Comúnmente, se entiende que vivir estresado es malo para la salud. Sin perjuicio de esto, existen ciertos factores que explican los sistemas de respuesta al estrés de muchas personas. Por ejemplo, uno de ellos es el haber atravesado por experiencias adversas tempranas en la niñez. De acuerdo con una revisión, se halló que, el haber vivido una o más de estas experiencias, influía en peores resultados en la salud de la adultez. En esta nota, discutiremos sobre los hallazgos de la investigación, aprendiendo de términos como carga alostática (CA) y experiencias adversas tempranas (EAT).

Vivir experiencias adversas tempranas deja sus huellas

En una revisión sistemática realizada por Finlay y colaboradores (2022), un concepto clave es el de EAT. Las mismas engloban eventos potencialmente traumáticos, como maltrato, abuso y entornos perjudiciales. O sea que, en contextos de exposición a la violencia, dichas experiencias generan impactos duraderos en la salud, tanto física como mental.

Impactos en el cerebro: Sistema inmunológico y endocrino

A su vez, cada instancia de EAT representa una carga significativa para el bienestar general. Por ejemplo, la evidencia sugiere que el estrés tóxico repetido en la infancia puede provocar daños permanentes en el desarrollo cerebral. Asimismo, este fenómeno aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura al afectar sistemas neurales, inmunológicos y endocrinos.

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Es por eso que, hoy en día, se sostiene que existe una conexión entre haber padecido EAT y tener consecuencias negativas en la salud. De hecho, diversas investigaciones indican que la presencia de EAT puede determinar el desarrollo de condiciones médicas crónicas y la vulnerabilidad psicológica.

En ese sentido, las EAT están estrechamente vinculadas al estrés, especialmente al estrés crónico y tóxico. Como consecuencia, una exposición excesiva al estrés acelera el envejecimiento lo que, inevitablemente, acarrea problemas de salud.

¿Qué tiene que ver la alostasis?

Por otro lado, los autores mencionan el término CA, pero para comprender su significado, es necesario primero entender el concepto de alostasis. En este contexto, la homeostasis se refiere al mantenimiento de un equilibrio dinámico y constante en el ambiente interno del cuerpo. A través de mecanismos de retroalimentación, el organismo contrarresta desviaciones para conservar la estabilidad, como ocurre en la regulación de la temperatura. En contraste, la alostasis adopta un enfoque más amplio y dinámico, reconociendo que el organismo se adapta continuamente a cambios ambientales, ajustando sus sistemas fisiológicos para mantener un equilibrio funcional frente a demandas variables.

¿Y la carga alostática?

Bajo este contexto, la CA refiere a la acumulación de desgaste fisiológico y consecuencias negativas para la salud que resultan de la exposición prolongada a niveles elevados de estrés. En otras palabras, la carga alostática es el costo biológico de la adaptación continua a situaciones estresantes.

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Para evaluarla, se miden varios biomarcadores en diferentes sistemas fisiológicos, incluidos el cardiovascular, neuroendocrino, metabólico e inmunológico. Así, los biomarcadores comúnmente evaluados incluyen la presión arterial, el índice de masa corporal, la proteína C-reactiva y el cortisol.

Posteriormente, se calcula el índice de CA utilizando una puntuación acumulativa de biomarcadores. Como se podrá inferir, un índice de carga alostática más alto indica una mayor desregulación multisistémica, y mayor riesgo de resultados adversos para la salud.

¿Conexión entre EAT y la CA?

En esta revisión, se halló una clara conexión entre las EAT y la CA. Ahora, el tamaño del impacto conjunto fue moderado, lo que indica que las EAT explican buena parte de la variabilidad en la CA.

Además, se observó una relación más fuerte entre las EAT y ciertos indicadores biológicos, especialmente los vinculados con la inflamación, función cardiovascular y metabolismo lipídico. Esto quiere decir que las personas que han experimentado EAT tienen más probabilidades de tener desregulación en estos sistemas fisiológicos específicos. Como resultado, puede aumentar su riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos metabólicos.

Limitaciones por el formato de investigaciones de EAT

Los autores reconocen diversas limitaciones en su estudio:

  • Predominancia de estudios transversales y de cohorte: Esto limita establecer asociaciones causales entre EAT y CA.
  • Posibilidad de sesgo de publicación: Los estudios con resultados nulos pueden tener menos probabilidad de ser publicados.
  • Variabilidad en las definiciones y medidas de EAT y CA entre los estudios revisados: Que contribuye a la heterogeneidad de los resultados.
  • Su revisión se enfocó en estudios realizados en países de ingresos altos, cuyos hallazgos pueden no ser generalizables a otros entornos.

Lo que podemos aprender de esta revisión

Entre las sugerencias recogidas en este artículo, se enfatiza la importancia de utilizar estrategias tempranas de intervención y prevención para mitigar las consecuencias a largo plazo de las EAT.

De igual manera, es necesario emplear medidas estandarizadas de EAT y CA en futuros estudios, buscando mejorar la comparabilidad y generalización de los hallazgos. Además, los autores sugieren que la investigación futura se enfoque en identificar los mecanismos subyacentes que conectan las EAT y la CA. Así, se podrán desarrollar intervenciones efectivas para prevenir y tratar los resultados negativos asociados.

Los profesionales deben ser conscientes del impacto de las EAT

Por otra parte, las implicaciones del estudio resaltan que los profesionales de la salud deben estar conscientes del impacto potencial de las EAT en la salud y bienestar de las personas. Además, se aboga para que las políticas y programas de salud pública prioricen estrategias de prevención e intervención temprana. De esa forma, se apuntaría a las causas fundamentales de las EAT y su influencia en la salud a lo largo de la vida.

¿Qué conclusiones podemos extraer?

En resumen, los autores descubrieron que las experiencias adversas tempranas se relacionan con un aumento en la carga alostática, que decanta en resultados de salud deficientes en la edad adulta. A su vez, esta conexión se ve afectada o mediada por conductas de riesgo para la salud, apoyo social y recursos de afrontamiento.

En otra instancia, la revisión resalta la importancia de dirigirse a personas en riesgo e implementar intervenciones tempranas con el fin de reducir la CA y sus consecuencias perjudiciales para la salud. En general, los hallazgos sugieren que las EAT son un factor de riesgo importante para la CA y los resultados de salud relacionados.

Referencia bibliográfica

  • Finlay, S., Roth, C., Zimsen, T., Bridson, T. L., Sarnyai, Z. y McDermott, B. (2022). Adverse childhood experiences and allostatic load: A systematic review. Neuroscience and Biobehavioral Reviews136(104605), 104605. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2022.104605