Los abordajes para mejorar la calidad de vida de las personas que conviven con trastornos de salud mental y sus entornos más cercanos son diversos. Así, de los recursos más utilizados se encuentran las herramientas de psicoeducación y constituyen una de las primeras acciones que emprenden los profesionales de la salud mental. De esta forma, suelen presentarse como un recurso favorable y relativamente sencillo de utilizar que genera cambios significativamente positivos en la persona y su círculo de relacionamiento. Si bien estas se han hecho conocidas mayormente por terapeutas cognitivos-comportamentales, cada vez más corrientes psicológicas han comenzado a utilizarlas. ¿De qué tratan las herramientas de psicoeducación? ¿Cómo se utilizan en algunas afecciones de índole mental?

La psicoeducación: Un recurso primordial

La psicoeducación puede ser definida como la educación de una persona que convive con una afección mental. Esta se da en áreas temáticas que sirven a los objetivos de tratamiento y mejora de la calidad de vida.

De esta forma, se utilizan recursos confiables de información que proporcionan un mayor entendimiento de la problemática. Así, el propósito de la educación de la persona y su entorno es capacitar a los mismos para participar activamente en el tratamiento, al igual que propiciar mayor conocimiento para reducir la ansiedad e incertidumbre de los síntomas.

Cuando el estigma y el desconocimiento sentencian

Y es que, el cumplimiento del tratamiento para personas con afecciones graves y persistentes suele ser de gran preocupación y a menudo es un foco de educación de la persona y su entorno. Lo que se debe a que muchas personas con cuadros mentales graves resultan hospitalizadas con frecuencia y de manera repetida debido a un bajo compromiso con el tratamiento. En ocasiones, esto puede ser resultado del desconocimiento acerca de la efectividad del mismo o la estigmatización arraigada al diagnóstico (Xia et al., 2011).

herramientas de psicoeducación

Un recurso dinámico

La educación es un proceso gradual. Así, el aprendizaje implica más que la proporción de información fuera de contexto que puede hallarse en búsquedas rápidas.

De esta forma, las herramientas de psicoeducación también pueden involucrar procesos cognitivos complejos, afectivos y psicomotores acerca de la afección, buscando nuevas herramientas de regulación y manejo de la sintomatología.

Resulta importante destacar que el aprendizaje conlleva cambios en el comportamiento, habilidades o actitudes que influye significativamente en la calidad de vida. Además, la educación de la persona puede adoptar diversas formas según las habilidades e intereses de esta. Por ejemplo, la educación puede llevarse a cabo en pequeños grupos o de manera individualizada, puede incluir el uso de vídeos o folletos, o una combinación de estos (Xia et al., 2011).

Intervenciones en psicoeducación

La mayoría de la literatura aborda la psicoeducación para personas con afecciones mentales graves y persistentes, como esquizofrenia, trastorno bipolar, el consumo de sustancias, por mencionar algunos.

Herramientas de psicoeducación en trastorno bipolar

La psicoeducación es un enfoque que muchas veces es destinado a mejorar el resultado del tratamiento de personas con trastorno bipolar y potenciar la prevención de episodios futuros. Este tipo de terapia psicológica puede ofrecerse como tratamiento complementario a la farmacoterapia estándar y proporciona una capacitación conductual basada en la información.

¿El objetivo? Ajustar el estilo de vida de la persona y las estrategias para hacer frente al trastorno bipolar. Esto incluye el aumento de la conciencia sobre la enfermedad, adherencia al tratamiento, detección temprana de recaídas y evitación de factores potencialmente perjudiciales como el abuso de sustancias y la privación del sueño.

afecciones mentales

Ahora, a pesar de los informes sobre su eficacia profiláctica, la psicoeducación no es efectiva para tratar episodios agudos. Y es que, puede tener limitaciones en personas con un mayor número de episodios maníacos previos debido, probablemente, a un deterioro neuropsicológico (Stafford y Colom, 2013).

¿Y en la esquizofrenia?

Quizás pueda pensarse así, pero las personas diagnosticadas con esquizofrenia no son tratadas únicamente con medicación. Aunque este enfoque sigue siendo el tratamiento principal para el manejo del cuadro, existe la necesidad de intervenciones psicosociales que ayuden a proporcionar un enfoque biopsicosocial.

Las intervenciones psicosociales en el manejo de la esquizofrenia se han expandido de manera sólida durante las últimas tres décadas. Por esa razón, las intervenciones de psicoeducación es una de las más antiguas y conocidas en el tratamiento de la esquizofrenia.

Cabe destacar, que la psicoeducación no solo proporciona información, sino que es un método de entrenamiento que se centra en fomentar la comprensión y ofrecer formas de controlar, adaptarse y vivir con un problema de salud mental. Así, el uso de herramientas de psicoeducación en la esquizofrenia tiende a tener resultados positivos, como una mayor adherencia a la medicación, nivel de conocimiento sobre la enfermedad, mejores habilidades sociales y de afrontamiento, menor cantidad de recaídas y gravedad de los síntomas psiquiátricos, estigma internalizado y mejor calidad de vida (Alhadidi et al., 2020).

Finalmente, en el consumo de sustancias

Esta forma de educación también busca ampliar el conocimiento del consumidor y su círculo acerca del malestar de la persona que consume y sus tratamientos, empoderarlos y proporcionarles herramientas que respalden el funcionamiento familiar de apoyo y contención. De hecho, la prevención de recaídas ha sido un enfoque significativo de muchas intervenciones de psicoeducación en el consumo problemático de sustancias.

Generalmente, los objetivos dirigidos a las familias son aumentar su capacidad para ayudar a la persona que consume a enfrentar su situación, utilizar información para apoyar la recuperación del individuo y, en algunos casos, reducir la reactividad emocional no útil de los miembros de la familia ante ello. Además, la psicoeducación familiar puede implementarse en grupos de múltiples familias o con familias individuales (Lyman et al., 2014).

Conclusión

Conocer las afecciones mentales que pueden influir en nuestra vida y las de los seres cercanos constituye un abordaje clave en salud mental. Así, las herramientas de psicoeducación proporcionan claves de entendimiento y toma de protagonismo donde las personas pueden recuperar cierta sensación de control sobre sus vidas. Este factor es de vital importancia debido a la continua estigmatización de las afecciones mentales, buscando nuevas e innovadoras aproximaciones que mejoren la calidad de vida.

Referencias bibliográficas

  • Alhadidi, M. M., Lim Abdullah, K., Yoong, T. L., Al Hadid, L. y Danaee, M. (2020)A systematic review of randomized controlled trials of psychoeducation interventions for patients diagnosed with schizophrenia. International Journal of Social Psychiatry, 002076402091947. Doi: 10.1177/0020764020919475
  • Lyman, D. R., Braude, L., George, P., Dougherty, R. H., Daniels, A. S., Ghose, S. S. y Delphin-Rittmon, M. E. (2014). Consumer and Family Psychoeducation: Assessing the evidence. Psychiatric Services65(4), 416-428. https://doi.org/10.1176/appi.ps.201300266
  • Stafford, N. y Colom, F. (2013). Purpose and effectiveness of psychoeducation in patients with bipolar disorder in a bipolar clinic setting. Acta Psychiatrica Scandinavica127, 11-18. https://doi.org/10.1111/acps.12118
  • Tursi, M. F. de S., Baes, C. von W., Camacho, F. R. de B., Tofoli, S. M. de C. y Juruena, M. F. (2013). Effectiveness of psychoeducation for depression: A systematic review. Australian & New Zealand Journal of Psychiatry, 47(11), 1019-1031. Doi: 10.1177/0004867413491154 
  • Xia, J., Merinder, L. B. y Belgamwar, M. R. (2011)Psychoeducation for schizophrenia. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2011(6), CD002831. Doi: 10.1002/14651858.cd002831.pub2
  • Zhao, S., Sampson, S., Xia, J. y Jayaram, M. B. (2015)Psychoeducation (brief) for people with serious mental illness. Cochrane Database of Systematic Reviews, (4), CD010823. Doi: 10.1002/14651858.cd010823.pub2