Uno de los elementos clave en la comprensión y el tratamiento de la depresión son las distorsiones cognitivas, patrones de pensamiento sesgados que perpetúan y exacerban el estado depresivo. Estos sesgos, que pueden incluir interpretaciones exageradamente negativas o generalizaciones erróneas, no solo afectan la percepción del individuo sobre sí mismo, sino también sobre el mundo y el futuro, generando una visión pesimista y desesperanzada. ¿Qué son exactamente estas distorsiones cognitivas? ¿Cómo influyen en la vida de quienes sufren depresión?
Distorsiones cognitivas: Cuando la realidad se desfigura
Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento erróneos y negativos que llevan a interpretaciones distorsionadas de la realidad. Tales errores de pensamiento suelen ser ilógicos o exagerados, influyendo negativamente en las emociones y el comportamiento de quien lo experimenta. Según Yurica y DiTomasso (2005) entre las más renombradas, podemos encontrar:
- Abstracción selectiva: Centrarse en detalles negativos mientras se ignora lo positivo.
- Inferencia arbitraria: Llegar a conclusiones sin suficiente evidencia o con información limitada.
- Pensamiento dicotómico: Ver las cosas en términos extremos, como todo o nada.
- Sobregeneralización: Sacar conclusiones generales a partir de un solo evento negativo.
- Magnificación y minimización: Exagerar lo negativo y/o minimizar lo positivo en una situación.
- Personalización: Asumir responsabilidad por eventos externos que no están bajo nuestro control.
- Razonamiento emocional: Creer que algo es real porque sentimos que así es.
- Etiquetado: Poner etiquetas negativas a uno mismo o a los demás basándose en un incidente aislado.
- Declaraciones de debería: Tener reglas rígidas sobre cómo uno mismo o los demás deben comportarse.
- Adivinación del futuro: Predecir el futuro próximo con resultados negativos y creer que estas predicciones son absolutamente ciertas.
- Lectura de la mente: Concluir arbitrariamente que alguien está reaccionando o pensando negativamente hacia uno, sin evidencia específica.
- Catastrofización: Creer que el peor resultado posible ocurrirá o ya ha ocurrido.
Distorsiones y salud mental: Un detalle a tener en cuenta
Si bien estos errores de pensamiento no son necesariamente un indicativo de una condición de salud mental (pues todos podemos experimentarlos en la vida cotidiana), sí deben ser atendidos cuando se presentan con demasiada frecuencia. En concreto, un estudio halló que las personas que experimentan dichas distorsiones cognitivas de forma recurrente pueden ser más propensas a experimentar depresión a lo largo de sus vidas (Carneiro et al., 2023).
Errores de pensamiento en la depresión
Aaron T. Beck, psiquiatra pionero en la teoría cognitiva, identificó las distorsiones cognitivas como fundamentales en el desarrollo y mantenimiento de la depresión. Este profesional postuló que las personas con depresión tienden a interpretar los eventos de manera negativa, lo que refuerza sus sentimientos de desesperanza. A su vez, aunque los errores de pensamiento que coexisten con la depresión pueden variar, el psiquiatra denotó algunas que poseen mayor recurrencia en la misma (Beck, 1963). Con el objetivo de evaluar tales interpretaciones en al depresión, Beck creo el Inventario de Depresión, una herramienta psicométrica ampliamente utilizada.
Siguiendo esta línea, es común la presencia de la distorsión de inferencias arbitrarias en dicha afección. Así, las personas que conviven con depresión suelen interpretar eventos neutrales o ambiguos de manera negativa, sin pruebas concretas que lo respalden. Este patrón de pensamiento suele llevarlas a asumir lo peor en diversas situaciones.
Por ejemplo, si una persona con depresión recibe un mensaje de un amigo diciendo que no puede salir esa noche, es probable que lo interprete como una señal de rechazo personal. En consecuencia, podría concluir que su amigo ya no desea pasar tiempo con ella, sin considerar otras posibles razones para la cancelación del plan, como la posibilidad de que esté ocupado con otras responsabilidades o no se sienta bien.
¿Qué otras distorsiones son frecuentes?
Por otra parte, resulta recurrente la manifestación de abstracciones selectivas en esta condición. Pues parece haber una inclinación a prestar atención excesiva a los aspectos desfavorables, centrándose en lo negativo. Teniendo esto en cuenta, quien presente tal error de pensamiento, probablemente se enfoque únicamente en un comentario negativo que recibió en el trabajo, ignorando los elogios y comentarios positivos de otros compañeros sobre su desempeño general.
Además, es común la presencia de sobregeneralizaciones en aquellos que atraviesan este cuadro, ya que los mismos tienden a generalizar experiencias negativas puntuales a todas las situaciones, creyendo erróneamente que una decepción en un área de sus vidas se aplicará a todas las demás. En este sentido, tras una entrevista de trabajo fallida, la persona posiblemente crea que nunca será capaz de conseguir un trabajo, extrapolando esa situación aislada a todas las futuras oportunidades laborales.
Distorsiones en la depresión: ¿Hay más?
También es usual la manifestación de la distorsión de magnificación/minimización. De esta forma, son más propensas a engrandecer los aspectos negativos de una situación, haciéndolos parecer más graves de lo que realmente son, mientras minimizan los aspectos positivos. Este error de pensamiento contribuye a mantener el estado de ánimo depresivo y a reforzar las creencias negativas.
Además, el etiquetado implica interpretar las situaciones de manera negativa sin considerar otras posibilidades o matices. En este contexto, suelen utilizar etiquetas despectivas o negativas para describirse a sí mismos, a los demás o a las situaciones, lo que refuerza su autocrítica y visión distorsionada de la realidad. Siguiendo esta idea, tras cometer un error en una presentación pública, una persona con depresión puede llamarse a sí misma inútil o fracasada, ignorando sus logros pasados y etiquetándose de forma negativa por un error aislado.
Abordando las distorsiones en la depresión
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más efectivas para combatir la aparición de las distorsiones cognitivas en la depresión. A través de técnicas específicas, los terapeutas formados en este enfoque ayudan a quienes conviven con episodios depresivos a reconocer pensamientos irracionales, con el objetivo de reemplazarlos por interpretaciones más realistas y balanceadas (Beck, 2020).
Una de las estrategias más utilizadas es la psicoeducación, que consiste en educar al consultante sobre los mecanismos psicológicos que explican lo que le está pasando. Así, se profundiza sobre las distorsiones cognitivas, ayudando a entender qué son y cómo pueden contribuir a la depresión. Este conocimiento permite reconocer patrones de pensamiento poco útiles y comenzar a abordarlos de manera más consciente.
Más recursos utilizados en TCC
Otra técnica clave es la reestructuración cognitiva, que implica identificar pensamientos distorsionados, analizarlos y reemplazarlos con otros más realistas y equilibrados. Por ejemplo, si una persona se considera un fracaso, la técnica consistirá en explorar la evidencia en contra de este pensamiento y formular una afirmación más realista. Además, el registro de pensamientos negativos, detallando dónde ocurrieron y las emociones asociadas, también puede ser una herramienta muy útil. Este proceso de monitoreo ayuda a identificar patrones de pensamiento distorsionados y a intervenir de manera más efectiva, permitiendo a la persona enfrentar sus errores de pensamiento con mayor claridad y conciencia.
Conclusión
En definitiva, la importancia de reconocer y abordar las distorsiones cognitivas radica en su capacidad para transformar la percepción y respuesta ante la vida. Esta capacidad no solo es fundamental para el tratamiento efectivo de la depresión, sino que también constituye una habilidad crucial para mejorar el bienestar psicológico en general. Al promover una mayor conciencia sobre cómo nuestros pensamientos pueden alterar nuestra percepción de la realidad, podemos fomentar entornos más saludables y solidarios.
De este modo, vale la pena plantearnos: ¿Cómo podemos impulsar una mayor conciencia y comprensión de estas distorsiones para promover la salud mental de manera proactiva? Por último, si te interesa aprender más sobre el abordaje de la depresión, te invitamos a nuestro curso en terapia de activación conductual.
Referencias
- Beck, A. T. (1963). Thinking and Depression. Archives of General Psychiatry, 9(4), 324-333. Doi: 10.1001/archpsyc.1963.01720160014002
- Carneiro, A. M., Pereira, D. A., Fernandes, F., Baptista, M. N., Brunoni, A. R. y Moreno, R. A. (2023). Distorted thoughts as a mediator of depressive symptoms in patients with major depressive disorder: a longitudinal study. Health Qual Life Outcomes, 21(1), 88. Doi: 10.1186/s12955-023-02178-y
- Beck, J. S. (2020). Cognitive behavior therapy: Basics and beyond. Guilford Publications.
- Yurica, C. L. y DiTomasso, R. A. (2005). Cognitive distortions. Encyclopedia of cognitive behavior therapy. Springer. Doi: 10.1007/0-306-48581-8_36
Genial esta sintesis, hace un tiempo que quiero leer sobre distorsiones y cognitivo conductual,y con esto siento que las entiendo mejor, muy buenos ejemplos, un saludo