Los signos neurológicos blandos (SNB) son un conjunto de síntomas que no se pueden localizar de manera precisa en el sistema nervioso. Dichos signos se detectan a través de un examen clínico neurológico en ausencia de características de un trastorno fijo o transitorio. Respecto a su manifestación, esta se evidencia a través de alteraciones en funciones motoras, sensitivas y de integración. En esta nota, profundizaremos en los hallazgos de un artículo que buscó averiguar si los SNB afectan el rendimiento académico de los niños, así como también de qué manera se relacionan con las dificultades de aprendizaje.
Primero que nada, ¿qué son los SNB?
Los SNB son considerados un déficit no localizable en alguna área del sistema nervioso central. Comprenden un amplio rango de sutiles déficits neurológicos relacionados con la integración perceptivo-sensorial, la coordinación motriz, el balance, la secuenciación de actos motores complejos y el exceso de movimientos.
Importancia de su detección temprana
Las mencionadas condiciones se consideran signos iniciales importantes de un trastorno evolutivo de origen neurológico. Por este motivo, resulta crucial detectarlos en etapas tempranas del desarrollo, cuando hay mayor riesgo de presentarse. Sin embargo, a pesar de constituir un importante factor predictor de fracaso y deserción escolar, estas dificultades suelen pasar desapercibidas en el neurodesarrollo.
Además, el mencionado conjunto de signos representan factores de vulnerabilidad asociados a diversos trastornos psicológicos y psiquiátricos. Algunos de ellos son la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Signos neurológicos blandos y dificultades de aprendizaje
Estudios recientes han encontrado evidencia de que los signos neurológicos blandos están relacionados con algunas dificultades en el aprendizaje. Lo anterior es especialmente cierto en la lectura, y frecuentemente acarrea un bajo coeficiente intelectual. Así, una parte significativa de los niños con bajo rendimiento escolar enfrenta dificultades debido a problemas en su desarrollo neurológico. De este modo, se resalta la importancia de identificar y abordar dichos factores para mejorar su rendimiento académico y calidad de vida.
¿Qué influencia tiene el nivel socioeconómico?
Por otra parte, se ha encontrado que la presencia de SNB en niños con nivel socioeconómico bajo puede repercutir condiciones de poca estimulación ambiental. Así como también en un mayor riesgo de complicaciones pre y postnatales, una mala nutrición y enfermedades durante el crecimiento.
En este sentido, se afirma que el contexto socioeconómico afecta el desarrollo cognitivo y emocional de las infancias. Incluso, las neurociencias han demostrado que la condición socioeconómica juega un papel importante en el rendimiento cognitivo, especialmente en áreas como la atención, el lenguaje, las funciones ejecutivas y la memoria.
Veamos un poco acerca de la metodología del estudio
Esta investigación, llevada a cabo en el año 2019, tuvo por objetivo evaluar y comparar la presencia de SNB en relación con los procesos cognitivos superiores. Los participantes fueron niños escolares de estrato socioeconómico medio-bajo que no tuvieran antecedentes neurológicos ni tampoco psiquiátricos.
Para lograr su cometido, los autores utilizaron un diseño no experimental, transversal y descriptivo para observar y describir la situación de los participantes en un solo momento en el tiempo sin manipular variables. La muestra incluyó en total a 144 infantes, de entre 6 y 11 años (75 varones y 69 mujeres).
¿Qué instrumentos se aplicaron para evaluar los signos neurológicos blandos?
Además de un cuestionario adicional de antecedentes neurológicos y psiquiátricos, cuyo objetivo consistió en recopilar información sobre posibles antecedentes que podrían influir en los resultados, se utilizaron los siguientes instrumentos para evaluar los SBN y los procesos cognitivos en los menores:
- Cuestionario de Madurez Neuropsicológica Infantil (CUMANIN): Desarrollado por Portellano et al. (2009), se utiliza para evaluar la madurez neuropsicológica de 3 a 6 años. Consta de 8 escalas principales que incluyen psicomotricidad, lenguaje articulatorio, lenguaje comprensivo, lenguaje expresivo, estructuración espacial, visopercepción, memoria icónica y ritmo.
- Cuestionario de Madurez Neuropsicológica Escolar (CUMANES): Este instrumento, creado por los mismos autores pero en 2012, evalúa de manera integral el desarrollo cognitivo de 7 a 11 años. Se centra en seis áreas diferentes: lenguaje, visopercepción, funciones ejecutivas, memoria, ritmo y lateralidad.
Hallazgos principales sobre los signos neurológicos blandos
En primer lugar, se identificaron varios SNB, incluyendo alteraciones en la integración sensoperceptual, coordinación motriz y orientación izquierda-derecha. Así, las manifestaciones más destacados fueron problemas en la motricidad fina y gruesa, dificultades de aprendizaje, y problemas de atención sostenida.
Respecto a los niños de 6 años, se observaron problemas en el área de psicomotricidad, manifestándose en movimientos torpes y lentos tanto en la motricidad fina como en la gruesa. Adicionalmente, se detectaron dificultades en el lenguaje expresivo, especialmente con la articulación del fonema /r/, así como también escasa fluidez verbal; estos déficits reflejan una inmadurez en la construcción de palabras y una falta de estimulación léxica, aunque no indican problemas neuropsicológicos. Por último, se evidenciaron problemas en la coordinación óculo-manual, con trazos descoordinados y dificultades para copiar figuras.
¿Qué sucede en los niños más grandes?
Por otro lado, en relación a los chicos mayores de 7 años, quedó en evidencia que la presencia de dichos signos está relacionada con dificultades en procesos de lecto-escritura, destacando problemas severos en subpruebas, como escritura audioagnósica y leximetría. Por cierto, la primera de ellas evalúa la capacidad de reconocer y procesar sonidos del habla, mientras que la segunda valora el desarrollo de habilidades lectoras y puede incluir tareas que requieran la identificación de palabras, la comprensión de textos y la fluidez. Asimismo, se observaron dificultades moderadas en procesos de lenguaje tanto expresivo como comprensivo.
Diferencias por sexo y edad
Por otra parte, se realizó un análisis para identificar diferencias en las puntuaciones centiles según la variable sexo, encontrándose diferencias significativas solo en la subprueba de lenguaje expresivo, donde las niñas demostraron un mejor desempeño. En los niños mayores, las diferencias no alcanzaron significancia estadística.
Funciones ejecutivas
Independientemente de la edad, todos los participantes llevaron a cabo un rastreo desorganizado, lo cual se reflejó en la cantidad de errores cometidos debido a la falta de organización o planificación. En estas circunstancias, se observó que los niños de 9, 10 y 11 años tendían a cometer errores con mayor frecuencia, especialmente en pruebas que evaluaban funciones ejecutivas, memoria verbal y ritmo, en las que su rendimiento mostraba un descenso durante estas edades.
Limitaciones
Por último, los autores nos advierten de que es necesario interpretar los resultados con cautela y realizar más investigaciones sobre estas cuestiones. En primer lugar, la muestra utilizada en el estudio fue homogénea en términos sociodemográficos, lo que impidió realizar contrastes estadísticos significativos y limita la generalización de los resultados.
Lo anterior, también tiene efectos sobre la capacidad de evaluar cómo diferentes factores, por ejemplo, el nivel socioeconómico y la educación de los padres pueden influir en el rendimiento escolar y en la presencia de SNB. Además, pocas investigaciones utilizan la batería CUMANES y evalúan los SNB, lo que sugiere la necesidad de más exploración y validación en el campo.
Reflexiones finales: SNB y aprendizaje infantil
A modo de resumen, los SNB son señales de déficits en las redes neuronales que afectan el desarrollo neurocognitivo de los niños. Lo que a su vez se traduce en repercusiones académicas negativas. En este estudio se pudo observar que en niños de 6 años la presencia de dichos signos está relacionada con movimientos torpes y dificultades en la articulación y fluidez verbal. En los mayores, los SNB afectan el aprendizaje, provocando dificultades en la lecto-escritura y el lenguaje. Además, las niñas destacan en lenguaje expresivo, mientras que los niños de 9 a 11 años muestran un descenso en funciones ejecutivas.
Por último, es importante mencionar que el fracaso escolar puede verse afectado por el nivel socioeconómico y la presencia de SNB. La batería CUMANES es útil para identificar y diagnosticar estas dificultades en el aprendizaje de forma temprana. De este modo, es posible mejorar el rendimiento académico del niño con intervenciones secundarias o estimulación temprana, evitando problemas en su desarrollo cognitivo y escolar. Si te interesa aprender a aplicar y analizar esta batería, te invitamos a nuestro curso sobre el Cuestionario de Madurez Neuropsicológica para Escolares (CUMANES).
Referencia bibliográfica
- Salvador-Cruz, J., Tovar, D.S., Segura, A., Ledesma, L., García, A., Aguillón, C., Sánchez, E. y Rodríguez, M. (2019). Neurological Soft Signs and cognitive processes in Mexican schoolchildren aged 6 to 11 years. Acta Colombiana de Psicología, 22(2), 28-40. Doi: 10.14718/ACP.2019.22.2.3