La alianza o vínculo terapéutico es importante y necesario por muchas razones. Entre ellas, puede ayudar a los consultantes a regular expectativas negativas, conseguir una mayor autoeficacia y mejor resolución de conflictos emocionales. De todos los artículos identificados en la revisión sistemática de Baier et al. (2020), se encontró que en el 70,3%, la evidencia de alianza suponía un mediador de cambio. A pesar de la heterogeneidad significativa entre el diseño de los estudios y procedimientos analíticos o estadísticos. Además, se ha demostrado que, a mayores niveles de percepción de vínculo terapéutico, menor sentimiento de tensión en la persona. Así como mayor facilidad para esta de alcanzar metas terapéuticas. Veamos un poco más la importancia del vínculo terapéutico en psicología.
Un pequeño ejemplo literario
Cervantes, en su novela “El Quijote de la Mancha”, relata el largo proceso que su héroe ha tenido que transitar para poder entender el mundo.
El Quijote ha perdido la razón e impulsado por sus delirios abandona la vida que conoce en compañía de Sancho.
Este es quien toma el compromiso de acompañarle y vivir aventuras a su lado.
Es así que González (2009) realiza un interesante paralelismo en las figuras de Sancho y el Quijote.
Sancho en el rol del terapeuta, ya que es a través de la charla y la escucha a lo largo de sus muchas aventuras que el Quijote sana.
Este vínculo, que se forja entre ambos personajes, permite entender la relación terapeuta-paciente desde la postura que nos brinda esta obra.
Así pues, la relación entre Sancho y el Quijote va más allá de las charlas a caballo, se transforma en un hacer juntos. Y, finalmente, el Quijote vuelve a su hogar.
Antes que nada, ¿podemos vivir sin establecer vínculos significativos?
La respuesta a esto es un rotundo no. Los vínculos constituyen una estrategia básica de supervivencia. Los establecemos desde el nacimiento y de ellos depende nuestro desarrollo y bienestar en lo que respecta al presente, futuro, acciones, decisiones y formas de pensar.
Así pues, no podemos sobrevivir sin establecer vínculos. El primer vínculo que se genera normalmente es con la madre y, de este, depende nuestra subsistencia.
Ahora, es importante destacar que dicho vínculo no es exclusivo de las madres, sino que puede conformarse con cualquier figura de cuidado o sostén que esté presente y atento a las necesidades del bebé.
Pero, ¿por qué es importante? Este tipo de vínculo permite al niño aprender a modular conductas y ponerle nombre a lo que vive y siente.
De este modo, construye esquemas para facilitar la interacción con el entorno.
Sin la presencia de ello, podrían aparecer en el proceso del desarrollo graves dificultades. Así como inseguridad, miedo y conductas desadaptativas.
Que, al fin y al cabo, constituyen un facilitador de un sinnúmero de problemáticas. Tanto a nivel emocional, psíquico como vincular.
¿Qué es el vínculo terapéutico?
Al hablar de vínculo o alianza terapéuticos existe un interesante paralelismo ilustrativo con el vínculo del cuidador-infante.
Y es que, de una forma muy similar se puede evaluar al vínculo que se propicia en el espacio de clínica entre el consultante y terapeuta. Este último acompaña al paciente en el aprendizaje.
De este modo, le enseña a modular conductas, poner nombre a lo que vive, siente, a procesar y resolver problemáticas.
¿Qué se necesita para poder establecer el vínculo o la alianza terapéuticos?
Como en casi cualquier otro vínculo es importante que el terapeuta muestre disponibilidad, presencia y competencia. Poniendo a disposición todas las herramientas en las que esté formado.
Sin embargo, no son solo las herramientas o técnicas correctamente aplicadas las que propician el resultado final. “Sintonizar” con el otro requiere también poner en juego aspectos relacionados con la empatía y flexibilidad.
De este modo, la información que el terapeuta escucha del paciente es un permiso que autoriza a entrar en su mundo. Y este, requiere de responsabilidad, cuidado, respeto y valoración.
Siguiendo con tal línea, destaca la figura de Carl Rogers (2006).
Uno de los primeros psicólogos americanos en tomar una postura frente a la efectividad que producía la relación que se establece entre paciente y terapeuta en la clínica. Independientemente de las herramientas que se empleen y las técnicas que se utilicen.
Así pues, todas las posturas clínicas han coincidido en que uno de los aspectos más importante y necesarios para la eficacia del proceso terapéutico es el vínculo.
La calidez y aceptación positiva e incondicional con el paciente, sin sesgos de juicios o sentencias, forman parte de las características fundamentales que todo terapeuta debe tener para propiciar la alianza. Y, así, facilitar el proceso individual.
Sumado a lo anterior, dicha aceptación implica respeto en el funcionamiento del otro. Incluyendo en ello las actitudes que pudieran parecer negativas, positivas o contradictorias. En resumen, ha de brindarse un espacio de seguridad.
La importancia de establecer un buen vínculo terapéutico
Es importante que este vínculo no solo se dé al principio, sino a lo largo del proceso. En cuanto al vínculo terapéutico, según la psicología gestáltica, la primera entrevista se puede dividir en tres etapas: a) Establecer el vínculo; b) Explorar los datos y, finalmente, c) Esbozar una percepción diagnóstica.
Si no se genera un vínculo terapéutico entre el profesional y el paciente, la misma exploración de datos se verá deteriorada y, en consecuencia, también el diagnóstico.
¿Por qué? Sin un enlace entre ambos es muy posible que el paciente no aporte datos de forma clara. Además, esto, a su vez, dificultará el trabajo del profesional.
Ahora, dicha alianza no solo depende del especialista, sino también del consultante.
Lo más seguro es que si no se establece una adecuada relación tapéutica esto resultará en una terminación prematura del paciente y abandono durante las primeras sesiones de tratamiento.
De hecho, las tasas de interrupción de la terapia oscilan aproximadamente entre un 20% y el 35% de pacientes que la interrumpen prematuramente, habiendo tasas de abandono cercanas al 50%.
Y, entre muchos de los factores que se considerarían predictores de esto se encuentra el vínculo terapéutico (Anderson et al., 2019).
Veamos algunos trastornos y cuadros en los que se destaca lo importante y necesario que es el vínculo terapéutico.
Cuadros que han demostrado la relevancia del vínculo terapéutico
En encuentros clínicos con adultos en riesgo de suicidio se ha observado que las emociones negativas mostradas por los médicos pueden estar relacionadas con la alianza terapéutica y resultados suicidas. Asimismo, esto se muestra en personas con depresión.
Lo que sugiere que, aunque las percepciones de la alianza terapéutica fueron predichas principalmente por tendencias previas al tratamiento del paciente, también estuvieron influenciadas por la relación con el profesional (Barzilay et al., 2020).
Por otra parte, en trastornos de ansiedad, los hallazgos presentan que los pacientes que son tratados por terapeutas con mejores alianzas obtienen más resultados en comparación de quienes son tratados por terapeutas con peores alianzas (Fjermestad et al., 2021).
Conclusión
Un buen vínculo terapéutico en psicología es la base para poder comenzar el trabajo de terapia. Y es que, sin este difícilmente se puede construir algo.
Con esto, la capacidad de decodificar y descifrar del terapeuta hace posible la continuidad en el recorrido. Su labor le lleva a descifrar los mapas cognitivos y emocionales que trae el consultante, el despliegue de conflictivas personales, patrones y desde dónde aflora la angustia.
El hecho es que, sin el vínculo terapéutico la labor se ve truncada. Y, por ende, los abordajes y propuestas no lograrían el resultado deseado. Posiblemente, el paciente terminaría por abandonar el proceso. Así pues, la calidad que se dé en la relación terapeuta-paciente será un predictor del éxito en el abordaje clínico que se utilice.
Es por esto, por lo que el vínculo terapéutico en psicología se vuelve importante y necesario. Ahora, para finalizar, no hay que olvidar que este vínculo no solo es relevante para la psicología, si no para todos aquellos campos donde se interaccione con un consultante.
Referencias bibliográficas
- Anderson, S. R., Tambling, R., Yorgason, J. B. y Rackham, E. (2018). The mediating role of the therapeutic alliance in understanding early discontinuance. Psychotherapy Research, 29(7), 882-893. https://doi.org/10.1080/10503307.2018.1506949
- Baier., A. L., Kline., A. C. y Feeny., N. C. (2020). Therapeutic alliance as a mediator of change: A systematic review and evaluation of research. Clinical Psychology Review, 82, 101921. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2020.101921
- Barzilay, S., Schuck, A., Bloch‐Elkouby, S., Yaseen, Z. S., Hawes, M., Rosenfield, P., Foster, A. y Galynker, I. (2020). Associations between clinicians’ emotional responses, therapeutic alliance, and patient suicidal ideation. Depression and Anxiety, 37(3), 214-223. https://doi.org/10.1002/da.22973
- Bordin, E. S. (1994). Theory and research on the therapeutic working alliance: New directions. En AO. Horvath y LS. Greenberg (Eds.), Wiley series on personality processes. The working alliance: Theory, research, and practice. John Wiley & Sons.
- Bowlby, J. (2014). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida (6ta ed.) Morata.
- da Silva, E. W. (2017). The Construction of the Therapeutic Link: a reflection from the Gestalt perspective. IGT na Rede. 14(26), 109-126. https://www.semanticscholar.org/paper/A-construção-do-vinculo-terapêuttico%3A-Uma-reflexão-Queiroz-Igt/89ce01d3f293a3cf4454f1f6f2294a277d02ad34
- Fjermestad, K. W., Føreland, Ø., Oppedal, S. B., Sørensen, J. S., Vognild, Y. H., Gjestad, R., Öst, L.-G., Bjaastad, J. F., Shirk, S. S. y Wergeland, G. J. (2021). Therapist Alliance-Building Behaviors, Alliance, and Outcomes in Cognitive Behavioral Treatment for Youth Anxiety Disorders. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, 50(2), 229-242. https://doi.org/10.1080/15374416.2019.1683850
- Genova., F., Zingaretti, P., Gazzillo, F., Tanzilli, A., Lingiardi, V., Katz, M. y Hilsenroth, M. (2021). Patients’ crying experiences in psychotherapy and relationship with working alliance, therapeutic change and attachment styles. Psychotherapy, 58(1), 160-171. https://doi.org/10.1037/pst0000339
- Rogers, C. (2014). El proceso de convertirse en persona. Paidós.
- González, N. Y. (2009). El padre del psicoanálisis es Sancho y no Freud. https://cajamatrushka.wordpress.com/2009/03/24/el-padredel-psicoanalisis-es-sancho-y-no-freud/