En la actualidad, se habla mucho del desarrollo de la autoestima, una característica crucial para distintos aspectos de la vida. Se considera que tiene un rol fundamental en la conducta de las personas, en cómo viven las experiencias e influye en sus pensamientos y emociones. La ciencia, hoy en día, ha abordado la importancia del desarrollo de una autoestima alta, especialmente en el desarrollo de los pequeños. ¿Por qué será? Lo cierto, es que se reportan muchas situaciones donde hay dificultades académicas, desafíos en sus aprendizajes o incluso desregulación conductual que, en la mayoría de los niños, repercuten en su autoestima; afectando su experiencia educativa. Entonces, surge la interesante pregunta… ¿Qué influencia tiene la autoestima en el aprendizaje? A continuación, se analiza la información qué hay al respecto.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de autoestima?

Rosenberg (1965) plantea que la autoestima es la evaluación que las personas hacen sobre ellas mismas. Esto, a su vez, define la actitud que tenemos con nuestra propia persona y dicha evaluación puede ser positiva o negativa

Dos tipos

Según este autor, una alta autoestima indica que la persona se respeta y considera valiosa. Esta se suele asociar con satisfacción de vida y logros académicos. Mientras, quien presenta baja autoestima muestra cierto rechazo hacia uno mismo, no se considera valioso y siente insatisfacción consigo mismo. Relacionándose, a largo plazo, con fallas académicas, depresión y problemas sociales (Rosenberg, 1965). 

Así pues, es una evaluación emocional subjetiva que realiza una persona acerca de sí misma y del valor que siente que tiene. De esta forma, puede influir en la forma en que una persona piensa, se siente y se comporta, y afectar su bienestar emocional, capacidad para enfrentar desafíos y éxito en la vida.

La valoración externa

La autoestima es un constructo subjetivo que no necesariamente refleja las características objetivas de la persona o como esta es vista por otros. Es decir, no importa lo que los demás piensen. Por otro lado, Rosenberg (1965) plantea que la autoestima incluye sentimientos de autoaceptación y una actitud positiva hacia uno mismo. Ahora, esto no necesariamente implica que la persona se sienta superior a los demás.

La autoestima con el paso del tiempo…

Orth et al. (2018) proponen que la autoestima comienza a desarrollarse a pasos acelerados entre que comienzan los cambios en la adolescencia y la mitad de la adultez. Con esto, llega a su pico máximo hacia los 50-60 años. Después, comienza a descender a medida que la persona envejece. 

¿Cómo se desarrolla?

Caqueo‐Urízar et al. (2020) plantean que la autoestima se desarrolla a través de la interacción con el ambiente o entorno social. Es así que los amigos, el entorno educativo, la familia y su influencia son agentes que contribuyen a la formación de esta. En consecuencia, es a partir de la experiencia que la persona tenga en los distintos entornos, la mirada y sentimientos de valía que los demás le brindan y los logros vividos, a partir de lo que se va creando la autoestima.

La experiencia educativa: Un factor externo de la autoestima

El proceso educativo que el niño experimenta es uno de los factores externos internalizados por este. Así pues, influye en el desarrollo de la autoestima y cómo se siente en relación a su desempeño escolar. 

Es por ello, que cobra relevancia el proceso académico, pues es un factor externo que influye en la percepción que el menor tiene de sí mismo. Al fin y al cabo, si influye en los estados afectivos y en la motivación, tarde o temprano puede determinar el desempeño académico (Kärchner et al., 2021).

Es así, que cobra relevancia la importancia de la autovaloración y autopercepción que los estudiantes tienen de sí mismos en relación con su capacidad de aprender. Aspectos importantes porque afectan el desarrollo personal, desempeño académico y vida escolar.

En este punto resulta importante destacar las tutorías entre pares. Estos espacios posibilitan que el estudiante adquiera una mayor confianza y seguridad en si mismo, a través de un acompañamiento personalizado.

Y es que, cuando el alumno presenta una autoestima adecuada, facilita la generación de hábitos de estudio y, por ende, el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estos tipos de percepción se relacionan con la capacidad de aprender e incluyen las percepciones que ellos poseen de sí mismos frente a sus aptitudes, habilidades y posibilidades de superación (Coelho et al., 2017).

Pero… ¿Qué sucede con quienes presentan dificultades de aprendizaje?

Un pequeño caso

O. M. es un niño de 10 años que ha sido referido a la clínica por su maestro y sus padres debido a preocupaciones sobre su rendimiento escolar y su autoestima. Desde el inicio de la escuela primaria, ha tenido dificultades para leer y escribir. Se le ha notado reacio a participar en actividades que involucren lectura en voz alta en clase y evita situaciones donde tenga que escribir frente a sus compañeros. Sus padres informan que ha expresado sentimientos de frustración y tristeza con respecto a su desempeño en la escuela, y que a menudo se desanima y se critica a sí mismo.

Opiniones encontradas

Al parecer, entre el 5-15% de los niños y adolescentes presentan trastornos específicos del aprendizaje (American Psychiatric Association, 2013). Es decir, existen obstáculos en la adquisición e implementación de algunas habilidades. Como es el caso del lenguaje, escritura, lectura o dificultades matemáticas.

Sin embargo, en la literatura científica hay controversias acerca de la influencia que tiene la autoestima en las dificultades de aprendizaje. Por ejemplo, en el estudio de Musetti et al. (2019) no encontraron relación significativa entre los niveles de autoestima en niños con dificultades de aprendizaje.

Autoestima y aprendizaje: ¿Cómo se relacionan?

En este sentido, la mayoría de los estudios han mostrado menores niveles de autoestima en quienes tienen dificultades de aprendizaje (Seo et al., 2019). Continuando con esta misma linea, el estudio de Caqueo‐Urízar et al. (2021), que evaluaron los efectos de las dificultades de aprendizaje en niños entre 13 y 17 años. Así, entre sus hallazgos encontraron que las dificultades de aprendizaje y problemas académicos tienen un impacto negativo en la autoestima de los adolescentes.

En ocasiones, los niños con este tipo de dificultades pueden sentirse presionados para obtener un rendimiento igual que sus pares. Este aspecto es sumamente difícil para ellos. De esta forma es que entra en juego el papel fundamental de los agentes escolares, evitando que esto suceda y contribuyendo a un buen proceso educativo de los estudiantes (Caqueo‐Urízar et al., 2021).

Conclusión

Trabajar la autiestima en los niños es vital para las distintas esferas de la vida cotidiana. Sin embargo, cobra especial relevancia en los procesos de aprendizajes. En esto, el entorno escolar es sumamente importante. Por ello, es importante que en el mismo se creen situaciones donde se fortalezcan las distintas habilidades que tienen los alumnos. Con el fin de que puedan sentirse orgullosos y felices de su proceso educativo.

En definitiva, la educación debe fortalecer y reforzar los logros académicos. Evitando resaltar sus debilidades o presionarlos por lo que les falta alcanzar. De esta manera, se contribuirá a una autoestima alta y un proceso educativo sano. Si quieres profundizar en la relación entre la neurociencia y el aprendizaje, te recomendamos nuestro curso en neuroeducación.

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing. https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
  • Caqueo‐Urízar, A., Mena‐Chamorro, P., Atencio‐Quevedo, D., Flores, J. y Urzúa, A. (2020). Self esteem in adolescents with learning difficulties: A study from the perspective of the students, parents, and teachers. Psychology Schools, 58, 2031-2040. https://doi.org/10.1002/pits.22572
  • Coelho, V. A., Marchante, M. y Jimerson, S. R. (2017). “Promoting a positive middle school transition: A randomized-controlled treatment study examining self-concept and self-esteem”, Journal of Youth and Adolescence, 46(3), 558-569. https://doi.org/10.1007/s10964-016-0510-6
  • Kärchner, H., Schöne, C. y Schwinger, M. (2021). Beyond level of self‑esteem: exploring the interplay of level, stability, and contingency of self‑esteem, mediating factors, and academic achievement. Social Psychology of Education, 24, 319-341.
  • Musetti, A., Eboli, G., Cavallini, F. y Corsano, P. (2019). Social relationships, self‐esteem, and loneliness in adolescents with learning disabilities. Clinical Neuropsychiatry, 16(4), 133-140.
  • Orth, U., Erol, R. Y. y Luciano, E. C. (2018). Development of self-esteem from age 4 to 94 years: A meta-analysis of longitudinal studies. Psychological Bulletin, 144(10), 1045-1080. https://doi.org/10.1037/bul0000161
  • Rosenberg, M. (1965). Society and the adolescent self-image. Princeton University Press.
  • Seo, E., Shen, Y. y Benner, A. (2019). The paradox of positive self‐concept and low achievement among black and Latino youth: A test of psychological explanations. Contemporary Educational Psychology, 59, 101796. https://doi.org/10.1016/j.cedpsych.2019.101796