La psicología, como disciplina multifacética, tiene su campo de acción extendido en varias ramas especializadas que abordan diferentes aspectos de la mente humana y su relación con la conducta. Dos de estas ramas (a menudo, objeto de interés y confusión) son la psicología criminal y la psicología forense. A simple vista, ambas pueden parecer similares, ya que se ocupan del ámbito legal y el comportamiento humano, pero aquí es donde las similitudes se desvanecen y las diferencias comienzan a emerger. ¿Te has preguntado alguna vez cuáles son las diferencias entre la psicología criminal y la psicología forense?
Por un lado, la psicología forense
La psicología forense, como rama especializada de la psicología, se dedica a aplicar los conocimientos y principios psicológicos al ámbito legal. Tal es así, que su función principal consiste en la recopilación, análisis y presentación de evidencia psicológica en contextos judiciales.
Para llevar a cabo dicha tarea, es esencial que el psicólogo forense tenga un profundo entendimiento del derecho penal vigente en su jurisdicción, lo que le permite llevar a cabo evaluaciones legales y comunicarse de manera efectiva con jueces y abogados.
Un asesor valioso
No obstante, las responsabilidades de un psicólogo forense van más allá de la mera recolección de datos. También se encarga de emitir dictámenes y ofrecer recomendaciones relacionadas con la responsabilidad, salud mental y seguridad de los individuos involucrados en un caso.
Además, este profesional está capacitado para evaluar actos criminales y determinar la presencia de diversos déficits. Ya sean de desarrollo, neurológicos, psicofisiológicos, intelectuales, de personalidad o motores (Gutierrez et al., 2023).
Por otro, la psicología criminal
La psicología criminal se enfoca en profundizar en el fenómeno de la delincuencia, analizando sus causas, consecuencias y posibles tratamientos con el propósito de contribuir a su prevención y reducción mediante intervenciones adecuadas. Con esto, los psicólogos criminales desempeñan un rol fundamental al llevar a cabo evaluaciones psicológicas con el fin de anticipar resultados y determinar las mejores estrategias de tratamiento, centrándose en el estudio de la personalidad de los individuos involucrados en actos delictivos. Adicionalmente, la psicología criminal también abarca la terapia destinada a modificar comportamientos antisociales en estas personas.
No cabe duda, el ámbito de trabajo de los psicólogos criminales es amplio y diverso, abarcando desde la evaluación de la personalidad y el comportamiento de los delincuentes, hasta la elaboración de perfiles criminales y evaluación de la credibilidad de los testimonios. Además, pueden participar en la evaluación de la capacidad mental de los acusados, determinar su competencia para ser sometidos a juicio, evaluar el nivel de peligrosidad criminal y estimar el riesgo de reincidencia (Sahni y Phakey, 2021).
Diferencias clave entre psicología forense y criminal
Ahora que se ha explorado qué implica la psicología criminal y la psicología forense, es esencial destacar las diferencias clave en sus objetivos y enfoques de trabajo. Para clarificar aún más estas distinciones, a continuación, profundizaremos en sus áreas de intervención respectivas y cómo se complementan en el ámbito legal.
Diferencias en objetivos y métodos de trabajo
En primer lugar, la psicología criminal tiene como objetivo primordial la prevención y el tratamiento de la delincuencia. Así pues, los psicólogos criminales se centran en desentrañar las causas subyacentes de los comportamientos delictivos, entender sus efectos y diseñar estrategias de tratamiento eficaces. Por ello, su labor se orienta hacia la reducción de la delincuencia y la rehabilitación de los delincuentes.
Por otro lado, la psicología forense se enfoca en la aplicación de los conocimientos psicológicos al sistema legal. En consecuencia, su objetivo principal es proporcionar información psicológica relevante que pueda respaldar la toma de decisiones judiciales. Además, los psicólogos forenses desempeñan un papel esencial al presentar evidencias psicológicas en los tribunales y ayudar a los jueces y abogados a comprender mejor los aspectos psicológicos de un caso.
Métodos de trabajo distintos
Otra diferencia crucial radica en los métodos de trabajo utilizados por ambas disciplinas. La psicología criminal se basa principalmente en métodos de investigación y evaluación psicológica. Con lo que los psicólogos criminales utilizan estas herramientas para comprender a fondo el comportamiento de los delincuentes y analizar su personalidad. Esta información es esencial para el diseño de estrategias de prevención y tratamiento.
En cambio, la psicología forense se apoya en métodos de evaluación y peritaje. Es así que, los psicólogos forenses son expertos en la presentación de evidencias psicológicas en los tribunales y en la evaluación de la capacidad mental de los acusados. Es decir, su trabajo se centra en garantizar que los aspectos psicológicos relevantes se consideren adecuadamente en el proceso legal (Milano, 2019).
Ejemplos de situaciones requiriendo cada disciplina
Cuando se trata de evaluar y tratar a delincuentes con el objetivo de prevenir la reincidencia, los psicólogos criminales desempeñan un papel crucial. Su expertise se utiliza para diseñar programas de rehabilitación y terapia que aborden las causas subyacentes de la conducta delictiva. En contrapartida, en situaciones donde se cuestiona la capacidad mental de un acusado para ser juzgado, los psicólogos forenses entran en acción.
Así, ellos evalúan y presentan informes sobre la salud mental de la persona acusada, lo que puede influir en las decisiones judiciales sobre su responsabilidad penal. Dichas diferencias fundamentales en objetivos y métodos hacen que la psicología criminal y la psicología forense sean dos disciplinas complementarias pero distintas, cada una contribuyendo de manera única al campo de la justicia y la comprensión de la conducta humana en contextos legales.
Conclusión
Dentro del sistema legal, la psicología desempeña un papel valioso a través de sus diversas ramas, entre las que destacan la psicología criminal y la psicología forense. A pesar de las diferencias inherentes entre estas disciplinas, ambas comparten un objetivo común: la búsqueda de la verdad y la promoción de la justicia. La colaboración armoniosa entre psicólogos criminales y forenses se convierte en el pilar fundamental que fortalece el sistema de justicia en su conjunto.
Su capacidad para ofrecer una visión integral de los casos legales, evaluando no solo a los acusados, sino también examinando las complejidades del comportamiento humano en el ámbito legal, enriquece de manera significativa la toma de decisiones judiciales. Así, si bien hay diferencias entre la psicología forense y la psicología criminal, ambas se mantienen firmes en su compromiso de contribuir al bienestar de la sociedad.
Referencias bibliográficas
- Gutierrez, R., Donovan, A. L., Roy, S. y Glassmire, D. M. (2023). Forensic psychology. Elsevier eBooks.
- Sahni, S. P. y Phakey, N. (2021). Criminal Psychology: Understanding Criminal Behaviour. En: Sahni, S.P. y Bhadra, P. (Eds) Criminal Psychology and the Criminal Justice System in India and Beyond. Springer.
- Milano, W. E. A. (2019). Entre la psicología criminal, la psicología forense y la psicología penitenciaria. Ciencia Digital, 3,(1.1), 23-39. https://doi.org/10.33262/cienciadigital.v3i1.1.357
- Kumar, S. D., Sharma, S. y Illame, S. (2021). Forensic Psychology and Its Role In Criminal Investigation. International Medico-Legal Journal, 1-11.