La religión, en sus diversas manifestaciones, ha sido una parte integral de la experiencia humana desde tiempos antiguos. A lo largo de la historia, ha sobrevivido y evolucionado, moldeando las culturas, creencias y prácticas de las sociedades en todo el mundo. En este sentido, la ciencia, en especial la psicología, ha dirigido su atención hacia el estudio de la espiritualidad y su impacto en la psique humana. Entonces, ¿cómo aborda la psicología el fenómeno religioso? ¿De qué manera la fe influye en la mente y el comportamiento humano?
¿Podemos definir el concepto de religión?
En lo que refiere a la historia de la humanidad, la presencia constante y tan extendida de la religión se puede documentar fácilmente a través de las diversas culturas. Particularmente, en los últimos dos siglos, disciplinas como la historia, fenomenología, etnología, antropología, psicología y sociología han proporcionado abundante material que muestra la complejidad y riqueza de la conducta humana en su expresión religiosa.
Sin lugar a dudas, las múltiples facetas que tiene este concepto hacen que sea necesario un enfoque interdisciplinario en su abordaje, además de una clara definición que constituya al objeto de estudio. No obstante, esto último no representa una tarea fácil o sencilla (Milanesi et al., 1974).
Explicaciones desde la psicología de la religión
Desde una perspectiva psicológica, Sigmund Freud la abordó desde la teoría del Edipo. Otros la han tratado desde conceptos como la frustración, la confianza, el desarrollo cognitivo, el altruismo i la búsqueda de un mundo justo, entre muchos otros.
Pese a ello, hasta el momento no se ha logrado una explicación exhaustiva y satisfactoria de este fenómeno humano tan diverso, universal y constante. Por lo que, dado que aún no existe una teoría unificadora que lo abarque completamente, las teorías existentes pueden ser clasificadas en cuatro grandes tradiciones (França-Tarrago, 2008).
La tradición instintiva
Muchos psicólogos intentaron explicar la religión postulando que el ser humano tenía un instinto religioso. Para estos autores la religión es innata, no aprendida y tiene un origen biológico. Inciso, aunque hoy en día el término instinto en el sentido biológico para describir el componente religioso del ser humano ha perdido credibilidad, todavía se considera una clave importante para entender el fenómeno religioso.
Por ejemplo, según Pavlov, reconocido fisiólogo, la religión es una respuesta nerviosa que ayuda al ser humano a sobrevivir frente a la naturaleza implacable y omnipotente y se ha transmitido de generación en generación. Otros pensadores, como Fromm, sugieren que los humanos tienen una necesidad innata de creer, buscar significado y la verdad última. Lo que sugiere que hay un cierto componente básico no aprendido relacionado con preguntas fundamentales cuyas respuestas apuntan a un Dios como su origen (França-Tarrago, 2008).
La fe desde la tradición defensiva-protectiva
Ahora, la versión más popularizada es que todo surge de la debilidad humana y del miedo. En este sentido, la religión tendría una función protectora al proporcionar tranquilidad ante la incertidumbre, especialmente en lo que respecta a la muerte. Así pues, buscaría clarificar, afirmar y asegurar lo que naturalmente es incierto, inseguro e indeterminado.
Religión: El enfoque de crecimiento-realización en psicología
Según esta corriente, la religión se considera una energía que produce cosas positivas y no necesariamente una proyección de lo que el ser humano no puede lograr. De este modo, la fe se entiende como una lucha por alcanzar un ideal más elevado, promoviendo la autorrealización y una actitud positiva hacia los demás. Asimismo, se considera que abre horizontes experienciales más amplios, promoviendo un amor más elevado, la libertad y autorrealización máxima que el ser humano puede alcanzar.
Siguiendo la línea de concebir la religión como crecimiento, se la ha entendido, desde un punto de vista evolutivo, como un resultado normal del desarrollo cognitivo. Lo anterior, surge de la necesidad humana de encontrar respuestas a preguntas existenciales fundamentales. Así, se considera que la religión satisface las necesidades cognitivas básicas de conservación, representación, relacionamiento y comprensión del ser humano.
La tradición social
Desde esta perspectiva, la religión es concebida como un hábito social. Por tanto, se mantiene vigente simplemente porque es enseñada como tal a los hijos en el hogar y luego reforzada por la sociedad a través de la celebración de los ritos de nacimientos, matrimonios, y muertes.
Algunos de los autores más destacados de dicha corriente son Durkheim, en el sociologismo, y Skinner, en el conductismo. El primero consideró la religión como un factor de cohesión social, mientras que el segundo la explicó como un moldeador de conductas a través del refuerzo social.
Influencia de la religión en la psicología y salud mental
Podemos afirmar con toda seguridad que, hoy en día, la religión continúa teniendo un papel crucial en la sociedad, influyendo significativamente en el comportamiento humano. Podría decirse que acaba funcionando como una forma de control social, ya que las personas actúan de acuerdo con sus creencias.
Además, establece un sistema de reglas y valores que contribuyen a mantener el orden social al definir límites claros entre lo sagrado y lo prohibido, orientando lo que se puede o no hacer. En esta misma línea, Freud argumentó que la religiosidad ayuda a domesticar los instintos destructivos, reduciéndolos y haciéndolos más adaptativos para la vida cotidiana.
Por otro lado, es importante hacer mención a que la religión no solo juega un rol en la toma de decisiones, sino también sobre la capacidad de recuperarse de eventos traumáticos, contribuyendo a la resiliencia del ser humano ante las adversidades. De este modo, podemos decir que la espiritualidad es una ayuda importante en la terapia traumática, ya que proporciona estrategias para enfrentar la situación de mejor manera y promueve una adaptación al proceso.
Veamos un ejemplo acerca de la espiritualidad y sus posibles influencias
Como se mencionó, la espiritualidad influye en gran medida sobre la psique humana, regulando procesos neuropsicológicos y afectando la salud mental. Por ejemplo, un estudio en adultos mayores con depresión, reveló que quienes tenían una espiritualidad positiva, conectada con un Dios benevolente, mostraban menos síntomas depresivos.
En contraste, aquellos con una concepción negativa de un Dios castigador, experimentaban un aumento en los síntomas. Por lo que la espiritualidad puede ser tanto beneficiosa como perjudicial para la salud mental, dependiendo de la percepción de la persona sobre su deidad (Calle Sandoval et al., 2020).
Conclusión
A modo de síntesis, este tema ha sido una constante en la historia humana, influenciando profundamente las culturas y comportamientos. Tal es así, que diversas disciplinas, incluida la psicología, han explorado la complejidad de la religión y efectos en la mente humana. Y siendo un hecho que la espiritualidad impacta en la salud mental, sabemos que puede actuar como herramienta para la resiliencia o, dependiendo de la percepción de la divinidad, exacerbar o mejorar cuadros como la depresión.
Como reflexión final, la religión, aunque está estrechamente relacionada a los dogmas y creencias mágicas, sigue siendo un tema valioso a tener en cuenta. Aunque la psicología se guíe por métodos científicos, es interesante y necesario abordar fenómenos inherentes al desarrollo de la humanidad.
Referencias bibliográficas
- Calle Sandoval, D. y Arcila Ayala, H. (2020). Religiosidad y cerebro: Las funciones neuropsicológicas en personas creyentes. El Ágora USB, 20(2). 298-304. Doi: 10.21500/16578031.5145
- França-Tarrago, O. (2008). Psicología de la experiencia religiosa en perspectiva cognitivista. Prensa Medica Latinoamericana.
- Milanesi, J. y Aletti, M. (1974). Psicología de la religión. Ediciones Don Bosco.
Me gusto mucho el articulo, creo que es muy importante reconocer el poder que tiene la espiritualidad dentro del desarrollo de la población, sobretodo en adultos mayores.