¿Cómo se entrelazan la depresión y el deterioro cognitivo en el complejo tejido del cerebro humano? En busca de respuestas, un artículo publicado en la revista NeuroImage: Clinical ofrece una mirada reveladora. Este estudio emplea resonancia magnética estructural para explorar los vínculos entre ambas condiciones, destacando la urgente necesidad de identificar biomarcadores comunes y desarrollar intervenciones clínicas efectivas para abordar la mencionada comorbilidad. En la siguiente nota exploraremos cómo la depresión mayor (TDM) y el deterioro cognitivo (DCL) se relacionan según los hallazgos de la investigación.
Una breve introducción: TDM y DCL
La depresión y el deterioro cognitivo son dos condiciones que afectan a un gran número de personas alrededor del mundo. Una forma específica de depresión clínica se conoce como TDM, condición neuropsiquiátrica compleja que va más allá de los síntomas afectivos. Caracterizada por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y pérdida de interés en actividades cotidianas, así como por alteraciones en el funcionamiento cognitivo y psicomotor.
Tal cuadro, que supone un desafío a nivel mundial en términos de discapacidad, se ha vinculado cada vez más con el DCL. Este último representa una etapa crucial en la transición entre el envejecimiento cognitivo normal y la demencia.
En dicho sentido, el deterioro cognitivo abarca desde dificultades leves en la memoria y el pensamiento hasta trastornos más complejos. Y, siguiendo esta línea, en las fases más graves, se acaba deteriorando la capacidad de procesar información, recuerdo de eventos pasados y toma de decisiones.
¿Que sabíamos hasta ahora?
La asociación entre la depresión y el deterioro cognitivo no solo se ha observado en estudios longitudinales. Investigaciones anteriores han encontrado que la relación persiste incluso en episodios de remisión de la depresión. Sin embargo, pese a que la relación está bien establecida, aún no se comprenden completamente sus causas.
Para mayor comprensión se han propuesto diversas explicaciones, que van desde factores cerebrovasculares hasta alteraciones en ciertas moléculas como los neuropéptidos de señalización neuronal. A pesar de ello, el cómo dichas teorías se traducen en cambios estructurales cerebrales compartidos, sigue siendo objeto de debate.
Mapeo cerebral: El propósito de la investigación
Para abordar la incertidumbre descrita, un metaanálisis reciente se propuso identificar correlatos neurales comunes y específicos entre el TDM y el DCL. En otras palabras, el objetivo fue encontrar similitudes y diferencias en cómo afectan en el cerebro tanto la depresión como los problemas leves de pensamiento. En este sentido, el fin del estudio consistió en entender mejor qué sucede en este órgano y cómo se relacionan ambas problemáticas.
Un estudio con métodos de neuroimagen
La investigación comenzó con una búsqueda exhaustiva de artículos que trataran sobre la TDM o el DCL. Tras eliminar duplicados y revisar títulos y resúmenes, se seleccionaron 561 artículos relevantes para su inclusión en el metaanálisis. Se realizaron dos análisis separados, uno para personas con TDM y otro para aquellos con DCL. Asimismo, ambos análisis se realizaron en comparación con controles de personas sanas.
Además de los análisis principales, también se llevaron a cabo análisis de superposición para identificar áreas del cerebro comunes entre la TDM y el DCL. A su vez, se realizó una serie de análisis para evaluar la variabilidad de los resultados entre los estudios.
Los resultados
La comparación de los mapeos cerebrales entre personas con TDM y las del grupo control reveló reducciones en el tamaño de ciertas áreas cerebrales en aquellos con esta condición. Dichas áreas incluyeron regiones importantes para el procesamiento emocional, la memoria y funciones ejecutivas, acaparando desde áreas frontales hasta occipitales.
Adicionalmente, se observaron volúmenes reducidos en estructuras como el hipocampo, la corteza cingulada anterior y media, ínsula y giros frontal, temporal y occipital. No se observaron áreas con un volumen cerebral mayor en el grupo de TDM en comparación con los controles.
Con esto, la comparación de las imágenes cerebrales de individuos con DCL y aquellos del grupo control también mostró una reducción volumétrica en una región cerebral. La mencionada región incluía la ínsula derecha, el opérculo rolándico y el lóbulo temporal superior. En este sentido, las zonas afectadas se enfocan en la percepción sensorial e integración de la información en aquellos con DCL. Por otra parte, tampoco se encontraron áreas con un volumen cerebral mayor en en comparación con los controles.
Zonas comunes de alteración
Al analizar las imágenes cerebrales de los voluntarios con TDM y DCL, se identificaron áreas cerebrales donde ambos grupos mostraban cambios en el tamaño del cerebro. Estas zonas similares incluían regiones como la ínsula, el polo temporal, amígdala e hipocampo. Regiones relacionadas con la regulación emocional, memoria y atención. De este modo, los hallazgos sugieren que ciertas regiones cerebrales pueden estar involucradas tanto en la depresión como en el deterioro cognitivo.
Siguiendo esta línea, los hallazgos sugieren la existencia de una conexión entre ambas condiciones. Por lo que se respalda la idea de posibles mecanismos biológicos subyacentes que las vinculan. Adicionalmente, los autores destacaron la importancia de investigarlas más a fondo en futuros estudios.
Depresión y deterioro cognitivo: Una conexión sostenible
Como se mencionó, se encontró que tanto las personas con TDM como las afectadas con DCL presentaban reducciones volumétricas de varias regiones cerebrales. Esto sugiere que las reducciones pueden reflejar déficits en la comunicación y participación en actividades mentales estimulantes, factores de riesgo para ambos trastornos.
Por ejemplo, el área de la ínsula abarca el procesamiento socioemocional y cognitivo, mientras que el giro temporal superior conforma una red de lenguaje. Además, la reducción en partes como la amígdala, hipocampo y tálamo podría estar relacionada con el procesamiento emocional y la memoria.
De este modo, los cambios pueden reflejar síntomas específicos de cada trastorno. De forma que en el TDM destacaría la integración deficiente de la información emocional; mientras que en el DCL, los déficits en la cognición y la función ejecutiva.
Hacia futuras investigaciones en TDM y DCL
El estudio revela cómo la depresión y el deterioro cognitivo están intrincadamente conectados. Los vínculos entre las condiciones quedan en evidencia a través de la resonancia magnética estructural. El presente estudio destaca la urgente necesidad de identificar biomarcadores comunes y desarrollar intervenciones clínicas efectivas para abordar esta comorbilidad.
En adición, la conexión entre la depresión y el deterioro cognitivo abre nuevas preguntas sobre los mecanismos biológicos subyacentes y cómo abordar eficazmente dichas condiciones… ¿Cómo podrían desarrollarse enfoques terapéuticos más específicos para tratarlas simultáneamente? Por último, si te interesa aprender más sobre la depresión y su abordaje, te invitamos a conocer nuestro curso en terapia de activación conductual.
Referencia bibliográfica
- Zacková, L., Jáni, M., Brázdil, M., Nikolova, Y. S. y Marečková, K. (2021). Cognitive impairment and depression: Meta-analysis of structural magnetic resonance imaging studies. NeuroImage: Clinical, 32, 102830. https://doi.org/10.1016/j.nicl.2021.102830