En un mundo cada vez más acelerado y repleto de contenido audiovisual, resulta curioso que muchas personas prefieran volver a ver las mismas series una y otra vez. Este comportamiento, aparentemente paradójico, ha despertado el interés de investigadores y especialistas, quienes analizan su impacto en el bienestar emocional de los espectadores. Por dicho motivo, a continuación, exploraremos el fenómeno de los comfort shows y analizaremos su impacto en la salud mental.
Primero que nada, ¿qué son los comfort shows?
Se conciben como aquellos programas de televisión que las personas eligen ver repetidamente. Tal comportamiento se explica por la sensación de seguridad y tranquilidad que proporcionan a los espectadores.
Particularmente, durante la pandemia por COVID-19, su consumo aumentó significativamente. De hecho, se cree que una de las razones fue que los comfort shows ofrecían cierto escape y consuelo en tiempos tan caóticos y de encierro.
Algunos ejemplos…
Series como Amigos, en Hispanoamérica (Friends, en inglés, 1994-2004), La Oficina, en español (The Office, en inglés, 2005-2013) y Las chicas Gilmore en Hispanoamérica, (Gilmore Girls, en inglés, 2000-2007) son ejemplos clásicos de lo que entendemos como comfort shows. Para ilustrar este aumento, The Office fue el programa más transmitido en los Estados Unidos en 2020, generando 57.1 mil millones de minutos de visualización durante la pandemia. Friends también se ubicó entre las series más vistas, lo que indica un incremento relevante en su consumo durante ese período.
Impacto en el bienestar: ¿Por qué repetir la serie?
Volver a ver las mismas series de televisión no es simplemente una cuestión de hábito, sino que también trae ciertos beneficios en lo que respecta a la salud mental. Dichos programas ayudan a manejar la ansiedad al ofrecer una narrativa predecible y personajes familiares. Como consecuencia, se convierten en un refugio emocional para los espectadores, reduciendo la sensación de incertidumbre y generando una sensación de estabilidad.
Tales efectos también se explican a partir de investigaciones que destacan el valor de las relaciones parasociales, es decir, los vínculos emocionales que las personas desarrollan con personajes de ficción.
Estas conexiones simbólicas funcionan como una forma de compañía y apoyo emocional, ayudando a reducir el estrés y brindando un efecto similar al descanso mental. En particular, se ha observado que tales vínculos son capaces de atenuar la discrepancia entre el yo actual y el yo ideal, especialmente en personas con baja autoestima, promoviendo así una mayor aceptación personal y bienestar psicológico (Derrick et al., 2008).
El papel de la nostalgia
Por otro lado, la nostalgia también cumple un rol crucial en la elección de comfort shows. Y es que, los programas permiten revivir momentos del pasado o etapas significativas, evocando recuerdos agradables y contribuyendo a mejorar el estado de ánimo. Tal experiencia nostálgica se asocia a la activación de procesos de asimilación narrativa colectiva. Por consiguiente, se experimenta cercanía con las historias, valores y vínculos representados, reforzando el sentido de pertenencia emocional (Gabriel y Young, 2011).
Entre el consuelo y la evasión: Su uso saludable
Ahora bien, una vez explicada la relación entre los comfort shows y la salud mental, es importante advertir que es esencial asegurarse de que se utilice de manera saludable y equilibrada. Ya que, su uso excesivo como mecanismo de escape podría interferir con la resolución de problemas y la adaptación a nuevas situaciones.
Por lo tanto, es esencial ser conscientes del motivo detrás de la elección de contenido repetitivo. Es decir, procurar utilizarlas como una distracción positiva y no como una forma de evitar enfrentar problemas reales.
El poder reconfortante de los comfort shows
En resumen, estas series televisivas han demostrado ser más que simples entretenimientos; son herramientas valiosas para el manejo del estrés y la ansiedad. Al ofrecer familiaridad y un tono reconfortante, proporcionan una sensación de seguridad y bienestar emocional. Su incorporación en la rutina, podría ser una estrategia efectiva para mejorar la salud mental y encontrar momentos de tranquilidad en medio de la agitación diaria.
No obstante, y si bien actúan como un bálsamo emocional en tiempos cambiantes, es fundamental recordar utilizarlos de manera consciente. Asimismo, resulta crucial asegurarse de que complementen, y no reemplacen, otras estrategias de afrontamiento saludables.
Referencias bibliográficas
- Derrick, J. L., Gabriel, S. y Tippin, B. (2008). Parasocial relationships and self-discrepancies: Faux relationships have benefits for low self-esteem individuals. Personal Relationships, 15(2), 261-280. https://doi.org/10.1111/j.1475-6811.2008.00197.x
- Gabriel, S. y Young, A. F. (2011). Becoming a vampire without being bitten: The narrative collective-assimilation hypothesis. Psychological Science, 22(8), 990-994. https://doi.org/10.1177/0956797611415541
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