En la era digital el acceso ilimitado a información médica puede llevar a una inesperada consecuencia, una preocupación excesiva por la salud. Este fenómeno, cada vez más común, plantea interrogantes sobre cómo gestionamos la información en línea y sus efectos en nuestra salud mental. Exploraremos en detalle un desafío contemporáneo, la cibercondría. ¿Cómo podemos abordar de manera efectiva esta creciente ansiedad relacionada con la salud en línea?
¿Qué es exactamente la cibercondría?
La cibercondría es un fenómeno contemporáneo que surge de la fácil accesibilidad a la información médica en línea. Se caracteriza por una búsqueda compulsiva de información sobre la salud en Internet, lo que puede generar ansiedad y preocupación excesiva.
Y es que, a medida que las personas exploran la red en busca de respuestas, es más probable que queden atrapadas en un ciclo de búsqueda interminable, lo cual intensifica su angustia. Por consiguiente, es imperativo comprender los mecanismos detrás de la cibercondría y desarrollar estrategias efectivas para enfrentarla.
Su relación con la hipocondría
La cibercondría y la conocida hipocondría (llamada ahora trastorno de ansiedad por enfermedad) están relacionadas en el sentido de que ambas implican una preocupación excesiva por la salud e interpretación errónea de síntomas físicos. Por un lado, la cibercondría se refiere específicamente a la tendencia a realizar búsquedas excesivas de información de salud en Internet. Mientras, la hipocondría se caracteriza por una preocupación persistente y excesiva por tener una enfermedad grave (Jungmann et al., 2024).
Sobre los criterios de diagnóstico
Si bien no está oficialmente clasificada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés), la cibercondría se considera una variante moderna de la hipocondría. Su etiología destaca la ansiedad por la salud como un factor principal, aumentada por el exceso de información en la web.
En consonancia con lo anterior, tal tipo de ansiedad se ve significativamente amplificada por la avalancha de información médica disponible en línea. Pues la sobreabundancia de datos puede desencadenar y alimentar la preocupación excesiva por la propia salud, creando una espiral de búsqueda compulsiva de respuestas.
Lo cierto es que, a pesar de que no existen criterios de diagnóstico establecidos, se han desarrollado herramientas de evaluación. Un ejemplo de ello es la Escala de severidad de cibercondría (Cyberchondria Severity Scale, CSS, en inglés), utilizada para medir su impacto. Por otro lado, en términos de tratamiento, la psicoeducación se presenta como el enfoque principal, aunque no se ha definido un tratamiento farmacológico específico (Erdogan y Hocaoglu, 2020).
Exceso de información: ¿Cómo impacta la salud mental?
La cibercondría puede tener consecuencias negativas significativas para la salud mental. Y es que, dicho fenómeno puede desencadenar un aumento considerable de la ansiedad, estrés y preocupación excesiva por la salud.
De hecho, las personas que la experimentan a menudo se encuentran inmersas en un estado de profunda ansiedad y malestar, impulsado por creencias metacognitivas que amplifican sus preocupaciones. Asimismo, la ansiedad persistente puede tener un efecto significativo en el bienestar psicológico de los afectados.
Por otro lado, la cibercondría puede estar estrechamente relacionada con la adicción a Internet. Un patrón de comportamiento compulsivo que puede exacerbar aún más los efectos adversos en la salud.
Tal es así, que la adicción a Internet se ha asociado con una serie de problemas psicológicos, incluida la ansiedad, depresión y adicción en sí misma. De esta manera, el ciclo puede llevar a una mayor dependencia de Internet como fuente de alivio temporal de la ansiedad, lo que a su vez aumenta la cibercondría y perpetúa el problema. Expandamos esto, a continuación (Khait et al., 2022).
Sobre el estrés y la ansiedad
La interrelación entre el estrés, la ansiedad y la cibercondría se manifiesta en cómo se potencian mutuamente para aumentar las preocupaciones de salud. Así, cuando las personas experimentan altos niveles de estrés, el sistema nervioso se activa, volviéndolas más sensibles a las sensaciones físicas y emocionales. De este modo, la sensibilidad puede provocar una mayor percepción de síntomas, desencadenando ansiedad por la salud.
En un intento por mitigar dicha ansiedad, se recurre a Internet en busca de información médica, donde pueden encontrarse datos contradictorios o poco confiables. Asimismo, la exposición constante a información médica en línea puede generar más estrés y ansiedad. Esto es así, ya que algunos pueden encontrar información alarmante o interpretar mal los síntomas comunes como signos de enfermedades graves. Y, como resultado, caer en un patrón de cibercondría, donde la ansiedad por la salud se ve exacerbada por la sobreexposición a información (Gandla et al., 2021).
¿Se puede prevenir la cibercondría?
Para prevenir y manejar la cibercondría es fundamental mejorar la alfabetización en información de salud en línea. Esto implica educar sobre cómo buscar, evaluar y utilizar críticamente la información de salud en la web. Pues, al discernir entre fuentes confiables y no confiables, se puede acceder a información precisa y de calidad. Por ello, se recomienda obtener información de sitios web confiables, como instituciones de salud reconocidas o agencias gubernamentales, para garantizar la veracidad de la información.
Más allá de la educación…
Además, es útil utilizar guías proporcionadas por entidades oficiales con el fin de distinguir entre sitios confiables y no confiables. Dichas guías ofrecen pautas claras sobre la evaluación de la credibilidad de una fuente en línea.
Asimismo, es importante ajustar las expectativas sobre la información de salud en línea, recordando que tal información es complementaria a la consulta con un profesional de la salud y no reemplaza un diagnóstico médico adecuado. Lo que conlleva evitar el auto-diagnóstico y la generación de ansiedad innecesaria.
Por último, desarrollar estrategias para mejorar la interpretación y gestión de la información de salud en línea es clave. Esto es, enseñar a interpretar críticamente la información, manejar la ansiedad y buscar ayuda profesional cuando sea necesario (Starčević et al., 2020).
Conclusión
La cibercondría emerge como un desafío contemporáneo en la salud mental, subrayando la necesidad de una exploración más profunda y comprensión de sus complejidades. Esta reflexión nos invita a considerar el impacto del mundo digital en nuestra salud psicológica y priorizar la investigación en este campo en constante evolución. Solo al comprender plenamente la cibercondría podemos desarrollar estrategias efectivas para abordarla, promoviendo así un equilibrio saludable entre la tecnología y el bienestar emocional en la sociedad moderna.
Referencias bibliográficas
- Erdogan, A. y Hocaoglu, Ç. (2020). Cyberchondria: A Review/Siberkondria: Bir Gozden Gecirme. Psikiyatride Guncel Yaklasimlar/Current Approaches to Psychiatry, 12(4), 435-444.
- Gandla, S., Dayala, P. y Kadiyala, P. (2021). Cyberchondria: An emerging form of health anxiety. Archives Of Mental Health, 22(2), 148. https://doi.org/10.4103/amh.amh_49_21
- Jungmann, S. M., Gropalis, M., Schenkel, S. y Witthöft, M. (2024). Is Cyberchondria specific to Hypochondriasis? Journal Of Anxiety Disorders, 102, 102798. https://doi.org/10.1016/j.janxdis.2023.102798
- Khait, A. A., Mrayyan, M. T., Al‐Rjoub, S., Rababa, M. y Al‐Rawashdeh, S. (2022). Cyberchondria, Anxiety Sensitivity, Hypochondria, and Internet Addiction: Implications for Mental Health Professionals. Current Psychology, 42(31), 27141-27152. https://doi.org/10.1007/s12144-022-03815-3
- Starčević, V., Berle, D. y Arnáez, S. (2020). Recent insights into cyberchondria. Current Psychiatry Reports, 22(11). https://doi.org/10.1007/s11920-020-01179-8