El duelo es una experiencia profunda que afecta a todas las personas de distintas maneras. De hecho, la pérdida de un ser querido o una relación significativa desencadena un proceso emocional complejo que influye en múltiples aspectos de la vida, desde las emociones hasta la salud física y las relaciones interpersonales. De este modo, nos preguntamos: ¿Qué factores lo intensifican? ¿Cómo transformar el duelo en una herramienta de crecimiento personal?
Esta es una nota colaborativa realizada en el marco del festival Psicología al Sur (primera edición). Autores: Lic. Mariana Cazaux, Gonzalo Suárez, Lic. Camila Yapur, Coach Vanina Belén Colella.
Primero que nada, ¿en qué consiste el duelo?
El concepto de duelo se refiere a un proceso de adaptación emocional, psicológico y físico que comienza con la pérdida de un ser querido o de un vínculo valioso. Dentro de dicho período, se experimenta una serie de reacciones que abarcan emociones intensas como tristeza, ira, culpa y, en algunos casos, alivio. Asimismo, es importante aclarar que no se presenta únicamente ante la muerte; sino que se produce por otros tipos de pérdidas fundamentales para la persona afectada.
¿Cómo reconocerlo?
Si bien la experiencia del duelo varía según factores individuales, culturales y contextuales, se puede reconocer que se está atravesando con la aparición de algunos signos clave. Por ejemplo, es común presentar emociones intensas y variables, dificultades de concentración, confusión y cambios tanto en el apetito como en el sueño.
Además, también suele manifestarse a través de aislamiento social, síntomas físicos (sensaciones de cansancio extremo, dolores musculares, presión en el pecho), pensamientos recurrentes sobre la pérdida y cambios en la percepción del futuro (Alonso Llácer et al., 2019).
¿Qué eventos pueden disparar el duelo?
Como se mencionó, el proceso de duelo es desencadenado por diversas situaciones de pérdida significativa, más allá del fallecimiento de un ser querido. Consecuentemente, puede comenzar tras la ruptura de una relación, la pérdida de un empleo, un cambio de residencia o incluso la jubilación. Cada uno de estos eventos representa una transformación importante que exige una adaptación emocional y psicológica, ya que implican la ruptura de vínculos profundos o la pérdida de una identidad asociada con lo que se ha dejado atrás.
Recorriendo las etapas del duelo
El duelo se desarrolla en varias etapas, cada una con características emocionales distintas. En primer lugar, la negación suele ser la respuesta inicial, donde la persona rechaza la realidad de la pérdida como una forma de protegerse. Luego, aparece la ira, con sentimientos de frustración y resentimiento. Posteriormente, en la etapa de negociación, se buscan formas simbólicas de revertir la pérdida.
La depresión sigue marcada por una tristeza profunda, al enfrentar la realidad de lo ocurrido. Finalmente, en la etapa de aceptación, la persona comienza a adaptarse a la nueva realidad, integrando la pérdida en su vida. Estas etapas no son lineales y varían en cada uno, pero entenderlas, facilita el proceso (Asgari et al., 2023).
Duelo patológico: Una expresión prolongada de la pérdida
El duelo patológico, también conocido como duelo complicado o trastorno por duelo prolongado, se refiere a una reacción a la pérdida que persiste de forma intensa y prolongada, impidiendo que la persona recupere su funcionalidad y bienestar. Este tipo de expresión se caracteriza por una incapacidad para aceptar la pérdida y adaptarse a la nueva realidad, lo cual difiere de una manifestación normal en su duración y la gravedad de los síntomas experimentados (Hopf et al., 2020).
Según los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés), el duelo patológico incluye síntomas como una tristeza extrema, anhelo constante y una profunda sensación de vacío que perdura más allá de seis meses después de la pérdida, afectando significativamente la calidad de vida del individuo (American Psychiatric Association [APA], 2013).
¿Cómo puede expresarse el duelo patológico?
Por ejemplo, existen algunas personas que, tras la muerte de un ser querido, son incapaces de: dejar de centrarse en la pérdida, evitan recordar aspectos positivos o retomar actividades cotidianas. Además, pueden experimentar síntomas físicos como insomnio, pérdida de apetito y dolores musculares por un tiempo prolongado, junto con pensamientos intrusivos que dificultan la aceptación.
Esta manifestación del duelo requiere intervenciones específicas, como un abordaje terapéutico o el uso de medicamentos en casos graves. Así, diversas estrategias pueden ayudar a las personas a procesar la pérdida y recuperar su funcionalidad (Maya Martínez y Vives Iglesias, 2023).
Abordajes del duelo: Intervenciones para atravesarlo
Las intervenciones para el duelo se dividen generalmente en dos enfoques principales: teóricas y basadas en técnicas específicas. Las intervenciones teóricas incluyen modelos como, por ejemplo, la terapia del apego, que se centra en la importancia de los vínculos y su ruptura; incluso la terapia psicoanalítica, que explora la transferencia de emociones hacia otros objetos o personas tras la pérdida.
Por otro lado, las intervenciones basadas en técnicas específicas abarcan enfoques como la terapia cognitivo-conductual, centrada en modificar pensamientos y conductas relacionadas con el duelo. Otros métodos efectivos incluyen la terapia de grupo, que fomenta el apoyo social, y la arteterapia, que permite la expresión de emociones a través de medios creativos (Asgari et al., 2023).
Estrategias de afrontamiento: Recomendaciones
Por lo explicado, sabemos que existen diversas estrategias con las cuales es posible ayudar a una persona a sobrellevar el proceso de duelo de manera saludable y facilitar la adaptación a la pérdida. Este conjunto de prácticas ayuda a reducir el malestar, promoviendo la aceptación de la realidad y el restablecimiento del equilibrio emocional. Según Maya Martínez y Vives Iglesias (2023), algunas de estas estrategias de afrontamiento son:
- Sentir y expresar la dolencia: Es natural experimentar emociones intensas durante el duelo. Por ello, expresarlas y aceptarlas, ya sea a través del llanto, la escritura o hablando con alguien de confianza, es de mucha utilidad.
- Cuidar la salud física: Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y asegurar un buen descanso permite lidiar mejor con el estrés y las emociones.
- Establecer una rutina: Retomar actividades cotidianas, aunque parezcan pequeñas, puede ayudar a generar un sentido de normalidad y estructura, lo que es fundamental en momentos de cambio.
- Ser paciente con uno mismo: El duelo no tiene un tiempo definido, y cada persona lo experimenta de manera distinta. En este sentido, avanzar al propio ritmo, sin presiones por superarlo rápido, es crucial en el proceso.
- Buscar ayuda profesional: Si el malestar se siente demasiado abrumador o persiste durante mucho tiempo, un terapeuta especializado en el manejo del duelo puede ofrecer estrategias personalizadas para afrontar la pérdida.
Conclusión
En síntesis, enfrentar un proceso de duelo (sea patológico o no), es necesario para adaptarse a la vida tras una pérdida. Sin lugar a dudas, las intervenciones resultan esenciales para ofrecer herramientas que generen la posibilidad de transitar el camino de manera saludable. Así, alcanzar la aceptación implica resignificar la pérdida y permitir que forme parte de una nueva narrativa de vida, honrando y recordando el vínculo sin aferrarse al dolor.
El apoyo social, junto con el autocuidado, facilita la etapa de adaptación, pero en casos donde el duelo se vuelve difícil de sobrellevar, es fundamental buscar ayuda profesional. Esto puede prevenir que el mismo derive en complicaciones emocionales graves como el duelo patológico, donde la recuperación se vuelve más desafiante.
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
- Alonso Llácer, L., Ramos Campos, M., Barreto Martín, P. y Pérez Marín, M. (2019). Modelos Psicológicos del Duelo: Una Revisión Teórica. Calidad De Vida Y Salud, 12(1).
- Asgari, Z., Naghavi, A. y Abedi, M. R. (2022). Grief Interventions: A Qualitative Review of Systematic Reviews. Journal of Loss and Trauma, 28(3), 235-251. https://doi.org/10.1080/15325024.2022.2102304
- Hopf, D., Eckstein, M., Aguilar‐Raab, C., Warth, M. y Ditzen, B. (2020). Neuroendocrine mechanisms of grief and bereavement: A systematic review and implications for future interventions. Journal of Neuroendocrinology, 32(8). https://doi.org/10.1111/jne.12887
- Maya Martínez, J. y Vives Iglesias, A. (2023). El duelo como parte de la vida: una revisión teórica de las etapas, proceso y el manejo de la intervención. PsicoSophia, 5(2), 75-84. https://doi.org/10.37354/rpsiso.2023.5.2.040