La procrastinación académica, caracterizada por posponer tareas importantes, es un desafío común entre estudiantes. Este fenómeno, a menudo ligado a problemas de autocontrol, puede afectar negativamente el rendimiento académico y el bienestar. Y es que, la procrastinación refleja una lucha con la autorregulación, la capacidad de controlar comportamientos, emociones y pensamientos. Entonces… ¿Cómo afecta la procrastinación académica al éxito estudiantil a largo plazo? ¿De qué forma el apoyo social puede ayudar a los estudiantes a superar la procrastinación y mejorar su rendimiento académico?
Pero primero… ¿Qué es procrastinar?
La procrastinación, definida como una disyunción entre el yo presente y futuro, se relaciona con la actitud hacia el tiempo. Los estudios sugieren que una orientación al presente aumenta la procrastinación, mientras que una orientación al futuro la disminuye. Sin embargo, la actitud hacia el pasado también puede influir en dicho comportamiento.
Además, la actitud hacia el tiempo está vinculada al autocontrol, factor que influye en la relación entre los rasgos y los resultados conductuales. Así, se espera que el autocontrol actúe como mediador entre la actitud temporal y la procrastinación académica (Wang y Sun, 2023).
Procrastinación académica: Un obstáculo en estudiantes
La procrastinación, o aplazamiento de tareas, resulta de diversas causas como la duda en las habilidades, falta de gratificación diferida y culpar a factores externos. En contextos académicos, el comportamiento se traduce en la postergación de tareas esenciales, lo que afecta negativamente el rendimiento. Por ello, identificar las tendencias procrastinadoras de los estudiantes es crucial para brindarles apoyo adecuado y para que los instructores implementen intervenciones oportunas.
Relación con el rendimiento laboral futuro
Este fenómeno, que representa una preocupación omnipresente entre estudiantes universitarios, afecta no solo el rendimiento académico sino también el bienestar laboral futuro. Con una prevalencia alarmante del 80 al 95%, se convierte en un área de investigación vital.
Los estudios se centran en comprender su naturaleza, su relación con la actitud hacia el tiempo y los entornos que promueven la autodeterminación. Pues tales esfuerzos buscan abordar eficazmente este comportamiento y sus repercusiones negativas (Codina et al., 2024).
¿Diferentes perspectivas de tiempo?
La perspectiva temporal, que abarca pasado, presente y futuro, junto con sus dimensiones positivas y negativas, resulta fundamental para comprender la procrastinación académica. La actitud temporal, que refleja las emociones hacia estas perspectivas, se divide en seis dimensiones y es especialmente relevante para los adolescentes. Investigaciones previas han señalado una conexión entre la actitud temporal y la procrastinación académica, destacando en particular una actitud negativa hacia el tiempo (Wang y Sun, 2023):
- Positiva hacia el pasado: La actitud positiva hacia experiencias pasadas.
- Negativa hacia el pasado: En contraposición al punto uno, corresponde con una disposición negativa hacia experiencias pasadas.
- Positiva hacia el presente hedonista: Refiere a la actitud positiva hacia el disfrute en el presente.
- Positiva hacia el presente fatalista: Constituye una actitud positiva hacia la creencia de que el presente está fuera de control.
- Positiva hacia el futuro: Hace referencia a una postura y posición positiva hacia las expectativas futuras.
- Negativa hacia el futuro: Básicamente, se define como una actitud negativa hacia las expectativas futuras.
Procrastinar: ¿Acción voluntaria?
En 1985, la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association, APA, en inglés) definió la procrastinación como un hábito de aplazar tareas, a menudo contraproducente, enfatizando su carácter repetitivo. Posteriormente, se reconoció como una elección voluntaria de demorar acciones planeadas a pesar de anticipar consecuencias negativas.
Dos concepciones adicionales surgieron: la procrastinación como rasgo y como estado. Ambas han sido respaldadas por evidencia empírica, sugiriendo que este fenómeno puede entenderse desde diferentes perspectivas complementarias (Codina et al., 2024).
Procrastinación como estado y rasgo
Respecto a la procrastinación como un rasgo, se ha evidenciado, entre otras formas, a través de las influencias adversas de tendencias estables de procrastinación en la salud y el bienestar. En cuanto a la procrastinación como estado, se ha observado en las fluctuaciones de la procrastinación a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones.
Por otro lado, la evidencia de ambos enfoques sugiere que la procrastinación aparece como una tendencia individual que puede verse influenciada por ciertos contextos. Por tanto, es necesario considerar tanto la procrastinación como un rasgo como estatal (Codina et al., 2024).
Procrastinar y autocontrol: Factor clave
El autocontrol, esencial para regular emociones y comportamientos, se encuentra estrechamente vinculado a la procrastinación académica. Por un lado, la falta de autocontrol conduce a posponer tareas importantes. Por otro, el alto autocontrol permite evitar la procrastinación mediante estrategias efectivas de aprendizaje.
En esta misma línea, el autocontrol también se relaciona con la actitud hacia el futuro, donde un alto nivel del mismo se asocia positivamente con una perspectiva futura. Las conexiones mencionadas anteriormente subrayan la importancia del autocontrol en el rendimiento académico, así como también la necesidad de promover diversas estrategias para mejorar este aspecto en los estudiantes (Wang y Sun, 2023).
Autocontrol como mediador
La investigación previa ha establecido conexiones entre la actitud hacia el tiempo, la procrastinación académica y el autocontrol. Planteando así, la posibilidad de que el autocontrol medie en el comportamiento de procrastinación inducido por la actitud temporal.
Aunque las asociaciones han sido observadas, la cantidad de investigaciones empíricas que abordan el tema es escasa. Por lo tanto, existe una necesidad de expandir este cuerpo de conocimiento mediante estudios adicionales que examinen cómo la actitud temporal afecta el autocontrol y, a su vez, la procrastinación académica, particularmente en contextos educativos específicos (Wang y Sun, 2023).
Reducir la procrastinación académica
Los resultados de estudios previos resaltan la influencia del apoyo social y el establecimiento de metas en la procrastinación. Pues se ha observado que establecer metas cercanas reduce la tendencia a posponer tareas. Además, la claridad en los objetivos académicos disminuye la impulsividad y procrastinación. A su vez, el respaldo social de los compañeros también desempeña un papel crucial, reduciendo significativamente los niveles de postergación en las actividades académicas.
¿Grupos de escritura como solución?
En este contexto, los grupos de escritura emergen como un recurso valioso. Y es que, ofrecen un entorno de apoyo donde los estudiantes pueden compartir preocupaciones y desafíos relacionados con la escritura, lo que reduce la sensación de aislamiento y aumenta la motivación al saber que otros enfrentan desafíos similares.
Además, al recibir retroalimentación útil y constructiva de los compañeros del grupo, los estudiantes pueden mejorar sus habilidades de escritura y abordar áreas de mejora. Esta retroalimentación ayuda a superar obstáculos y avanzar en las tareas de escritura de manera más efectiva.
Por último, la participación en un grupo de escritura crea un sentido de responsabilidad compartida. Ya que los alumnos saben que otros esperan ver progreso en el trabajo, lo que les motiva a cumplir con sus compromisos académicos (Patria y Laili, 2021).
El rol del apoyo social
Por ejemplo, los grupos de redacción de tesis ofrecen un entorno donde los estudiantes pueden aprovechar el apoyo social para superar la procrastinación. En esto, las investigaciones respaldan los beneficios del apoyo social en la reducción de la procrastinación. Y se identifican características clave de un grupo de apoyo eficaz, todas cumplidas por la intervención del grupo de redacción.
De hecho, después de establecer metas y actividades diarias, la implementación práctica es crucial, con los estudiantes enfrentando desafíos inesperados. La adaptación de objetivos se revela esencial, permitiendo flexibilidad y creatividad para superar obstáculos. Y, el monitoreo diario, por su parte, permite a los pupilos reflexionar sobre su progreso y gestionar los sentimientos de fracaso, aspecto importante en el proceso de autorregulación (Patria y Laili, 2021).
Conclusión
La procrastinación académica, aunque común, puede tener consecuencias significativas en el rendimiento estudiantil. Sin embargo, entender su relación con la autorregulación ofrece oportunidades para intervenciones efectivas. Fomentar estrategias de autorregulación, como establecer metas claras y utilizar técnicas de gestión del tiempo, puede ayudar a los estudiantes a superar la procrastinación y alcanzar su máximo potencial académico. Asimismo, promover un entorno de apoyo y comprensión puede ser fundamental para abordar este desafío común. Por último, si estás interesado en conocer más sobre técnicas de regulación, te recomendamos nuestro curso en regulación emocional y mindfulness en la infancia, donde explorarás estrategias efectivas para promover el bienestar emocional en los más pequeños.
Referencias bibliográficas
- Codina, N., Castillo, I., Pestana, J. V. y Valenzuela, R. (2024). Time perspectives and procrastination in university students: exploring the moderating role of basic psychological need satisfaction. BMC Psychology, 12(1). https://doi.org/10.1186/s40359-023-01494-8
- Frayon, S., Swami, V., Wattelez, G., Nedjar-Guerre, A. y Galy, O. (2023). An examination of procrastination in a multi-ethnic population of adolescents from New Caledonia. BMC Psychology, 11(1). https://doi.org/10.1186/s40359-022-01032-y
- Patria, B. y Laili, L. (2021). Writing group program reduces academic procrastination: a quasi-experimental study. BMC Psychology, 9(1). https://doi.org/10.1186/s40359-021-00665-9
- Wang, J. y Sun, Y. (2023). Time flies, but you’re in control: the mediating effect of self-control between time attitude and academic procrastination. BMC Psychology, 11(1). https://doi.org/10.1186/s40359-023-01438-2