¿Alguna vez has visto la película “Una mente brillante” o “Una mente maravillosa”? El protagonista es un prometedor matemático que, con el paso del tiempo, comienza a presentar alucinaciones y comportamientos inadecuados en su vida diaria. Esto lo lleva a descubrir que tiene esquizofrenia, un trastorno que requiere de tratamiento. Al inicio, dicho diagnóstico genera rechazo en nuestro protagonista, no obstante, después acepta y aprende a vivir con ello. Esto nos lleva preguntarnos, ¿Cuál es la neurobiología de la esquizofrenia? ¿Cómo es el cerebro en la esquizofrenia? ¿Cómo está implicada la cognición social en la esquizofrenia? Intentaremos responder estas preguntas a continuación.

En primer lugar, ¿qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia es un trastorno mental que se caracteriza por una distorsión en percepciones, pensamiento, lenguaje, emociones, conducta y consciencia sobre uno mismo. Se especifica por presentar tanto síntomas positivos como negativos, lo que hace característico el cerebro en la esquizofrenia.

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Síntomas distintos

Dentro de los síntomas positivos podemos encontrar las alucinaciones, delirios, discurso desorganizado y conductas extravagantes y/o desorganizadas. Cabe destacar que también poseen una alta tendencia a experimentar apofenia, la cual contribuye en la construcción de los delirios y alucinaciones. En cuanto a los síntomas negativos, principalmente, aplanamiento o alteración de las emociones y abulia (OMS, 2019).

Así mismo, queda afecta notablemente la calidad de vida de la persona. Esto se debe a que dicho trastorno impacta, significativamente, en su funcionamiento. Y, en consecuencia, en los ámbitos sociales, familiares y laborales, entre otros.

Además, después de iniciada la enfermedad, se ha encontrado que es muy difícil volver a conseguir el funcionamiento óptimo en estos entornos. Por tanto, hay un cambio notable en el día a día, mostrando la necesidad constante de apoyo a nivel médico, social y psicológico. Dichos cambios en el funcionamiento se deben, en parte, a las afectaciones a nivel cerebral y cognitivo que presentan las personas con esquizofrenia (Jufe, 2014).

¿Qué afectación a nivel cognitivo presenta el cerebro en la esquizofrenia?

Para comenzar, es importante aclarar que dentro de este trastorno existe mucha heterogeneidad, especialmente en los aspectos relacionados con el funcionamiento cognitivo. Esto hace que los resultados de las investigaciones sean muy variables y, por ende, no se conozca de manera exacta cuál es el perfil cognitivo. Sin embargo, intentaremos entender cómo funciona el cerebro en la esquizofrenia.

Algunos estudios curiosos

En diversas investigaciones se ha encontrado que una de las funciones que muestra más afectación es la flexibilidad cognitiva. Es decir, el cambio de estrategias o de la actividad suele suponer un esfuerzo mayor.

Además, se ha encontrado que tales alteraciones se relacionan más con los síntomas negativos de este trastorno. Asimismo, la memoria verbal se encuentra implicada debido a que hay dificultades para el aprendizaje y evocación de información verbal. Por lo tanto, los resultados de evaluaciones que se han realizado indican que las personas con esquizofrenia están por debajo del promedio de una persona que no presente ningún trastorno (Zegarra-Valdivia, 2016).

Con lo anterior, la atención es otra de las funciones que se encuentra alterada, especialmente la atención sostenida, selectiva y alternante. Esto provoca que la persona cometa errores relacionados con el mantenimiento dentro de una tarea, la selección de estímulos relevantes y el cambio de una tarea a otra. Lo que, a su vez, implica problemas en el desarrollo de las actividades de la vida diaria, por ejemplo, trabajar o mantener una conversación, entre otras (Piñón et al., 2018).

¿Qué más dicen estas investigaciones sobre el cerebro en la esquizofrenia?

A pesar de la variabilidad de resultados, algunas investigaciones han encontrado resultados comunes respecto al funcionamiento cognitivo en las personas con esquizofrenia. Una de ellas es la realizada por Piñón et al. (2018), en la que aplicaron diversas pruebas neuropsicológicas y hallaron dificultades en estas.

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Asimismo, encontraron la presencia de deterioro cognitivo moderado, disminución en la velocidad de procesamiento, dificultades en la percepción y problemas en la inhibición.

Por otro lado, Penadés et al. (2019) reportaron dificultades adicionales tanto en la memoria de trabajo como en la inhibición. Reflejando, así, problemas para realizar tareas que requieren de la manipulación de información de manera mental e inhibición de estímulos que nos son relevantes.

Lepage et al. (2014) recalcaron que dentro de las bases neurobiológicas de la esquizofrenia también es importante considerar afectaciones en la memoria visual y la memoria de trabajo. Lo que implica dificultades en pruebas como la figura de rey (FCRO), dígitos, letras y números (WAIS). Igualmente, Bedoya (2019) encontró que en el cerebro en la esquizofrenia hay una disminución del funcionamiento cognitivo general, aunque aclara que se utilizó una prueba de rastreo simple. Asimismo, dio con una disminución en la fluidez verbal y el funcionamiento visoespacial.

Por último, la investigación realizada por Zegarra-Valdivia (2016) halló que en la neurobiología de la esquizofrenia hay presencia de problemas en diversas funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, planificación, categorización e inhibición. Sin embargo, la afectación es más significativa en la flexibilidad cognitiva.

¿Existe alguna afectación en la cognición social en la esquizofrenia?

Como hemos referido anteriormente, una de las principales dificultades que presentan las personas con esquizofrenia se relaciona con el funcionamiento social. Por tanto, en la neurobiología de la esquizofrenia toma protagonismo la cognición social, un proceso que permite interpretar correctamente los signos sociales y responder adecuadamente en consecuencia (Butman, 2001).

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A partir de la cognición social se pueden explicar algunos de los síntomas característicos del cerebro en la esquizofrenia, así como ciertas dificultades que se mantiene en la vida diaria.

En este caso, Zegarra-Valdivia (2016) encontraron que aspectos relacionados con la cognición social en la esquizofrenia, como la teoría de la mente, se encuentran disminuidos. Por lo tanto, no monitorean correctamente los estados mentales y los interpretan equívocamente.

En el cerebro, en la esquizofrenia, los fallos en la teoría de la mente hacen que inicialmente malinterpreten las acciones, emociones o intenciones del otro. Aspecto relacionado con los síntomas positivos que presenta.

Posteriormente, los fallos en dicho procesamiento también afectan el monitoreo o interpretación propia. Lo que le impide reconocer o plantear sus propios estados mentales o intenciones. Esto conlleva a la pérdida de la regulación conductual, que guarda relación con los síntomas negativos que se presentan y, por ende, la implicación de la cognición social.

Cerebro en la esquizofrenia: Áreas implicadas

El cerebro en la esquizofrenia presenta heterogeneidad en las implicaciones a nivel estructural. El área que más implicada se encuentra es la corteza prefrontal (CPF) y su conexión con otras zonas. Ure et al. (2019) reportan una hipoactivación de las cortezas prefrontales dorsolatelares y dorsomediales.

De igual manera, se ha encontrado que en estas mismas zonas hay una disminución de sinapsis en las neuronas dopaminérgicas tipo D1. Esto puede generar los síntomas del trastorno y algunos de los déficits cognitivos. Por otro lado, una hipoactividad en la corteza prefrontal medial y la corteza cingulada anterior reflejaría los cambios presentes en la red neuronal por defecto que presentan. Asimismo, en la neurobiología de la esquizofrenia se han encontrado fallos en algunas de las redes relacionadas con la CPF y otras áreas:

  • Tálamo-Estriado: Afectando funciones como la memoria de trabajo.
  • Cerebeloso-Talámico: Generando dificultades para priorizar, coordinar, procesar y responder a la información presentada.
  • Parietales y temporales: Relacionadas con problemas cognitivos como la memoria y atención.

Otras áreas implicadas en la neurobiología de la esquizofrenia

En el cerebro en la esquizofrenia existen otras áreas que presentan una menor activación. Un ejemplo, la amígdala. Como resultado, la persona puede mostrar problemas en la regulación y conexión con áreas límbicas, implicadas en las respuestas salientes asociadas con el miedo.

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Por otro lado, se ha encontrado que en la esquizofrenia hay una disminución del volumen en el hipocampo, relacionada con las dificultades en funciones cognitivas como la memoria. De igual manera el volumen de la ínsula se muestra disminuido, situación relacionada con algunos de los síntomas negativos. Especialmente, con déficits de autoconsciencia, introspección y empatía.

Investigaciones también han hallado en la neurobiología de la esquizofrenia una disminución del volumen del tálamo, cambios en su estructura y problemas en las conexiones, entre ellas las de la corteza prefrontal. Todo esto se puede relacionar con dificultades en la integración sensorial, atención, teoría de la mente y funciones ejecutivas. Por último, se ha encontrado en el núcleo cingulado anterior una disminución en la densidad de neuronas Von Economo (relacionadas con la teoría de la mente y el autocontrol).

Conclusión

El cerebro en la esquizofrenia tiene una naturaleza heterogénea. Esto remarca la importancia de seguir con investigaciones que permitan conocer la naturaleza de tales dificultades. Sobre todo, del funcionamiento cognitivo en la flexibilidad cognitiva, la memoria verbal y algunos procesos atencionales.

Como resultado, se observa la importancia que tienen áreas como la corteza prefrontal y el tálamo en el desarrollo de los principales síntomas de este trastorno. Asimismo, se destaca cómo la cognición social en la esquizofrenia puede explicar algunos de los síntomas. En general, queda en evidencia la complejidad del trastorno, por lo que visibilizamos la importancia de un tratamiento multidisciplinar que permita una mejor intervención.

Referencias bibliográficas

  • Bedoya, E. Y. (2019). Funcionamiento social y cognitivo en pacientes con esquizofrenia. Revista Chilena de Neuropsicología14(2), 18-24.
  • Butman, J. (2001). La cognición social y la corteza cerebral. Revista Neurológica Argentina, 26, 117-122.
  • Jufe, G. S. (2014). La esquizofrenia según el DSM-5. Vertex rev. argent. psiquiatr25(113), 36-42. https://pesquisa.bvsalud.org/portal/resource/pt/biblio-1176955
  • Lepage, M., Bodnar, M. y Bowie, C. R. (2014). Neurocognition: Clinical and functional outcomes in schizophrenia. Canadian Journal of Psychiatry. Revue Canadienne De Psychiatrie59(1), 5-12. https://doi.org/10.1177/070674371405900103
  • Organización Mundial de la Salud (4 de octubre de 2019). Esquizofrenia. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/schizophrenia
  • Penadés, R., Franck, N., González-Vallespí, L. y Dekerle, M. (2019). Neuroimaging Studies of Cognitive Function in Schizophrenia. Advances in Experimental Medicine and Biology1118, 117-134. https://doi.org/10.1007/978-3-030-05542-4_6
  • Piñón, A., Álvarez, M. del C., Torres, T., Vázquez, P. y Otero, F. (2018). Perfil neuropsicológico de pacientes con diagnóstico de trastorno del espectro de la esquizofrenia. Revista de Discapacidad, Clínica y Neurociencias: (RDCN)5(1), 1-14. https://doi.org/10.14198/DCN.2018.5.1.01
  • Ure, J., Corral, R. M. y Wainwright, E. (2019). Esquizofrenia y la desconexión de algunos circuitos cerebrales. Revista Argentina de Neuropsicología, 36, 46-62.
  • Zegarra-Valdivia, J. A. (2016). Funcionamiento ejecutivo, teoría de la mente y toma de decisiones en pacientes estabilizados con esquizofrenia paranoide del sur del Perú. Revista Mexicana de Neurociencia16(3), 13-26.