Imagina que una de tus manos se volviera extraña para ti. Que realizara conductas sin que tú quisieras, como, por ejemplo, agarrar el pomo de la puerta o mientras que una mano abrocha los botones de la camisa esta los desabrochara de manera involuntaria. Aunque sea difícil de imaginar, esto, como dirían algunos, tiene nombre y apellidos. Se trata del síndrome del Dr. Strangelove, también conocido como síndrome de la mano extraña, alienígena o ajena. Este trastorno tiene un origen neurológico, veamos a continuación más sobre el síndrome de la mano extraña y las áreas cerebrales afectadas.
¿Por qué se llama síndrome del Dr. Strangelove?
Stanley Kubrick y el síndrome de la mano extraña o del Dr. Strangelove
La película de Stanley Kubrick, “Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb” (también llamada “¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú”, en España, y “Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba”, en Hispanoamérica), es la que otorga una de las denominaciones de este síndrome: Dr. Strangelove.
Peter Sellers, da vida a un personaje cuya mano enguantada parece actuar por voluntad propia, trata de estrangularle y le pone en situaciones comprometedoras.
Aunque esta película se estrenó en el año 1964, este concepto ya fue descrito por primera vez en 1908 por Kurt Goldstein.
Brion y Jedynak, en 1972, acuñaron el término original de la main étrangère y reportaron casos de pacientes con tumores en el cuerpo calloso que manifestaban tales síntomas.
Definición y causas del síndrome del Dr. Strangelove
Lo que pudiera parecer que queda en un mundo cinéfilo no dista mucho de ocurrir en la realidad. Este trastorno neurológico poco frecuente supone que la mano pueda realizar movimientos sin que la persona sea consciente.
Normalmente, la extremidad afectada es la mano, aunque también se han reportado casos donde el miembro es la pierna. Este síndrome puede ir acompañado de agnosia, afasia, debilidad o pérdida sensorial.
Así mismo, las denominaciones varían según el sentido de pertenencia que mantiene la persona con respecto a su extremidad. Esto es, se ha propuesto el término “mano extraña” o “mano extranjera” para aquellos casos en los que las personas que lo padecen no sienten su mano como suya, sino como una mano independiente.
Y, el término “mano anárquica” cuando los movimientos no son realizados de manera intencional por la persona pero esta reconoce a su mano como propia.
Entre las causas más comunes de este trastorno de control motor encontramos los accidentes cerebrovasculares de la arteria cerebral anterior, tumores de la línea media y enfermedades neurodegenerativas.
Sumado a esto, la literatura diferencia tres tipos de variantes del síndrome. Entre los subtipos encontramos:
- Frontal: Resultado de lesiones en el área motora suplementaria, corteza cingulada, corteza prefrontal medial o cuerpo calloso.
- Calloso: Aparece por daño en el cuerpo calloso y en el tercio anterior del rostrum.
- Posterior: Producido por daño en zonas talámicas, posterolaterales, lóbulo parietal u occipital.
Áreas cerebrales afectadas
Las áreas principalmente afectadas en el síndrome de la mano extraña son el lóbulo frontal medial, cuerpo calloso y áreas parietales (Sacco y Calabrese, 2010). Sabiendo esto, indaguemos un poco más en los distintos subtipos:
Si nos centramos en la afectación de tipo frontal en este síndrome, nos encontraremos en dicha zona con estructuras tan importantes como el área motora suplementaria.
Esta permite la realización de movimientos voluntarios, así como su planificación y coordinación.
También podemos dar con una actividad anormal en el giro cingulado, parte cerebral que se encarga del movimiento de las manos y los comportamientos motores dirigidos.
Por otro lado, no es de extrañar que una lesión en el cuerpo calloso (que conecta ambos hemisferios cerebrales) tenga como consecuencia una inadecuada coordinación de los movimientos, provocando conflicto intermanual y apraxia de la extremidad no dominante, generalmente (Gao et al., 2016).
Finalmente, el último subtipo se relaciona con lesiones corticales y subcorticales, dando lugar a una disminución de la conciencia propioceptiva.
Junto a esto, una alteración en la función de los lóbulos parietales inferiores y superiores afecta al espacio extrapersonal.
Por otra parte, las investigaciones señalan el daño en algunas estructuras como responsable de la aparición del síndrome. Entre estas se encuentran la circunvolución postcentral (kinestesia), el área 5 de Brodmann (información somestésica) y el tálamo (funciones sensitivas y motoras), incluyéndose los circuitos córtico-estriato-tálamo-cortical (Sarva et al., 2014).
¿Qué tiene que ver este síndrome con la ilusión de la mano de goma?
La ilusión de la mano de goma
Para quienes no conocen el procedimiento de la ilusión de la mano de goma, lo explicamos brevemente. Esta ilusión genera en una persona sana la sensación de que una mano falsa es su propia mano. Dicho así, nos preguntaremos cómo se puede llegar a hacer esto.
El fenómeno implica que una de las manos de la persona sea tapada y, en su lugar, se coloque una mano de goma. Tras ello, con un pincel u otro utensilio se dan pequeños toques en ambas manos (la mano falsa y la real) de forma sincrónica y en la misma posición. Después de varios minutos empezará a sentir como suya la mano de goma. Es decir, se ha creado un sentimiento ilusorio.
Una mujer que había sufrido un accidente cerebrovascular isquémico con hemiparesia del lado derecho, presentaba el síndrome en la mano derecha, alegando que incluso la propia mano la abofeteaba a veces en la cara.
Schaefer y su equipo (2013) llevaron a cabo el experimento de la mano de goma en cuatro bloques (con toques sincrónicos/asincrónicos, en la mano izquierda/derecha) y una segunda parte donde se procedía vendándole los ojos la participante.
¿Qué ocurrió?
La ilusión corporal funcionó para ambas manos y cuando se daban toques sincrónicos, se producían movimientos en la mano afectada.
Sin embargo, estos no se produjeron ante los toques asincrónicos o cuando el experimentador movía dicha mano.
Se observó que existía la ilusión de propiedad del cuerpo inducida experimentalmente. Así como distorsiones en la integración corporal como producto del accidente cerebrovascular.
Una de las cuestiones implicadas en el procedimiento es que dicho síndrome en la paciente sugiere que las vías de la corteza motora primaria, área motora suplementaria y áreas premotoras se encontrarían afectadas.
De este modo, la presencia de la afección pudiera deberse a una pérdida de integración motora en el hemisferio izquierdo, lo que daría paso a la ilusión y los movimientos involuntarios de la mano.
Tratamiento
No hay un tratamiento fijo, pero este se llevaría a cabo por medio de intervenciones conductuales y farmacológicas.
Se resalta la importancia de lograr que la persona que lo sufre consiga la mayor autonomía posible. Para ello, se recomiendan estrategias de rehabilitación centradas en cubrir las necesidades de esta.
Serán claves las técnicas de afrontamiento, tácticas de visualización, donde prime la planificación y organización en secuencias de la tarea, y ejercicios de reconocimiento espacial, enfocados en la coordinación bimanual.
Conclusión
Como ocurre en casi todas las afectaciones que padecen un porcentaje pequeño de la población existe una falta de uniformidad clara en el síndrome de la mano extraña o síndrome del Dr. Strangelove.
Tanto en el diagnóstico como a la hora de realizar un tratamiento adecuado. Es por esto que se resalta la necesidad de un mayor número de investigaciones al respecto.
Como siempre se señala en la mayoría de las conclusiones sobre patologías, lo importante en estos casos es velar por una calidad de vida para la persona. Incrementar la autonomía y bienestar en todos los dominios que se puedan mejorará el pronóstico y supondrá una diferencia con aquellos que no lo tengan en cuenta.
Referencias bibliográficas
- Gao, X., Li, B., Chu, W., Sun, X. y Sun, C. (2016). Alien hand syndrome following corpus callosum infarction: A case report and review of the literature. Experimental and Therapeutic Medicine, 12(4), 2129-2135. https://doi.org/10.3892/etm.2016.3608
- Sacco, L. y Calabrese, A. (2010). Alien hand syndrome: A neurological disorder of will. Schweizer Archiv fur Neurologie und Psychiatrie, 162(02), 60-63. https://doi.org/10.4414/sanp.2010.02142
- Sarva, H., Deik, A. L. y Severt, W. L. (2014). Pathophysiology and Treatment of Alien Hand Syndrome. Tremor and Other Hyperkinetic Movements, 4(1). https://doi.org/10.7916/D8VX0F48
- Schaefer, M., Heinze, H.-J. y Galazky, I. (2013). Waking up the alien hand: Rubber hand illusion interacts with alien hand syndrome. Neurocase, 19(4), 371-376. https://doi.org/10.1080/13554794.2012.667132