¿Cómo sabemos que algo es dulce, que el sol brilla o que una caricia es agradable? La vivencia interna y subjetiva, conocida como qualia, sigue siendo un misterio para las neurociencias. A través de modelos como el espacio de experiencia y los circuitos selectores, algunos investigadores intentan explicar cómo surgen dichas sensaciones y cuál fue su función en la evolución de la conciencia. A continuación, exploraremos cómo la ciencia aborda el desafío de comprender cómo experimentamos la realidad.
Primero que todo, ¿qué son los qualia?
Cuando vemos un color, sentimos un aroma o escuchamos una canción, no solo estamos recibiendo información, sino que también la vivimos de una forma única y personal. Dicha vivencia subjetiva se conoce como qualia. Concretamente, el término se utiliza para describir cómo se siente una experiencia desde dentro (Skokowski, 2022).
A su vez, los qualia no pueden medirse ni observarse directamente desde afuera, porque pertenecen al mundo interno de cada quien. Aunque dos individuos escuchen la misma nota musical, la forma en que cada uno la experimenta tal vez sea distinta. Dicha característica los vuelve difíciles de estudiar, pero también fundamentales para entender qué es la conciencia.
Algunos ejemplos clásicos…
Para comprenderlos en profundidad, podemos pensar en ejemplos cotidianos, como el color rojo de una flor, el sabor amargo del café, el olor a tierra mojada o el calor del sol sobre la piel. Incluso, emociones como la tristeza o la alegría también reflejan cómo sentimos el mundo desde adentro. En todos estos casos, lo importante no es solo el estímulo, sino la manera en que lo vivimos.
Una hipótesis sobre la base neuronal de los qualia
En lo que respecta a las bases neurales, los circuitos selectores (Selective circuits, SC, en inglés), son una de las propuestas más interesantes. Dicha hipótesis plantea que ciertos circuitos neuronales, dentro del sistema general que sustenta la conciencia, cumplen un rol específico: activan las experiencias subjetivas particulares. Por ejemplo, al ver un color, podrían ponerse en marcha algunos SC responsables de generar no solo la detección visual del estímulo, sino también la vivencia interna.
Adicionalmente, ciertos investigadores proponen que tales circuitos no solo están involucrados en la conciencia, sino que tienen una función aún más específica: decidir qué cualidades experimentamos. Con el tiempo, dicha capacidad habría evolucionado para ayudarnos a distinguir mejor los estímulos del entorno. A medida que los circuitos se hicieron más complejos, la experiencia consciente también se enriqueció, permitiendo que aparecieran sensaciones más detalladas y variadas (Iglesias, 2023).
Seleccionar para sentir
Además de generar cualidades conscientes, los SC podrían tener otra función importante: la de actuar como filtro. Y es que no todas las señales que circulan por el cerebro se transforman en experiencia.
Según esta teoría, serían como una especie de puerta de entrada, determinando qué información accede al plano consciente y cuál queda en un segundo plano. En consecuencia, la conciencia no registra todo lo ocurrido, sino solo aquello que fue seleccionado para integrarse en la vivencia subjetiva.
El espacio de experiencia: Una forma de mapear los qualia
Una propuesta interesante para comprender cómo funcionan los qualia es la del espacio de experiencia, también llamado E-espacio. La idea central es representar las cualidades subjetivas como si fueran puntos dentro de un espacio gráfico. Así como los colores pueden ubicarse según su brillo o tono, los qualia podrían organizarse en un mapa donde su cercanía indica similitud. Allí, las sensaciones visuales, auditivas o táctiles ocuparían distintas zonas, dependiendo de sus propiedades fenomenológicas.
Dicho modelo no busca explicar cómo trabaja el cerebro, sino ofrecer una herramienta para pensar cómo se relacionan nuestras experiencias. Aunque no hay evidencia directa de su existencia, dicha forma de representarlos podría ayudar a reflexionar sobre cómo se estructura el mundo interno (Lacalli, 2022).
¿Cómo imaginar el espacio de experiencia?
Con el propósito de entender el E-espacio, tal vez resulte útil imaginar un mapa donde se organizan las sensaciones según lo que tienen en común. Por ejemplo, los sabores dulces y salados estarían más cerca entre sí que del dolor o del color rojo.
Lo mismo ocurriría con sonidos parecidos o emociones afines. Cuanto más similar es una experiencia a otra, más próximas se ubicarían en este plano imaginario. A pesar de que no representa algo real en el cerebro, dicho modelo ayuda a visualizar cómo podrían relacionarse internamente las vivencias conscientes.
El misterio de unir lo interno con lo observable
El gran desafío para la ciencia es establecer una correspondencia directa entre lo que se experimenta internamente y lo que ocurre a nivel cerebral. Aunque existen avances en la identificación de patrones neuronales vinculados a ciertos estados conscientes, no significa que haya una relación clara con qualia específicos. Saber que cierta región se activa ante el dolor, por ejemplo, no alcanza para explicar por qué el dolor se siente de un modo particular y no de otro.
Conclusión
A pesar de los avances de la neurociencia, los qualia continúan representando un punto ciego en nuestra comprensión de la conciencia. Modelos como los circuitos selectores o el espacio de experiencia ofrecen herramientas útiles para pensar cómo surgen y se organizan las vivencias subjetivas, pero aún estamos lejos de establecer un vínculo claro entre lo que sentimos y lo que ocurre en el cerebro.
Tal vez nunca logremos traducir del todo la vivencia interna al lenguaje de la ciencia. Sin embargo, explorar el límite nos permite reconocer que la conciencia, además de ser una función biológica, es también una expresión de lo que significa estar vivos. ¿Podremos algún día explicar el misterio de sentir? ¿O es precisamente esa opacidad lo que le da valor a la experiencia humana?
Referencias bibliográficas
- Iglesias, A. V. (2023). La existencia de los qualia: Una presentación crítica. Sincronía, 27(84), 24-42. https://doi.org/10.32870/sincronia.axxvii.n83.2b23
- Lacalli, T. (2022). On the origins and evolution of qualia: An experience-space perspective. Frontiers In Systems Neuroscience, 16. https://doi.org/10.3389/fnsys.2022.945722
- Skokowski, P. (2022). Sensing qualia. Frontiers In Systems Neuroscience, 16. https://doi.org/10.3389/fnsys.2022.795405
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