El comportamiento humano es un fenómeno complejo y multifacético estudiado desde diversas disciplinas, especialmente desde la psicología. En dicho contexto, el análisis funcional de la conducta emerge como un enfoque que nos permite comprender el por qué de nuestras acciones y modificarlas. Este enfoque se basa en la premisa de que todo comportamiento, tanto adaptativo como desadaptativo, se encuentra influenciado por el ambiente en el que nos encontramos. Entonces… ¿Cómo es posible utilizar el análisis funcional de la conducta para cambiar un patrón de comportamiento?
Introducción a la modificación del comportamiento
El comportamiento se entiende como todas aquellas acciones y reacciones que presenta un organismo en interacción con su entorno. En la psicología conductual, se estudia a través de sus causas y consecuencias, buscando patrones que puedan ser alterados para mejorar el bienestar de quien presenta conductas disfuncionales. Siguiendo dicha línea, para descubrir cómo entender y modificar el comportamiento, es esencial conocer uno de los conceptos más importantes de la psicología de la conducta, es decir, el condicionamiento.
Asimismo, se divide en dos tipos principales: el clásico y el operante. En primer lugar, el condicionamiento clásico, propuesto por el fisiólogo Iván Pavlov, es un proceso por el cual un estímulo originalmente neutro (EN) llega a provocar una respuesta condicionada (RC) tras haber sido asociado repetidamente con un estímulo incondicionado (EI), que naturalmente provoca una respuesta incondicionada (RI). Siguiendo esta línea, por ejemplo, si un sonido (EN) se asocia repetidamente con la presentación de comida (EI), el sonido eventualmente provocará salivación (RC), similar a la salivación provocada por la comida (RI).
¿Y el condicionamiento operante?
En cambio, el condicionamiento operante, introducido por el psicólogo Skinner, es un proceso por el cual la probabilidad de un comportamiento se modifica por sus consecuencias, pudiendo ser reforzadoras o punitivas. Así, el refuerzo positivo (R+) consiste en añadir un estímulo agradable para aumentar la frecuencia de una conducta, mientras que el refuerzo negativo (R-) implica eliminar un estímulo aversivo para lograr el mismo fin. Por otro lado, el castigo positivo (C+) añade un estímulo aversivo para disminuir la frecuencia de un comportamiento, y el castigo negativo (C-) elimina un estímulo agradable para conseguir una reducción similar (Hylland, 2022).
Análisis funcional de la conducta: ¿De qué se trata?
Una vez explicado el concepto más importante de la psicología conductual, podemos pasar a otro aspecto sumamente relevante: el análisis funcional de la conducta. La misma constituye una herramienta de evaluación e intervención desarrollada dentro de la terapia cognitivo conductual (TCC), utilizada para identificar las relaciones funcionales entre los comportamientos problemáticos, sus antecedentes y consecuencias en el entorno de una persona.
Cabe señalar que se basa en los principios del condicionamiento (tanto clásico como operante), para desarrollar intervenciones personalizadas y efectivas. Consecuentemente, es posible entenderla a partir de tres elementos del modelo ABC (Antecedent Behavior Consequence Model, en inglés). O, lo que es lo mismo: antecedentes, conducta y consecuencias.
Los antecedentes (A) son los eventos que desencadenan la acción. La conducta (B) es la descripción detallada de la acción realizada. Finalmente, las consecuencias (C) son los efectos que del comportamiento (Haynes, 1990).
Procedimiento del análisis funcional
Por lo antedicho, sabemos que el análisis funcional de los comportamientos problemáticos es un proceso fundamental para entender y modificar dichas conductas de manera efectiva. De esta manera, dicho proceso se desarrolla a través de una serie de pasos estructurados, los cuales se detallan a continuación (Parga, 2020):
- Identificación del comportamiento problema: El primer paso consiste en identificar y definir claramente las acciones problemáticas. Lo anterior, implica seleccionar conductas específicas que sean relevantes y medibles. De este modo, puede asegurarse que el enfoque se mantenga en problemas de comportamiento que impactan el entorno de la persona.
- Recolección de datos: Para recolectar datos sobre los antecedentes, conductas y consecuencias, se utilizan varios métodos. Por ejemplo, es posible utilizar la observación directa, técnica que permite registrar sistemáticamente las acciones en su contexto natural, o también los auto-registros, donde las personas monitorean y registran sus propias acciones.
- Hipótesis funcional: Por último, formular hipótesis sobre las funciones del comportamiento problema es crucial para el análisis funcional. Estas hipótesis cumplen diversas funciones, como la búsqueda de atención (donde los actos se realizan para obtener la atención de otros), el escape (donde las acciones buscan evitar tareas o situaciones aversivas), el acceso a algo (donde la conducta busca obtener objetos o actividades deseadas) y el automantenimiento (donde el accionar se mantiene por la estimulación interna).
Análisis funcional: Veamos un caso particular
Un estudio de caso abordó la intervención psicológica de un hombre de 35 años con altos niveles de ansiedad laboral. Él describía su situación laboral como extremadamente estresante. Además, mencionaba que tendía a posponer tareas importantes, lo que aumentaba su ansiedad y afectaba su rendimiento laboral, generando un ciclo negativo. Para entender y abordar la situación, el terapeuta responsable del proceso utilizó una combinación de entrevistas clínicas, auto-registros y cuestionarios para recoger datos sobre los comportamientos problemáticos y sus contextos, con el objetivo de modificarlos (Hylland, 2022).
¿Qué mostró el análisis?
Mediante la utilización del análisis funcional desde el modelo ABC, el terapeuta identificó los puntos claves. En primer lugar, los antecedentes (A), indicaban que el hombre sentía un aumento de la ansiedad al pensar en tareas complejas o con plazos cercanos.
Por otra parte, la conducta (B) implicaba la procrastinación, dedicando su tiempo a actividades no relacionadas con el trabajo, como navegar por Internet o realizar tareas domésticas menores. A su vez, las consecuencias (C) incluían una disminución temporal de la ansiedad al evitar las responsabilidades estresantes (R-), pero un aumento significativo de la ansiedad y la sensación de incapacidad a largo plazo debido a la acumulación de tareas y la proximidad de los plazos.
Entendiendo y modificando el comportamiento: Tratamiento y resultados
Posteriormente, en lo que refirió al tratamiento, el mismo incluyó herramientas como la reestructuración cognitiva, a fin de modificar las creencias irracionales. Particularmente, aquellas relacionadas con su incapacidad para manejar tareas laborales. Sumado a ello, se implementaron técnicas como la exposición gradual a las tareas evitadas, con el objetivo de disminuir la respuesta de ansiedad.
Por otro lado, también tuvieron su lugar técnicas de gestión del tiempo y planificación para ayudarlo a abordar sus tareas de manera más efectiva. Al final de la intervención, que consistió en ocho sesiones, el hombre presentó una disminución considerable en la ansiedad y en los actos de procrastinación, mejorando su rendimiento laboral y bienestar general.
Conclusión
El análisis funcional de la conducta ofrece un marco robusto para entender y modificar comportamientos disfuncionales. La aplicación de dicha técnica puede convertirse en el primer paso para cambiar nuestros actos mediante estrategias específicas y personalizadas. Este proceso no solo busca mejorar el bienestar individual, sino también entender mejor las motivaciones y necesidades que subyacen a nuestras acciones cotidianas.
Más allá de sus aplicaciones terapéuticas, la mencionada herramienta nos invita a reflexionar sobre la naturaleza misma del control humano sobre el comportamiento. ¿Hasta qué punto las acciones yacen realmente bajo nuestro control consciente? Esta pregunta trasciende el ámbito clínico y lleva a considerar cómo las fuerzas ambientales moldean nuestra la diaria. Por último, para saber más sobre el abordaje de la conducta, te recomendamos nuestro curso en intervención en conducta desadaptativa.
Referencias bibliográficas
- Haynes, S. N. y O’Brien, W. H. (1990). Functional analysis in behavior therapy. Clinical Psychology Review, 10(6), 649-668. Doi: 10.1016/0272-7358(90)90074-k
- Hylland, A. A. (2022). Un caso de ansiedad laboral y procrastinación: intervención psicológica basada en el análisis funcional [Tesis de grado]. Universidad Europea de Madrid.
- Parga, M. (2020). Análisis funcional de la conducta humana: Concepto, metodología y aplicaciones. ANAYA.