Para muchos, en la sociedad española, la salud mental se convierte en un tabú incómodo, una esfera de la experiencia humana relegada a los márgenes del discurso público. Se cierne sobre aquellos que sufren, envolviéndolos en un manto de silencio y vergüenza. Y es que, a pesar de los avances en la comprensión de las enfermedades mentales, la estigmatización sigue siendo una realidad que impacta negativamente en la calidad de vida y el bienestar de quienes la experimentan.

A tener en cuenta sobre el estigma

El estigma hacia los problemas de salud mental en España no es un fenómeno natural, sino una construcción social arraigada en prejuicios, estereotipos y falta de información. A menudo, las personas con enfermedades mentales son etiquetadas como “peligrosas”, “impredecibles” o “irresponsables”, lo que contribuye a su marginación y exclusión social. ¿Un intento, este de etiquetar, de simplificar un mundo abrumadoramente complejo? ¿O una manifestación de la necesidad innata de orden?

Dos mundos separados por el prejuicio

Parece que algo nos impulsa a dividir el mundo en un “nosotros” y “ellos”, en lugar de reconocer una interconexión. Sin embargo, es fundamental cuestionar tales percepciones, pues detrás de las etiquetas simplistas y estereotipadas yace una complejidad y diversidad de experiencias humanas. Así, lamentablemente, y aunque pudiera parecer que es para menos, cada vez que se cae en esto, se reduce a una persona a estereotipos simplistas, se le niega su humanidad y se perpetua una visión distorsionada de la realidad.

Y, sobre todo, uno no puede permitirse el lujo de sostener prejuicios hacia algo que podría afectarle personalmente en algún momento de su vida. Por que, como sabemos, la salud mental, al igual que cualquier aspecto de la salud, no conoce fronteras ni distinciones.

Ya en su momento, la Federación Madrileña Pro Salud Mental (FEMASAM), colaboró en un documento publicado en la Confederación de Salud Mental en España, donde mencionaron estimaciones epidemiológicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que indicaban que, alrededor de 1.200.000 personas en la Comunidad de Madrid sufrirán algún trastorno mental a lo largo de sus vidas, y cerca del 1% de la población padecerá enfermedades mentales graves como la esquizofrenia. Y esto fue hace tiempo… ¿Algo más actual?

En el contexto de calle

Este año, el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona llevó a cabo un proyecto con el objetivo de promover una percepción positiva de la salud mental en la población de Ceuta y contribuir al cumplimiento del artículo 8 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, que enfatiza la importancia de la conciencia y la comprensión de la realidad de las personas con problemas de salud mental.

Estigma de la salud mental en España: Desafiando perspectivas

Para lograr este propósito, se realizaron actividades de sensibilización en las calles de la ciudad, con el fin de evaluar el nivel de conciencia colectiva y detectar posibles prejuicios relacionados con la salud mental.

De este modo, se llevó a cabo una encuesta en la que se preguntaba a los ciudadanos sobre sus percepciones iniciales respecto a la salud mental y si tenían algún tipo de prejuicio hacia las personas que enfrentan problemas de salud mental.

Datos que se parecen a señales de peligro

En definitiva… Se encuestaron a 120 personas de diversas edades, comprendidas entre los 13 y los 63 años. Los resultados de la encuesta, analizados por la Asociación Salud Mental Ceuta (ACEFEP), revelaron lo siguiente:

  • El 50 % de los encuestados asoció la salud mental con aspectos negativos, tales como problemas emocionales, caos mental, inestabilidad y limitaciones cognitivas. Algunos también relacionaron la salud mental con la discriminación social y el temor al juicio.
  • El 28 % asoció directamente la salud mental con trastornos mentales específicos, como la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia.
  • El 19 % destacó los aspectos positivos de la salud mental, relacionándola con la felicidad, tranquilidad, bienestar emocional y autocontrol.
  • El 7 % restante mostró una percepción menos definida sobre la salud mental.

Porcentajes que ponen de manifiesto la fragilidad de nuestra comprensión del otro y la tendencia inherente a categorizar y estigmatizar. Si no… ¿Cómo es posible que aún prevalezcan estos estereotipos que perpetúan la discriminación y marginación de las personas que enfrentan desafíos de salud mental?

Concretemos más

Uno de los estudios realizado en España más recientes sobre el estigma hacia los problemas de salud mental, reveló hallazgos significativos que reflejan la presencia de dinámicas estigmatizadoras en la población. En primer lugar, se identificaron tres dimensiones del estigma presentes en la sociedad española (Zamorano et al., 2023):

  • En la dimensión cognitiva, se destacaron creencias arraigadas de peligrosidad, imprevisibilidad e irresponsabilidad asociadas a las personas con problemas de salud mental. Estas percepciones negativas pueden contribuir a la estigmatización y marginación.
  • En cuanto a la dimensión emocional del estigma, se observó la presencia de prejuicios y emociones negativas como el miedo, la ira y la culpabilización hacia aquellos que experimentan problemas de salud mental. Actitudes emocionales que, sin dudas, pueden influir en la forma en que se interactúa con las personas afectadas y en la calidad de la atención y el apoyo que reciben en el contexto español.
  • Por último, en la dimensión conductual del estigma, se evidenciaron conductas discriminatorias, tendencias de evitación y actos de coacción hacia las personas con problemas de salud mental en España. Que no dejan de ser acciones discriminatorias que pueden manifestarse en forma de exclusión social, falta de oportunidades laborales, acceso limitado a servicios de salud mental y otras formas de discriminación que afectan la calidad de vida y el bienestar.

Cuando los profesionales marcan la diferencia

Algo está claro, los profesionales de la salud en España desempeñan un papel crucial en la lucha contra el estigma hacia los problemas de salud mental. Sin embargo, estudios han demostrado que incluso entre los propios profesionales de la salud en España también pueden existir actitudes estigmatizantes que afecten la calidad de la atención brindada a las personas con enfermedades mentales.

Entonces cabe preguntarse, si no solo hay una necesidad imperante de educar a la ciudadanía en salud mental, sino también de proporcionar una formación adecuada a aquellos profesionales que están específicamente capacitados para abordar tales cuestiones. Parece que el prejuicio está por todas partes, insidioso y omnipresente… Ya lo dijo la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), en su Consenso sobre promoción de salud, prevención del trastorno mental y disminución del estigma de 2008, cuando refirió que el estigma es muy común

Para bien o para mal

Lo anterior, plantea desafíos adicionales en la prestación de servicios de salud mental libres de estigma en el país. A pesar de ello, se ha observado que aquellos profesionales de la salud que tienen contacto directo con personas con problemas de salud mental o que han recibido formación específica en este ámbito tienden a mostrar niveles más bajos de estigma.

¿Qué señala esto? La importancia del contacto y la educación en la reducción de actitudes estigmatizantes en el contexto de la salud mental en España. Algo como un EspaiJove.net a lo grande. Eso sí, sin olvidar considerar el tipo de enseñanza que reciben los profesionales cuando se trata de diseñar acciones para reducir el estigma.

¿Falta educación en la salud mental española?

Sí. Y otro sí a que es cierto que se han realizado avances en la comprensión y la conciencia pública sobre la salud mental, pero persisten importantes deficiencias en la educación relacionada con este tema. Si no, preguntémonos… ¿El currículo educativo español suele abordar de manera adecuada la salud mental en todos los niveles de enseñanza? ¿La educación en salud mental se limita a contenidos superficiales en programas de estudio? O, directamente, ¿hay suficiente apoyo institucional y de recursos dedicados a programas de educación y sensibilización en salud mental?

Ahora, hay técnicas preventivas. Mismamente, lo que se mencionaba, el contacto directo con personas que viven con problemas de salud mental y la educación sobre estas condiciones son estrategias efectivas para reducir el estigma y fomentar la inclusión social en el contexto español. Y es que, al interactuar con individuos que desafían las percepciones preconcebidas, se amplia la comprensión y empatía hacia sus experiencias. En esta línea, personajes públicos como Maria Pedraza se han atrevido a hablar de manera abierta sobre su salud mental, buscando brindar mayor visibilidad.

Si hay responsabilidad de cambio, hay oportunidad

Quizás sea necesario un acto de introspección colectiva, una mirada profunda hacia nuestro propio ser, para reconocer que la salud mental es tan intrínseca a nuestra humanidad como lo es la salud física. Así, desafiar el estigma hacia los problemas de salud mental en España requiere un esfuerzo colectivo y continuo de toda la sociedad. Por ello, es fundamental cuestionar las estructuras y normas que perpetúan la discriminación y abogar por políticas y prácticas inclusivas que promuevan la igualdad de derechos para todas las personas, independientemente de su estado de salud mental.

¿Qué hay que conocer?

1) La capacidad de reconocer trastornos específicos; 2) conocimiento y creencias sobre los factores de riesgo y las causas; 3) el conocimiento y las creencias sobre los autotratamientos; 4) el conocimiento y las creencias sobre la ayuda profesional disponible; 5) actitudes que promueven el reconocimiento y la búsqueda de ayuda adecuada; y 6) conocimiento de cómo buscar información sobre salud mental (Casañas et al., 2022).

Ahora, no solo importan los aspectos individuales, sino también los sistémicos. Sin ir más lejos, podemos analizar la la influencia de los sistemas de poder y las estructuras sociales en la perpetuación del estigma. O la falta de financiación para programas de salud mental comunitaria y priorización de servicios hospitalarios sobre los servicios de atención primaria, por mencionar algunos. Y es que, si levantamos la alfombra, el estigma hacia los problemas de salud mental se enraíza en estructuras sociales más amplias, como la jerarquía de poder, la distribución desigual de recursos y oportunidades, y la construcción cultural de la normalidad y la anormalidad.

En definitiva…

Pudiera ser que, en el fondo, en el enfrentamiento con el estigma, nos enfrentamos a nosotros mismos, a nuestras propias limitaciones y temores. Sin quedarnos otra opción que un desafío a abrazar la diversidad y la vulnerabilidad como partes intrínsecas de la condición humana.

Referencias bibliográficas

  • Casañas, R., Castellvi, P., Gil, J. J., Torres-Torres, M., Barón, J., Teixidó, M., Sampietro, H. M., Díez, M., Fernández, R., Sorli, R., Siñol, P., Jurado, F., Carreras-Salvador, R., Vazquez, D., Gonzalez, S., Martín, M. I. F., Raya-Tena, A., Alvarez, R., Amado-Rodriguez, I., López, L. M. M. y Lalucat-Jo, L. (2022). The effectiveness of a “EspaiJove.net”- a school-based intervention programme in increasing mental health knowledge, help seeking and reducing stigma attitudes in the adolescent population: a cluster randomised controlled trial. BMC public health22(1), 2425. https://doi.org/10.1186/s12889-022-14558-y
  • Conclusiones de la Campaña Antiestigma Sin Prejuicioff de ACEFEP. (2024, 22 de enero). Confederación SALUD MENTAL España. https://consaludmental.org/sala-prensa/conclusiones-campana-antiestigma-sin-prejuicioff/
  • López, M., Laviana, M., Fernández, L., López, A., Rodríguez, A. M. y Aparicio, A. (2008). La lucha contra el estigma y la discriminación en salud mental: Una estrategia compleja basada en la información disponible. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría28(1). https://doi.org/10.4321/S0211-57352008000100004
  • Muñoz, M., Pérez Santos, E., Crespo, M. y Guillén, A-. I. (2009). Estigma y enfermedad mental: Análisis del rechazo social que sufren las personas con enfermedad mental. Editorial Complutense.
  • Rodríguez-Almagro, J., Hernández-Martínez, A., Rodríguez-Almagro, D., Quiros-García, J. M., Solano-Ruiz, M. D. C. y Gómez-Salgado, J. (2019). Level of Stigma among Spanish Nursing Students toward Mental Illness and Associated Factors: A Mixed-Methods Study. International journal of environmental research and public health16(23), 4870. https://doi.org/10.3390/ijerph16234870
  • Zamorano, S., Sáez-Alonso, M., González-Sanguino, C. y Muñoz, M. (2023). Social Stigma Towards Mental Health Problems in Spain: A Systematic Review. Clínica y Salud34(1), 23-34. https://doi.org/10.5093/clysa2023a5