Ed Gein es un nodo incómodo en la cultura popular. Un campesino solitario que, a mediados del siglo XX en Wisconsin, desenterró cuerpos, confeccionó objetos con restos humanos y cometió dos homicidios probados. Su figura precipita siempre dos tentaciones, la del mito (convertirlo en símbolo de “lo monstruoso”) y la del simplismo (explicarlo con una única etiqueta diagnóstica). A continuación, veremos el cruce entre psicopatología, parafilias y duelo desregulado en la serie de Ed Gein, siempre con la prudencia que impone trabajar sobre registros históricos.

Archivo mínimo del caso de Ed Gein

Ed Gein
Pan, E. (2025). La última entrega de la popular serie de antología que llega a Netflix, examina los crímenes e influencia en Hollywood de Ed Gein. [Fotografía]. Recuperado de www.biography.com

En noviembre de 1957, tras la desaparición de Bernice Worden, la policía encontró en la granja de Gein restos humanos transformados en objetos domésticos y signos inequívocos de exhumaciones reiteradas. Gein confesó dos homicidios (Worden y Mary Hogan) y múltiples profanaciones de tumbas.

Fue declarado no culpable por razón de enajenación mental. Destinado a instituciones psiquiátricas del estado, donde murió décadas después.

Conductas necro-orientadasmutilación post mortem, uso ritual o funcional de partes del cuerpo, y un mundo interno absorbido por la figura materna. ¿Qué explica mejor este perfil bajo los marcos diagnósticos actuales?

Diagnosticar hoy lo que ocurrió ayer: Marcos DSM/ICD y su giro en sexualidad

En las últimas revisiones internacionales se afinó la distinción entre variación sexual y trastorno parafílico. La Clasificación Internacional de Enfermedades (International Classification of Diseases 11th Revision, ICD-11, en inglés) mantiene la etiqueta de paraphilic disorders pero subraya que solo se consideran trastorno cuando implican daño a otros, riesgo significativo o malestar.

Además, reorganiza categorías con mayor énfasis en utilidad clínica y derechos sexuales. Esto importa en Gein porque la necrofilia (como orientación o patrón conductual) es trastorno cuando entraña ese daño/ riesgo/ malestar (en su caso, el daño a terceros y la ilegalidad extrema son patentes (Başar, 2025).

Asimismo, revisiones recientes muestran una historia compleja del término “parafilia” y su desplazamiento desde nociones moralizantes hacia criterios de deterioro funcional, riesgo y consentimiento. Lo anterior, es relevante para no confundir fantasía atípica con conducta criminal ni reducir lo psicopatológico a lo prohibido o tabú (Tozdan, 2025).

Sobre necrofilia

Fraga, K. (2025). El interior de la casa de Ed Gein. [Fotografía]. Recuperado de https://allthatsinteresting.com

De la manera siguiente, el estudio de Rossetto (2025) describe un caso de homicida sexual con diagnóstico de trastorno de personalidad grave y necrofilia, subrayando como parafilias y rasgos de personalidad pueden co-organizar la escena del crimen y la atribución judicial de imputabilidad. La enseñanza extrapolable, la necrofilia raramente aparece aislada, co-ocurre con otras dimensiones (control, cosificación, ritualidad, impulsividad) y requiere evaluación forense fina. 

Por otro lado, una revisión de tipologías de homicidio sexual (2025) recuerda que la mutilación post mortem no es privativa de “organizados” o “desorganizados”, sino que puede aparecer en ambos. Y esto, complejiza el cliché de “asesino desorganizado” asociado a psicosis (confusión, por cierto, consolidada culturalmente justo en la época de Psycho (1960), de Alfred Hitchcock) (Beauregard y Chopin, 2025).

Finalmente, casuísticas médico-legales muestran que patrones de mutilación dirigida a senos y genitales pueden alinearse con guiones internos de apropiación de rasgos, ataques a la feminidad o reparación fantaseada. En este sentido, Ed confeccionaba un “traje” con piel femenina, lectura plausible (no única): apropiación-identificación y no un mero trofeo (Aquila et al., 2022).

¿Psicosis o ensamblaje parafílico-duelo-aislamiento para el carnicero de Plainfield?

Resulta que, a lo largo de la historia, se etiquetó a Gein con esquizofrenia. Sin ir mas lejos, bajo criterios actuales, el diagnóstico requeriría documentar síntomas positivos persistentes (delirios, alucinaciones), desorganización y/o síntomas negativos, con deterioro funcional mantenido. La soledad, la excentricidad y la rareza de intereses no bastan, y tampoco la brutalidad per se.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo que debemos preguntarnos ahora es cuál es la combinación de factores que mejor explica el comportamiento o el cuadro de Gein. (1) duelo patológico y dependencia materna severa, (2) parafilia necro-orientada con fines de posesión/identificación (no necesariamente coito, sí manipulación de cuerpos y confección), (3) aislamiento social que reduce frenos externos y aumenta la “autogestión” del fantasma, y (4) posible ideación extraña que no siempre equivale a psicosis franca.

Identidad, cuerpo…

En relación con las revisiones médico-legales sobre mutilación post mortem, las mismas muestran dos lógicas. Por un lado, ataque (destrucción de la alteridad femenina). Por otro lado, apropiación (posesión de atributos).

De tal modo, en Gein parece predominar la segunda, articulada con el aislamiento extremo y la centralidad materna en su mundo interno. Es un manejo de cuerpo para responder a una carencia de cuerpo propio (identitario) más que un simple sadismo (Aquila et al., 2022).

“Organizado” o “desorganizado”: Dicotomía que ya no alcanza

Fraga, K. (2025). Se encontraron en la casa cráneos humanos, cabezas, máscaras y el cadáver recién descarnado de una mujer vecina. [Fotografía]. Recuperado de https://allthatsinteresting.com

La vieja tipología FBI (organizado vs. desorganizado) popularizó la idea de que la desorganización del escenario equivale a psicosis.

Sin embargo, hay matices. Los mismos comportamientos (p. ej., desmembrar o conservar partes) pueden presentarse en ambos perfiles por motivos diferentes (logísticos, simbólicos, parafílicos).

En este caso, la vivienda caótica coexiste con patrones repetidos de extracción, confección y almacenamiento (lo que sería una organización ritual dentro del caos) que encaja mejor con guiones parafílicos y duelo deformado que con la pura descompensación psicótica (Beauregard y Chopin, 2025).

Duelo congelado y fantasma materno

La biografía de Gein, saturada por una madre rígida y omnipresente, su muerte y el aislamiento posterior, sugiere un duelo no elaborado que se erotiza y ritualiza. Convertir piel ajena en “segunda piel” funciona como suturar una pérdida por vía fetichista. Este circuito (que se reconoce en parafilias con componentes de posesión y control) cuadra con el patrón necrofílico descrito en series de casos y revisiones recientes.

¿Qué nos permite decir esto, con rigor, de Ed Gein?

  1. La necrofilia es rara, pero no mítica. Hay casuística suficiente para identificar patrones motivacionales (posesión, control, ritual) y co-ocurrencias (rasgos de personalidad, guiones homicidas). Las síntesis recientes permiten no sobredimensionar lo psicótico en ausencia de evidencia robusta. 
  2. Las clasificaciones actuales (ICD-11) exigen daño/riesgo o malestar y distinguen preferencia sexual atípica de trastorno. El caso Gein, por definición, cumple el umbral de daño y violación de derechos. 
  3. La mutilación post mortem no prueba psicosis: puede cumplir funciones simbólicas o parafílicas independientes de un delirio
  4. La dicotomía organizado/desorganizado resulta insuficiente para capturar la economía del acto en homicidios con componente sexual o necro-orientado. 
  5. Clínica ≠ Derecho. Un veredicto de inimputabilidad puede descansar en criterios de época y peritajes válidos entonces; trasladarlo sin matices a la nosografía actual es anacrónico.

Ni héroe oscuro ni diagnosis-espectáculo para Ed Gein

El caso Gein tuvo (y tiene) una vida simbólica enorme en el cine y la televisión. La psicología, sin embargo, no hace mitologías, se ocupa de funciones, riesgos y daños. En escenarios con cadáveres y violencia, hablar de parafilias es nombrar un patrón susceptible de evaluación y prevención. La narrativa ética aquí es austera, reparar a las víctimas, comprender sin exculpar, diferenciar responsabilidad penal de descripción clínica y evitar que la fantasía cultural ahogue el análisis.

Conclusión

Es importante separar fantasía cultural de formulación psicológica, distinguir conducta de rótulo, y por supuesto que comprender no implica absolver. La ciencia de hoy permite formular mejor lo que ayer, se llamó locura, parafilias con daño, rituales de apropiación y duelo.

Referencias psicológicas

  • Aquila, I., Sacco, M. A., Cordasco, F., Scalise, C., Galassi, F. M., Varotto, E., Caruso, W., Aquila, V. R. y Ricci, P. (2022). The Role of Forensic Investigation in an Unusual Case of Patricide by a Schizophrenic Woman Involving Dismemberment of a Decomposed Body. Diagnostics (Basel, Switzerland)12(7), 1577. https://doi.org/10.3390/diagnostics12071577
  • Başar, K. (2025). The Changes in ICD-11 Related to Sexual Health and Dysfunction and Their Implication for Clinical Practice. ICD-11’de Cinsel Sağlık ve İşlev Bozuklukları ile İlgili Değişiklikler ve Değişikliklerin Klinik Uygulamaya Etkileri. Turk psikiyatri dergisi = Turkish journal of psychiatry36, 31. https://doi.org/10.5080/u27559
  • Beauregard, E. y Chopin, J. (2025). “Sorting Things out”: A Scoping Review of Sexual Homicide Typologies. Behavioral sciences & the law43(4), 419-435. https://doi.org/10.1002/bsl.2722
  • Rossetto, I., Franconi, F., Carabellese, F., Rivellini, G., Parente, L. y Carabellese, F. (2025). Serial killer and necrophilia: Report of twenty-five years of treatment and management in a rare case. Journal of forensic sciences70(2), 804-812. https://doi.org/10.1111/1556-4029.15675
  • Tozdan, S. (2025). A brief unstructured literature review on the history of paraphilias. International journal of impotence research37(3), 186-192. https://doi.org/10.1038/s41443-024-00835-4