La actriz de Hollywood, Megan Fox, reconoció públicamente que padece de dismorfia corporal. En repetidas entrevistas explicó cómo padece este trastorno, cuya principal característica es el hecho de que la persona está convencida de que tiene defectos en su apariencia, que la hacen ver con alguna especie de deformidad. 

En este sentido, Megan Fox ha expresado la dificultad de verse a sí misma como la ven los demás y ha señalado la falta de amor hacia su propio cuerpo a lo largo de su vida: “Tengo dismorfia corporal, nunca me he visto cómo me ven los demás, nunca en toda mi vida he amado mi cuerpo, nunca jamás”.

Megan Fox: Una carrera exitosa

La actriz comenzó su carrera hacia el año 2001. Sin embargo, logró su mayor reconocimiento al interpretar a Mikaela Banes en Transformers, en el 2007. Este rol le valió varias nominaciones a los premios Teen Choice Awards y significó un gran reconocimiento. Más tarde, en mayo de 2009, volvió a interpretar a Mikaela Banes en Transformers: La venganza de los caídos (Transformers: Revenge of the Fallen, 2009), la cual mejoró aún más los resultados en taquilla, convirtiéndose en un éxito.

Megan Fox: Dismorfia corporal y presión social
Alonso, P. (2022). Las primeras entregas de la saga de Transformers contaron con el protagónico de Megan Fox [Fotografía]. Recuperado de www.eluniversal.com.mx

Sin embargo, en una entrevista con Telefone, a finales de 2011, Fox confesó: “Siento que la gente me ve como un robot, quiero interpretar a personajes más humanos con los que la gente se identifique más… no quiero ser considerada siempre como la reina fría”.

Pero… ¿Qué es exactamente el trastorno dismórfico corporal? 

Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés), es un cuadro caracterizado por una preocupación excesiva por defectos o imperfecciones percibidos en la apariencia física que no son evidentes o son mínimos para los demás. A su vez, esta percepción distorsionada genera un malestar significativo y afecta negativamente áreas clave de la vida del individuo, como sus relaciones sociales o desempeño laboral.

Quienes lo padecen, suelen realizar comportamientos repetitivos, como mirarse constantemente al espejo, tocarse la piel o buscar validación externa, para aliviar su ansiedad. También es común que se comparen obsesivamente con otros. Al mismo tiempo, estas conductas, lejos de proporcionar alivio, perpetúan la angustia y refuerzan la percepción negativa sobre su propia imagen corporal.

Presión sobre la imagen corporal

El trastorno dismórfico corporal no tiene una causa específica identificada, pero tiende a desarrollarse más comúnmente en la adolescencia. Puede estar relacionado con experiencias negativas sobre la apariencia corporal, comentarios adversos, antecedentes familiares o disfunciones cerebrales, como niveles anómalos de serotonina.

MARCA.COM. (2023). “En un entorno donde los cuerpos ni siquiera eran reconocidos. El viaje de amarme a mí misma va a ser interminable”, afirma. [Fotografía/LAPRESSE]. Recuperado de www.us.marca.com

Ahora, aunque la causa no está totalmente esclarecida, hay factores de riesgo asociados. Por ejemplo, antecedentes familiares de trastorno dismórfico corporal u obsesivo-compulsivo, historial de burlas en la infancia, perfeccionismo, presión social por estándares de belleza y otras condiciones de salud mental como ansiedad o depresión.

Cuando afecta el día a día

Como mencionamos brevemente, puede generar complicaciones significativas, impactando negativamente la calidad de vida de la persona. Entre las posibles complicaciones se incluyen baja autoestima, aislamiento social, depresión grave, pensamientos o conductas suicidas, trastornos de ansiedad (incluido el trastorno de ansiedad social), trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos alimentarios, abuso de sustancias, entre muchos otros.

¿Se puede prevenir?

Como se ha mencionado, si bien existen diversas causas que pueden provocar este trastorno, hay una de ellas que está relacionada con las malas experiencias y comentarios que la persona recibió desde una edad muy temprana. Y es que, tales expresiones pueden afectar a tal punto que se transforman en un riesgo.

Yuste, M. (2021). “No quería que me vieran, no quería tener que hacerme una foto, caminar sobre una alfombra, no quería que me vieran en público en absoluto porque sentía miedo, y tenía la creencia y la certeza absoluta de que se burlarían de mí, o me escupirían, o alguien me gritaría, o la gente me apedrearía o me atacaría… Pasé por un momento muy oscuro después de eso”, explicó. [Fotografía]. Recuperado de www.trendencias.com

Algo muy sencillo

Por consiguiente, es esencial que los adultos y las instituciones que rodean la vida de niños y adolescentes comprendan la magnitud de sus palabras. Pues existe la posibilidad de que lo que parecen simples comentarios sembrar la semilla de un trastorno en el futuro.

Niños y adolescentes necesitan crecer en un entorno seguro que los ayude a enfrentar dificultades y superar inseguridades. Cuando este entorno falta, en ocasiones, la persona puede adoptar actitudes perjudiciales para su salud mental. Todo en un intento fallido de querer encajar y complacer.

La experiencia de Megan Fox con respecto a la dismorfia corporal resalta la importancia de ser conscientes de cómo las palabras y experiencias, desde la infancia hasta la adolescencia, moldean la percepción que uno tiene de su propio cuerpo. Por lo que, aquellos adultos que rodean a los jóvenes deben considerar el impacto que sus acciones y comentarios tienen del desarrollo de la autoimagen y la salud mental. Por último, para trabajar en casos de anorexia o bulimia desde una perspectiva interdisciplinaria, te recomendamos nuestro curso de intervención en trastornos de la conducta alimentaria.