¿Qué tan frecuente es el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en personas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA)? Ambas condiciones comparten características comunes, como pensamientos intrusivos y patrones de comportamiento repetitivos, que las conectan de manera compleja. De este modo, un artículo publicado en la revista Journal of Psychiatric Research se centró en averiguar la proporción de personas con TCA que también padece TOC. Dicha información es crucial para entender los desafíos adicionales en la coexistencia de las dos patologías para el tratamiento y diagnóstico. A continuación, se profundizará en la relación entre estos trastornos, así como también en la prevalencia del TOC en personas con diagnóstico de un TCA.

El TOC y su impacto

El TOC es una patología mental crónica que se caracteriza por la presencia de obsesiones (pensamientos intrusivos y angustiantes), y compulsiones (comportamientos repetitivos diseñados para aliviar esa angustia). En términos generales, se presenta entre el 1% y el 2% de la población mundial. Sin embargo, cuando la misma se combina con otras afecciones psiquiátricas, como los TCA, su prevalencia y severidad pueden aumentar considerablemente. Por ello, es importante resaltar que el TOC es capaz de agravar los síntomas de otras patologías y dificultar el tratamiento.

TOC y TCA

Trastornos alimentarios: Una visión general

Siguiendo esta línea, los TCA comprenden una serie de condiciones psicológicas graves que afectan los hábitos alimenticios. Asimismo, las personas afectadas suelen presentar una imagen distorsionada del cuerpo y una intensa preocupación por el peso. Entre los más comunes se encuentran la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

Al igual que el TOC, estas patologías son crónicas y, generalmente, resistentes al tratamiento. Además, se estima que alrededor del 5% de la población mundial padece algún tipo de TCA en algún momento de su vida. Y, dada la similitud en la naturaleza compulsiva de ambos trastornos, no es sorprendente que coexistan en muchas personas.

Presentación de este estudio: Metodología y objetivos

Para analizar la relación entre el TOC y los TCA, un equipo de investigadores realizó una revisión sistemática y metaanálisis. Concretamente, el objetivo fue obtener una estimación precisa de la prevalencia de la primera condición entre las personas con un diagnóstico primario de TCA.

La investigación se llevó a cabo a través de búsquedas en bases de datos, utilizando palabras clave relacionadas con la comorbilidad entre las afecciones antes mencionadas. En adición, solo se tuvieron en cuenta estudios que incluyeran muestras de pacientes mayores de 12 años y reportaran la prevalencia del TOC, ya sea a lo largo de la vida o en un momento específico.

Prevalencia del TOC en trastornos alimentarios

El análisis encontró que el 13.9% de las personas con un diagnóstico primario de TCA experimentaron TOC en algún momento de sus vidas (prevalencia a lo largo de la vida), mientras que el 8.7% lo presentaba en el momento en que se realizó el estudio (prevalencia actual). Esta diferencia refleja que muchos han sufrido TOC en el pasado, pero no necesariamente siguen padeciéndolo en la actualidad. En comparación con los controles sanos, los individuos con trastornos alimentarios tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar TOC, siendo 8.9 veces mayor a lo largo de la vida y 8 veces mayor en términos de prevalencia actual

TCA

Subtipos de TCA y riesgo de TOC

La revisión también reveló que la anorexia nerviosa del tipo purgativo es el subtipo de TCA con mayor riesgo de comorbilidad con este cuadro. Dicho subtipo, que se caracteriza por episodios de atracones seguidos de conductas purgativas, mostró una mayor prevalencia de TOC en comparación con otros subtipos de anorexia y bulimia, como por ejemplo la anorexia nerviosa restrictiva.

En contraste, el trastorno por atracón mostró el menor riesgo de comorbilidad. No obstante, es importante dejar en claro que cualquier diagnóstico de TCA aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar esta afección.

Impacto del tipo de población en la prevalencia del TOC

Por otra parte, la prevalencia fue notablemente más baja en muestras reclutadas de la comunidad y más alta en pacientes hospitalizados o en tratamiento ambulatorio. En este sentido, las personas que recibieron tratamiento hospitalario o ambulatorio mostraron una mayor incidencia de comorbilidad entre ambos tipos de patología, dando a entender que los casos más graves de TCA tienen más probabilidades de verse asociados con el TOC.

Relación entre el Índice de masa corporal y el riesgo de TOC

A su vez, el índice de masa corporal (IMC) promedio también influyó en la presente prevalencia. Las personas que tenían este indicador más bajo presentaban mayores tasas de comorbilidad entre ambos cuadros. Así, el presente hallazgo coincide con investigaciones anteriores que indicaron que las personas con TOC suelen tener un IMC más bajo que aquellas sin comorbilidad. Sin embargo, cabe destacar que la relación resultaba confusa por el diagnóstico principal de TCA, lo que sugiere que el IMC por sí solo no es un predictor absoluto del riesgo de TOC.

Edad de inicio del trastorno alimentario como factor moderador

Adicionalmente, es destacable que la edad de inicio del TCA también fue un moderador clave en la prevalencia, aunque de manera menos consistente, observándose una tendencia hacia un mayor riesgo de TOC en personas con un inicio más temprano de desórdenes alimenticios. Sin embargo, dicha tendencia no fue uniforme en todos los estudios. La presencia de un caso atípico, con una edad de inicio tardía y una baja prevalencia de TOC, distorsionó algunos resultados. Sin lugar a duda, la relación entre el momento de inicio y esta patología requiere una investigación más profunda.

TOC

Algunas limitaciones

A pesar de los resultados reveladores, la investigación presenta algunas limitaciones. Una de las principales, es la heterogeneidad de los estudios incluidos en el análisis. Al mismo tiempo, la variabilidad en los métodos de diagnóstico y los criterios utilizados en diferentes revisiones puede haber influido en las estimaciones de prevalencia.

También es resaltable la falta de análisis longitudinales, la cual dificulta determinar la causalidad entre ambas condiciones. En último lugar, los autores destacan que el enfoque principal en muestras clínicas podría haber sobreestimado la prevalencia del TOC en comparación con la población general.

Mejorando el abordaje para TOC y trastornos alimentarios

Los hallazgos de este estudio subrayan la necesidad de una mayor atención clínica a la comorbilidad entre el TOC y los TCA. Mismamente, la coexistencia de ambas condiciones no solo complica el diagnóstico, sino que también puede afectar negativamente el pronóstico y la respuesta al tratamiento. Lo anterior destaca la importancia de un enfoque terapéutico integrado que aborde tanto los síntomas alimentarios como los obsesivo-compulsivos.

En definitiva, la investigación futura deberá centrarse en identificar las mejores estrategias para tratar la presente comorbilidad. ¿Podrían los enfoques personalizados mejorar los resultados terapéuticos? Para finalizar, para profundizar en diferentes aspectos de este cuadro, te recomendamos nuestro curso sobre evaluación e intervención en TOC.

Referencia bibliográfica

  • Drakes, D. H., Fawcett, E. J., Rose, J. P., Carter-Major, J. C. y Fawcett, J. M. (2021). Comorbid obsessive-compulsive disorder in individuals with eating disorders: An epidemiological meta-analysis. Journal of Psychiatric Research, 141, 176-191. https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2021.06.035