Los espacios naturales, como parques y áreas verdes, han sido reconocidos desde hace tiempo por sus beneficios para el bienestar mental. Sin embargo, actualmente, varias investigaciones están arrojando luz sobre los llamados espacios azules: entornos acuáticos como ríos, mares y lagos. Estos espacios parecen tener un impacto único y profundo en nuestra salud mental. ¿Qué es lo que hace que estar cerca del agua nos genere calma y bienestar? ¿De qué forma estos entornos pueden ser una herramienta poderosa para reducir el estrés?

Naturaleza y salud mental

Como hemos comentado, el bienestar humano está ligado al entorno natural, y en diversas disciplinas se está profundizando el entendimiento de dichas conexiones. En esta línea, se han comenzado a generar acciones que promueven una mejor calidad de vida basada en conocimientos sobre la influencia del entorno en las vidas humanas. Las mismas abarcan ejemplos como la purificación del agua, provisión de alimentos, estabilización del clima, protección contra inundaciones, entre otros.

espacios azules

De este modo, hasta la presente década, los esfuerzos conjuntos y la toma de decisiones han sido limitados. Y es que, los mismos se han centrado principalmente en los servicios ligados a las dimensiones biofísicas de los sistemas de la Tierra.

De forma más reciente, se comenzó a intentar incluir los servicios culturales. Sin embargo, se ha prestado relativamente poca atención a la forma en que la experiencia directa con la naturaleza afecta la salud mental (McCartan et al., 2023).

Espacios naturales en lo urbano

En la última década, ha surgido un creciente cúmulo de evidencia sobre los entornos naturales y lo urbano. La misma sugiere que la presencia de entornos naturales en los barrios urbanos está asociada con una mejoría en la salud física y mental. Así, tales espacios, a menudo llamados espacios verdes y espacios azules, representan lugares para oportunidades recreativas, conexión social y fortalecimiento de lazos sociales.

Además, suelen ofrecer un respiro en entornos urbanos, colaborando en la recuperación mental y física a través de la relajación. Aunque la definición de espacios verdes puede variar ligeramente entre usuarios, dicho término tiende a incluir áreas abiertas con vegetación (como parques, campos deportivos) y zonas de conservación (como bosques), pero también jardines traseros, granjas u cualquier otro espacio predominantemente cubierto de vegetación (Bratman et al., 2019).

Los espacios azules: Algunas consideraciones

Por otro lado, los espacios azules engloban cuerpos de agua como lagos, océanos o ríos y, rara vez, incluyen elementos hechos por el ser humano como fuentes o esculturas. Además, se ha discutido abiertamente sobre los beneficios, directos e indirectos, en la salud mental.

Es importante señalar que la exposición a la naturaleza puede manifestarse de diversas maneras. Entre ellas, el contacto directo, como cuando se visita un parque con el propósito específico de recrearse; el contacto indirecto, como disfrutar de vistas naturales desde una ventana; y el contacto incidental, que ocurre de manera no planificada, como al atravesar un parque en el camino al trabajo, por ejemplo. Hasta la fecha, la evidencia más sólida en cuanto a beneficios para la salud mental se ha encontrado en el contacto directo en entornos naturales.

¿Y la evidencia específica?

espacios azules y salud mental

Una investigación en el Reino Unido, con más de 20,000 personas, estimó que los sujetos podrían necesitar pasar al menos dos horas a la semana al aire libre en espacios azules y verdes para obtener beneficios significativos en su bienestar. Pero el contacto indirecto, por ejemplo, tener vistas naturales desde una ventana, y especialmente de espacios azules, también se ha relacionado positivamente con una mejor salud mental, incluso una vez considerados los factores socioeconómicos.

En segundo lugar, existe una sólida evidencia de una vía indirecta mediante la cual el aumento de ejercicio físico se ha asociado con una mejora en la salud mental. Los beneficios de la actividad física incluyen la reducción de la presión arterial, el aumento de la autoestima y la disminución de la ansiedad.

Además, los espacios naturales cercanos ofrecen oportunidades recreativas y se asocian con mayores niveles de actividad física. No obstante, una debilidad de dicha postura es que la proximidad a espacios verdes o azules a menudo se utiliza como un indicador de uso o participación en la actividad física (White et al., 2021).

Espacios azules y salud mental: ¿Un factor protector?

Según investigaciones, mantener contacto con la naturaleza y los espacios azules durante eventos estresantes de la vida puede actuar como factor protector de la salud mental. Lo cierto, es que se cree que ante eventos como una ruptura en las relaciones de pareja o la pérdida de empleo, el contacto con la naturaleza puede proteger a las personas del estrés. Pues, aquellos que viven en áreas con mayores espacios azules y verdes reportan menos síntomas relacionados a la salud mental. Esto se observó durante y poco después de eventos estresantes, incluyendo también la reducción de síntomas físicos.

Sin embargo, mantener contacto con la naturaleza, por sí solo, no garantiza la recuperación o protección contra las problemáticas de salud. Condiciones mentales y físicas, factores sociodemográficos o incluso circunstancias personales (como responsabilidades familiares) pueden moderar el efecto positivo que tiene la exposición a la naturaleza en la salud mental.

El caso del COVID-19

En apoyo a lo anterior, un estudio abordó la relación entre el confinamiento de la pandemia de COVID-19 y la salud mental teniendo en cuenta los espacios azules y verdes. Así, hallaron que la severidad del confinamiento estuvo asociada con una mayor probabilidad de presentar síntomas de trastornos de salud mental.

Entre sus conclusiones destacan diferencias sustanciales entre las personas dependiendo a su acceso a espacios azules y verdes. De esta forma, las personas con acceso restringido a espacios públicos al aire libre fueron más propensas a mostrar síntomas de trastornos de salud mental. Lo anterior, en contraste con aquellas con restricciones parciales o sin restricciones para acceder a espacios exteriores.

Los autores resaltan que tales resultados concuerdan con estudios previos que han explorado los beneficios físicos y mentales de pasar tiempo al aire libre. Además, del efecto protector de la naturaleza en quienes conviven con problemáticas de aislamiento social. En adición, concluyen que la falta de diferencias significativas en términos de síntomas de depresión y ansiedad entre personas con restricción parcial o sin restricción a espacios exteriores destaca el papel importante del contacto con la naturaleza, para mantener una buena salud mental (Pouso et al., 2021).

Conclusión

Si bien se trata de una temática reciente, la investigación científica en torno a la interacción entre los ecosistemas y la salud mental es fundamental. Los espacios azules, como cuerpos de agua y áreas costeras, desempeñan un papel crucial en nuestro bienestar. Pues comprender cómo la exposición a estos entornos influye en la salud mental es esencial.

Para ello, las investigaciones pueden arrojar luz sobre los mecanismos subyacentes y permitir el desarrollo de intervenciones que utilicen los beneficios terapéuticos de los espacios azules para mejorar la salud mental. Además, esta investigación respalda la conservación de nuestros ecosistemas, creando un vínculo importante entre la salud humana y la sostenibilidad del medio ambiente.

Referencias bibliográficas

  • Bratman, G. N., Anderson, C. B., Berman, M. G., Cochran, B., de Vries, S., Flanders, J., Folke, C., Frumkin, H., Gross, J. J., Hartig, T., Kahn, P. H., Jr, Kuo, M., Lawler, J. J., Levin, P. S., Lindahl, T., Meyer-Lindenberg, A., Mitchell, R., Ouyang, Z., Roe, J., Scarlett, L. y Daily, G. C. (2019). Nature and mental health: An ecosystem service perspective. Science advances5(7), eaax0903. https://doi.org/10.1126/sciadv.aax0903
  • White, M. P., Elliott, L. R., Grellier, J., Economou, T., Bell, S., Bratman, G. N., Cirach, M., Gascon, M., Lima, M. L., Lõhmus, M., Nieuwenhuijsen, M., Ojala, A., Roiko, A., Schultz, P. W., van den Bosch, M. y Fleming, L. E. (2021). Associations between green/blue spaces and mental health across 18 countries. Scientific reports11(1), 8903. https://doi.org/10.1038/s41598-021-87675-0
  • McCartan, C., Davidson, G., Bradley, L., Greer, K., Knifton, L., Mulholland, A., Webb, P. y White, C. (2023). ‘Lifts your spirits, lifts your mind’: A co-produced mixed-methods exploration of the benefits of green and blue spaces for mental wellbeing. Health expectations : an international journal of public participation in health care and health policy26(4), 1679-1691. https://doi.org/10.1111/hex.13773
  • Pouso, S., Borja, Á., Fleming, L. E., Gómez-Baggethun, E., White, M. P. y Uyarra, M. C. (2021). Contact with blue-green spaces during the COVID-19 pandemic lockdown beneficial for mental health. The Science of the total environment756, 143984. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2020.143984