La conocida alimentación consciente (mindful eating, en inglés) emerge como una estrategia prometedora para fomentar hábitos saludables y contrarrestar problemas vinculados al sobrepeso y la obesidad. En esta línea, la atención plena aplicada a la comida se centra en la apreciación sensorial y la consciencia no evaluativa de las sensaciones corporales y emocionales durante la experiencia alimentaria. Al parecer, revisiones sistemáticas respaldan la eficacia del mindful eating en abordar comportamientos asociados a la obesidad, como antojos y consumo excesivo. Entonces… ¿Cuáles son los factores sociocognitivos involucrados? ¿Qué tienen que ver las creencias de los adultos?

La importancia de los hábitos

Con lo dicho, el enfoque también favorece la elección de alimentos saludables y hábitos alimentarios beneficiosos. Así, mientras que la atención plena suele cultivarse formalmente, el mindful eating se practica informalmente en la vida diaria, sincronizado con situaciones alimentarias. Ahora, identificar factores asociados a la adopción del mindful eating es esencial para integrarlo efectivamente en el estilo de vida. Y, a su vez, lograr beneficios sostenibles para la salud.

mindful eating y hábitos, estudio

En este sentido, la literatura previa ha resaltado la relevancia de la motivación, intención, expectativas de resultados positivos y actitudes en la adopción de esta práctica. Adicionalmente, investigaciones anteriores han identificado actitudes, hábitos y planificación de acciones como factores predictivos de la práctica de esta actividad.

Por último, se ha observado que las normas sociales y las expectativas de resultados, tanto positivas como negativas, predicen las intenciones de adoptar la práctica.

Mindful eating y hábitos: ¿Por qué?

Esta investigación tiene como objetivo identificar factores y creencias relevantes relacionados con la conciencia, motivación y acción en la práctica del mindful eating en adultos saludables. Para ello, se compararon individuos con experiencia práctica limitada y aquellos con experiencia intermedia y mayor, sin sintomatología de trastornos de conducta alimentaria, enfermedad psiquiátrica grave o enfermedad crónica.

Tras esto, utilizando el modelo de cambio de información, se evaluaron diferencias en factores sociodemográficos predisponentes y creencias relacionadas con la conciencia, motivación y acción. Lo anterior, dio paso a un enfoque exploratorio que ofreció información valiosa sobre los elementos que influyen.

Un estudio de factores sociocognitivos

En el estudio transversal, y para garantizar la heterogeneidad en la experiencia previa con mindfulness, se implementaron diversos canales de reclutamiento. Como anuncios en boletines comunitarios, redes sociales y la plataforma de encuestas en línea SurveyCircle. Dicha plataforma internacional de investigación, basada en voluntarios, ofrece un sistema de incentivos mediante puntos para la participación.

El cuestionario abordó las características sociodemográficas, facetas de la alimentación consciente, y constructos sociocognitivos del modelo de cambio de la información. Además, se proporcionó a los participantes una breve introducción a cada sección que explicaba los conceptos y las opciones de respuesta. También, se incluyeron descripciones claras de la alimentación sin sentido y la alimentación consciente antes de dirigir a los participantes a los constructos del modelo de cambio de la información.

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Emociones en la alimentación

Las personas con un alto comportamiento de alimentación consciente (high mindful eating, HME, en inglés), en comparación con aquellas con un comportamiento medio de alimentación consciente (medium mindful eating, MME) y un comportamiento bajo de alimentación consciente (low mindful eating, LME), mostraron una conciencia interna significativamente mayor. Es decir, la capacidad para observar los efectos de los procesos internos como pensamientos y emociones en el comportamiento alimenticio.

Estos hallazgos están relacionados con el nivel de experiencia previa con la práctica basada en mindfulness. Así, un principiante en mindfulness puede ser capaz de dirigir su atención al momento presente solo en la experiencia alimentaria. Con lo que podría ser necesario un entrenamiento continuo para fomentar habilidades de mindfulness más complejas como la no evaluación y la no reactancia.

Mindful eating y mindfulness

En la muestra, una parte de las personas con HME se describieron a sí mismas como con una experiencia buena o muy buena en mindfulness. Lo que sugiere que la prevalencia de la formación explícita en mindfulness, que también incorpora los componentes actitudinales/aceptación, puede haber sido relativamente baja. Además, también podría indicar que las personas participaron en acciones relacionadas con el mindful eating con un conocimiento limitado.

Esto se debe a que se ha encontrado una mayor sensibilidad a las señales externas de alimentos en personas con peso normal que se restringen. Es decir, personas que hacen dieta crónica y entre personas con comportamientos alimentarios relacionados con la obesidad.

¿Influencia en el apoyo social?

En cuanto a la motivación, aquellos con un alto compromiso con el mindful eating manifestaron una percepción más positiva de sus beneficios para la salud. En contraste, quienes mostraron menor compromiso percibieron desventajas significativas. Las percepciones negativas pueden, por tanto, actuar como barreras para participar en la práctica de mindful eating.

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Además, las personas con bajo compromiso querían evitar confrontar sus hábitos alimenticios, ya que consideraban la práctica desagradable y experimentaban sentimientos de culpa por sus elecciones alimentarias habituales. Sin dudas, tal desajuste con el propósito de los programas de alimentación consciente destaca la necesidad de abordar las barreras percibidas. Sumado al uso de enfoques efectivos para cambiar actitudes en los esfuerzos de reclutamiento.

En adición, los participantes altamente comprometidos percibieron un mayor apoyo social para la práctica de mindful eating. Lo que resalta la influencia positiva de la red social en la adopción de dicho comportamiento.

Algunas limitaciones del estudio

El presente estudio tiene varias limitaciones a la hora de generalizar los hallazgos. En primer lugar, se trata de un diseño transversal, lo que impide establecer relaciones causales entre las variables examinadas. En segundo lugar, la muestra incluye una proporción elevada de participantes con niveles educativos superiores al promedio nacional, lo que podría sesgar los resultados hacia ciertos patrones de comportamiento.

Por último, no se midió el índice de masa corporal (IMC), a pesar de su asociación previa con el mindful eating, lo que limita el alcance de los análisis. Sin lugar a dudas, dichos aspectos deberían ser abordados en investigaciones que traten sobre los hábitos alimenticios y el mindful eating.

El hecho de centrarse, ayuda

¿Cómo se puede adaptar la promoción de mindful eating según las características psicosociales individuales? ¿Qué señales internas y externas son cruciales para fomentar la participación en esta práctica? Estas preguntas resaltan la necesidad de enfoques personalizados en programas de mindful eating y hábitos, considerando la experiencia previa, la conciencia conductual y las señales específicas para cada individuo.

Por esta razón, los desarrolladores de programas deben priorizar la creación de un entorno propicio para la participación, asegurándose de que los participantes estén informados sobre la práctica y posean el conocimiento necesario antes de abordar los factores motivacionales. En último lugar, si deseas profundizar en casos de anorexia o bulimia desde una perspectiva interdisciplinaria, te recomendamos nuestro curso de intervención en trastornos de la conducta alimentaria.

Referencia bibliográfica

  • Preissner, C., Oenema, A. y De Vries, H. (2022). Examining socio-cognitive factors and beliefs about mindful eating in healthy adults with differing practice experience: a cross-sectional study. BMC Psychology, 10(1). https://doi.org/10.1186/s40359-022-00977-4