¿Por qué dormimos y cómo afecta el sueño a nuestra salud mental? Este interrogante ha despertado un creciente interés en la relación entre el reposo y las afecciones mentales. Asimismo, teniendo en cuenta la importancia del descanso, es crucial entender cómo sus patrones pueden influir en nuestra mente y emociones. Un estudio publicado en la revista Psychological Bulletin revela las alteraciones del sueño en diferentes trastornos, para entender mejor su efecto en la salud mental. A continuación, exploraremos más a fondo cómo se ve manifestado el sueño en patologías mentales.
El sueño: Un pilar de la salud mental
Durante mucho tiempo, el sueño ha sido pensado como un estado de inactividad y reposo absoluto del cerebro. Pese a esto, investigaciones recientes han revelado que el sueño es un proceso dinámico y activo, fundamental para procesos fisiológicos clave. En este sentido, la pregunta de por qué dormimos comenzó a recibir respuestas que apuntan a la necesidad del descanso para la regulación de funciones vitales y la salud cerebral.
Tradicionalmente, se creía que las alteraciones del sueño estaban estrechamente ligadas a trastornos mentales muy específicos. Sin embargo, modelos más recientes han destacado la naturaleza transdiagnóstica de dichas alteraciones. De este modo, ahora sabemos que el sueño afecta a la salud mental en general, no solo a una patología específica. Tal cambio de paradigma ha llevado a una reevaluación de cómo se abordan y comprenden las interacciones entre el descanso y los trastornos mentales.
El sueño y las patologías mentales
La extensa investigación sobre polisomnografía en trastornos mentales ha resultado fundamental para comprender la relación entre el sueño y la salud mental. Por ejemplo, investigaciones anteriores observaron que en la depresión, las alteraciones de esta índole incluyen una duración menor del sueño de onda lenta y un aumento de la presión del sueño REM, la fase de sueño profundo. Lo que sugiere que las personas con dicha condición pueden pasar menos tiempo en esta fase importante de descanso.
Sin embargo, ya que la mayoría de los estudios anteriores se centraron en la depresión, hay poca atención prestada a otras patologías mentales. Entre las reducidas investigaciones orientadas a otras patologías, los autores del presente estudio destacan un metaanálisis anterior enfocado en la esquizofrenia. Un metaanálisis que mostró que este cuadro se asocia con alteraciones en el descanso, incluso en ausencia de tratamiento antipsicótico. A pesar de los avances, aún no queda claro si las variables del sueño representan marcadores genéticos o biológicos de trastornos mentales concretos.
Un análisis de la mente y el descanso
El objetivo del estudio en el que se basa esta nota fue evaluar las alteraciones del sueño nocturno en personas con patologías mentales. Esta investigación se enfocó en siete categorías de trastornos mentales basadas en la clasificación de la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés).
Las condiciones seleccionadas consistieron en trastornos afectivos, de ansiedad, de la alimentación, externalizantes, del desarrollo, de personalidad límite y esquizofrenia. La elección de estas categorías abarca un espectro amplio de patologías mentales, permitiendo así una comprensión más completa de cómo diferentes trastornos afectan en los patrones del sueño.
Resultados relevantes del metaanálisis
El estudio arrojó hallazgos significativos sobre las alteraciones del sueño en patologías mentales. Y es que, los resultados revelaron perturbaciones en la continuidad del descanso en la mayoría de los trastornos investigados, excepto el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno afectivo estacional. Concretamente, se destacan resultados en lo que respecta a la depresión, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno límite de la personalidad (TLP), el autismo y la esquizofrenia.
En primera instancia, los investigadores observaron una alta prevalencia de problemas de sueño en individuos con trastornos afectivos, especialmente en aquellos diagnosticados con depresión. Estas alteraciones se manifestaron, por ejemplo, en una reducción tanto en la continuidad y profundidad del descanso, como en la presión del sueño REM. Además, se encontraron diferencias en la duración de las diferentes etapas del sueño en comparación con personas sanas.
El descanso en trastornos de ansiedad y personalidad
En el caso de trastornos de ansiedad, la investigación señaló patrones de sueño alterados en personas con TAG. Puntualmente, los análisis mostraron dificultades considerables para conciliar el descanso. A su vez, la revisión del TEPT mostró alteraciones en todas las áreas del sueño estudiadas. Por otro lado, en el contexto del TLP, se encontraron alteraciones caracterizadas por una mayor fragmentación del sueño. El análisis también señaló una menor eficiencia y calidad del mismo en comparación con individuos que no presentaban esta condición.
Sueño en el autismo y la esquizofrenia
En el área de los trastornos del desarrollo, el análisis encontró que el autismo se relaciona con discontinuidades en el descanso y una duración más corta del sueño REM, con posible impacto en los procesos emocionales y psicopatológicos para las personas dentro del espectro. Por otra parte, con relación a la esquizofrenia, denotó dificultades en la continuidad y profundidad del sueño, mas no un aumento en la presión del sueño REM.
De esta manera, los resultados apuntan a que ninguna variable del sueño es específica de un solo trastorno. Aspecto que nos da a entender que las alteraciones en la arquitectura del sueño y las variables del sueño REM pueden estar asociadas con diferentes vías neurobiológicas subyacentes.
Contribuciones relevantes y perspectivas futuras
El presente estudio resalta la importancia de investigar los parámetros del sueño en el contexto de las patologías mentales. A su vez, el mismo sugiere que futuras investigaciones se centren en explorar aún más las interacciones entre el reposo y la salud mental, para mejorar la comprensión y el tratamiento las diversas patologías existentes.
En este sentido, podemos concluir que el estudio del sueño en el contexto de los trastornos mentales puede resaltar aspectos fundamentales de la función cerebral y la salud psicológica. Siguiendo esta línea, comprender los parámetros del sueño en la evaluación y el tratamiento de los trastornos mentales, puede abrir nuevas vías para la intervención clínica en este campo. Si te interesa profundizar en técnicas de evaluación, diagnóstico y abordaje del sueño, te recomendamos nuestro curso en trastornos del sueño.
Referencia bibliográfica
- Baglioni, C., Nanovska, S., Regen, W., Spiegelhalder, K., Feige, B., Nissen, C., Reynolds, C. F. y Riemann, D. (2016). Sleep and mental disorders: A meta-analysis of polysomnographic research. Psychological bulletin, 142(9), 969. Doi: 10.1037/bul0000053.