Durante la adolescencia, etapa marcada por cambios físicos, emocionales y sociales, los jóvenes se enfrentan a una activa búsqueda de identidad y autonomía. La excesiva preocupación por cumplir con los estándares de belleza puede conducir a comportamientos alimenticios restrictivos o compulsivos, manifestándose finalmente en trastornos alimentarios. En 2021, la revista Innova Educación publicó un estudio que investigó la relación entre factores socioculturales, actitudes hacia la alimentación, imagen corporal, índice de masa corporal (IMC) y trastornos de conducta alimentaria (TCA) en la adolescencia, particularmente en estudiantes de secundaria. A continuación, profundizaremos más sobre este estudio cuyo objetivo fue identificar factores de riesgo y desarrollar estrategias de prevención y atención adecuadas en los trastornos de conducta alimentaria.
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Este tipo de trastornos afectan la manera en que una persona se relaciona con la comida, el peso corporal y la imagen corporal. Así, pueden tener un impacto significativo en la salud física, emocional y social de quienes los padecen. Dentro de los más comunes se encuentran la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Como inciso, algunos de los trastornos menos comunes, que no menos importantes, también incluyen el trastorno de la alimentación selectiva/restrictiva, el trastorno de rumiación y el trastorno de la alimentación nocturna.
¿Qué consecuencias tienen?
Estos cuadros tienen efectos nocivos para la salud física, incluyendo desequilibrios nutricionales y problemas cardíacos, entre otros. Además, afectan negativamente la salud mental, pudiendo provocar ansiedad, depresión, aislamiento social y baja autoestima. En consecuencia, el tratamiento temprano y adecuado puede ser crucial para la recuperación de un TCA.
Acerca de este estudio sobre los trastornos de conducta alimentaria
La investigación se centra en profundizar en la relación entre factores como las actitudes hacia la alimentación, la satisfacción corporal, IMC y trastornos de conducta alimentaria en adolescentes. El objetivo fue identificar posibles factores de riesgo asociados a los trastornos alimentarios en estudiantes de educación secundaria.
Además, se analizó cómo ciertas variables, como los síntomas depresivos, la autoestima, el deseo de aumentar la musculatura, el nivel socioeconómico y el área de estudio, influían en el riesgo de desarrollar conductas alimentarias problemáticas. Adicionalmente, se hizo una diferenciación entre hombres y mujeres para entender mejor estos patrones.
¿Cuál fue el método utilizado?
Se seleccionaron 58 estudiantes de segundo a quinto grado, tanto hombres como mujeres, con una edad promedio de 15 años. Para evaluar las actitudes hacia la alimentación y la imagen corporal, se utilizó el test de actitudes hacia la alimentación (Eating Attitudes Test, EAT-40, en inglés), que consta de 40 preguntas agrupadas en 5 indicadores. Estas son:
- Dieta restrictiva: Evalúa comportamientos relacionados con la restricción alimentaria, como saltarse comidas o evitar ciertos alimentos.
- Preocupación por la comida: Explora síntomas como los comportamientos compensatorios, así como la preocupación excesiva por la comida.
- Preocupación por la imagen corporal: Mide la preocupación y la insatisfacción con la propia apariencia física, incluyendo pensamientos recurrentes sobre el peso y la forma corporal.
- Síntomas de bulimia: Evalúa la presencia de síntomas característicos de la bulimia nerviosa, como atracones y purgas.
- Preocupación por la delgadez: Explora la preocupación excesiva por mantener un peso corporal bajo y alcanzar los estándares de delgadez impuestos por la sociedad.
Para recopilar información detallada sobre los hábitos alimentarios y la percepción de la imagen corporal se emplearon cuestionarios estructurados y cerrados. De este modo, los participantes completaron dichos cuestionarios de manera individual y voluntaria, asegurando la confidencialidad de sus respuestas.
En cuanto a los resultados relacionados con los trastornos de la conducta alimentaria…
Los hallazgos indicaron que el 48.3% de los alumnos de educación secundaria presentaban riesgo o trastorno de conducta alimentaria. Siendo alarmante que el 19% de los participantes ya padecía trastornos alimentarios. Además, en términos de género, se observó que el 17.2% de las estudiantes mujeres mostraban este trastorno, mientras que solo el 1.7% de los estudiantes varones presentaban tal condición.
¿Cómo fue la prevalencia?
La ratio de prevalencia de trastornos alimenticios en estudiantes de educación secundaria fue del 37% para mujeres y el 10% para hombres, lo que muestra una clara disparidad entre ambos géneros. Estos porcentajes indican una mayor incidencia de trastornos alimenticios en las estudiantes mujeres en comparación con los varones.
De esta manera, se resalta la necesidad de abordar esta problemática considerando las diferencias de género en el ámbito educativo. Sin embargo, es fundamental aclarar que que todos los alumnos, sin importar su género, deben recibir el apoyo y la atención necesarios para superar estos trastornos y promover una vida saludable.
Limitaciones
A pesar de lo descrito, el presente estudio presenta varias limitaciones que deben ser consideradas al interpretar los resultados. En primer lugar, el diseño descriptivo y de corte transversal limita la capacidad de establecer relaciones causales entre los factores asociados a los trastornos de conducta alimentaria y su prevalencia en la población estudiada. En segundo lugar, la investigación se llevó a cabo en una única institución educativa. Lo anterior, puede restringir la generalización de los hallazgos a otras poblaciones o contextos.
Por último, otro aspecto a considerar es la dependencia de autoinformes a través del cuestionario EAT 40. Pues existe la posibilidad de que las respuestas estén sujetas a sesgos, ya que los participantes podrían no reportar con precisión sus conductas o actitudes debido a la presión social o el estigma asociado.
Los datos son alarmantes
Las conclusiones del estudio sobre trastornos de la conducta alimentaria en la adolescencia, específicamente en estudiantes de educación secundaria, resaltan lo alarmante de su presencia. Estos hallazgos subrayan la urgente necesidad de implementar estrategias educativas y de intervención para abordar la problemática de manera integral en el ámbito escolar.
De esta forma, es fundamental que las autoridades educativas y de salud trabajen en conjunto para promover una cultura de bienestar, fomentando una relación saludable con la alimentación y el cuerpo desde una edad temprana, abordando también las diferencias entre género. La prevención y detección temprana de los TCA son clave para garantizar el bienestar físico y emocional de los estudiantes, así como para promover un desarrollo saludable en el ámbito educativo. Si te interesa ahondar en esta temática, te recomendamos nuestro curso de intervención en trastornos de la conducta alimentaria.
Referencia bibliográfica
- Torres-Cruz, E. y Torres-Cruz, F. (2021). Trastornos de conducta alimentaria en estudiantes de educación secundaria. Revista Innova Educación, 3(2). https://doi.org/10.35622/j.rie.2021.02.004