¿Cuántas veces hemos visitado un lugar nuevo y nos ha dado la sensación de que lo habíamos visto antes? Incluso sabiendo que no es así. Este fenómeno, traducido como “ya visto”, puede ocurrir al conocer a una persona nueva o incluso en una conversación. Aunque los mecanismos aún no se han esclarecido del todo, se sabe que es debido a una experiencia errónea de familiaridad. En dicha experiencia están implicados circuitos relacionados con la memoria y emocionales. Tanto tiene que ver el cerebro que… ¿Sabías que se pueden inducir episodios de déjà vu solo con estimular la corteza rinal? Zona con influencia en la formación de recuerdos explícitos a largo plazo. El déjà vu puede entenderse de dos formas. Una que ocurre en personas sanas y otra asociada con diversas condiciones psiquiátricas y neurológicas (como en la epilepsia o migraña). Veamos la relación entre el déjà vu y la ansiedad.
Un caso real
V. I. es un joven de 23 años que presentó un déjà vu persistente en 2010. Refirió experimentar estos síntomas desde principios de 2007, poco después de comenzar la universidad.
Tenía un historial de ansiedad, concretamente en relación con la contaminación, lo que le llevaba a lavarse las manos con mucha frecuencia y a ducharse dos o tres veces por día. Sin embargo, su ansiedad empeoró cuando comenzó la universidad.
La ansiedad y el mal humor lo llevaron a tomarse un descanso de esta, pero aún así siguió experimentado déjà vu.
Si bien los primeros episodios duraban minutos, también podían ser extremadamente prolongados.
Por ejemplo, mientras estaba de vacaciones en un destino que había visitado anteriormente, informó sentirse como si hubiera quedado “atrapado en un bucle de tiempo”, comentando haber encontrado estas experiencias muy aterradoras.
Regresó a la universidad en 2007 y describió los episodios de déjà vu más intensos. En 2008 fue remitido a especialistas para un examen neurológico, pero todo era normal.
Para 2010, su déjà vu hizo que evitara ver la televisión, escuchar la radio o leer periódicos y revistas, ya que sentía que se había encontrado con el contenido antes.
En el momento de la evaluación, informó de un estado de ánimo crónicamente bajo y se sentía ansioso la mayor parte del tiempo. Aunque es plenamente consciente de la naturaleza falsa de sus experiencias (Wells et al., 2012).
Una larga historia
Todos tenemos sensaciones en las que, de vez en cuando, mientras estamos diciendo o haciendo algo, nos parece que la cosa ya ha sido dicha o hecha, en un tiempo remoto… y la extraña sensación (de la que nadie es extraño) que todo ya pasó, en un tiempo indefinido… (Dickens, 1849).
Se cree que hasta el 97% de la población ha experimentado déjà vu al menos una vez en su vida y el 67% lo experimenta regularmente, aunque también puede ser sintomático de trastornos psiquiátricos.
Lo que antaño se creía que era una especie de premonición, hoy en día se considera una anomalía relacionada con la memoria.
Así, lo que en su momento fue tema de novelas y poemas (véase en Camus, Buñuel y Dickens) o visto desde una perspectiva religiosa, ahora es estudiado (e incluso inducido artificialmente) por la ciencia.
¿Hay más formas de déjà vu?
No solo existe un tipo, también podemos encontrarnos con, por ejemplo, el déjà entendu (ya escuchado), déjà éprouvé (ya experimentado, sentido o intentado), déjà fait (ya hecho), déjà pensé (ya pensado), déjà raconté (ya contado), déjà senti (ya sentido emocionalmente u olido), déjà su (ya conocido – intelectualmente), déjà trouvé (ya encontrado) y déjà voulu (ya deseado), entre otros (Bošnjak Pašić et al., 2018).
Un grupo grande de fenómenos diferentes, pero mecánicamente relacionados, que probablemente surgen de los mismos sistemas neurocognitivos.
Zonas cerebrales implicadas en el déjà vu
Si bien los mecanismos exactos de la experiencia de déjà vu aún no están claros, se han definido tres zonas relacionadas con este fenómeno como parte de una condición neurológica (hipocampo, giro parahipocampal y neocorteza temporal).
En cuanto a esto último, el déjà vu está asociado con convulsiones focales, particularmente las del lóbulo temporal medial, por ejemplo.
Sin embargo, para experimentar esto, como en el caso mencionado, no hace falta presentar una alteración grave de la memoria, rasgos epilépticos o producir niveles elevados de falsos positivos en una tarea de memoria, puede ser algo psicógeno. Es decir, donde la causa del déjà vu parece ser de naturaleza psicológica.
Si nos centramos en la ansiedad, es plausible que esta pueda conducir a la generación de déjà vu. Mismamente, la formación del hipocampo (región clave en la memoria declarativa y la capacidad de recordar), también está implicada en la ansiedad como parte del sistema septo-hipocampal (Wells et al., 2012).
¿Qué tiene que ver con la ansiedad?
Un estudio reportó que los participantes con ansiedad clínica informan de una mayor frecuencia de episodios de déjà vu.
De hecho, comunicaban que el desencadenante era la ansiedad, y que tales episodios se caracterizaban por contenido emocional. Experimentado, además, con mayor angustia que el grupo control (Wells et al., 2021).
Asimismo, las personas con niveles más altos de déjà vu son aquellas con informes más altos de experiencias disociativas.
Una propuesta de tratamiento pionera
Se está desarrollando una versión de la realidad virtual donde la persona pueda tener una experiencia inmersiva de la tarea y desarrollar las herramientas necesarias para manipulaciones de la experiencia consciente (Cleary et al., 2021).
Conclusión
Aunque supone una dificultad recopilar datos precisos sobre experiencias subjetivas, entender este fenómeno puede ser útil al considerar el impacto potencial de los síntomas de déjà vu en el bienestar psicológico.
Así, a pesar de que el déjà vu, en su mayoría, refleja una función cerebral aberrante pero no patológica entre los sistemas neuronales relacionados con la memoria, es importante descartar posibles patologías cuando influye en el día a día.
Entre algunos de ellos, el deterioro cognitivo leve, demencia, auras asociadas con convulsiones de epilepsia en el lóbulo temporal, algún tipo de disfunción cortical superior, migraña, enfermedad vestibular o depresión cortical propagada.
Referencias bibliográficas
- Bošnjak Pašić, M., Horvat Velić, E., Fotak, L., Pašić, H., Srkalović Imširagić, A., Milat, D., Šarac, H., Bjedov, S. y Petelin GadŽe, Ž. (2018). Many Faces of Déjà Vu: a Narrative Review. Psychiatria Danubina, 30(1), 21-25. https://doi.org/10.24869/psyd.2018.21
- Cleary, A. M., Neisser, J., McMahan, T., Parsons, T. D., Alwaki, A., Okada, N., Vosoughi, A., Kheder, A., Drane, D. L. y Pedersen, N. P. (2021). Subjective distinguishability of seizure and non-seizure Déjà Vu: A case report, brief literature review, and research prospects. Epilepsy & behavior : E&B, 125, 108373. https://doi.org/10.1016/j.yebeh.2021.108373
- Dickens, C. (1849). David Copperfield. Bradbury and Evans.
- Wells, C. E., Moulin, C. J., Ethridge, P., Illman, N. A., Davies, E. y Zeman, A. (2014). Persistent psychogenic déjà vu: a case report. Journal of medical case reports, 8, 414. https://doi.org/10.1186/1752-1947-8-414
- Wells, C. E., O’Connor, A. R. y Moulin, C. J. A. (2021). Déjà vu experiences in anxiety. Memory (Hove, England), 29(7), 895-903. https://doi.org/10.1080/09658211.2018.1538418