08