Stanislas Dehaene es uno de los principales neurocientíficos de Europa, con más de treinta años dedicados a investigar cómo la educación transforma nuestros cerebros. Actualmente, es profesor de Psicología Cognitiva Experimental en el Colegio de Francia (Collège de France, en francés) y dirige el centro de neuroimagen NeuroSpin, en Saclay. Miembro de siete academias, ha sido galardonado con varios premios internacionales, incluyendo el prestigioso Brain Prize, el más alto reconocimiento en neurociencia. Para conocer más sobre la fascinante vida y obra de Stanislas Dehaene, te invitamos a leer la nota completa.

Un poco sobre su biografía

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Carvajalino, L. (2023). Stanislas Dehaene participando de un simposio [Fotografía]. Recuperado de www.uninorte.edu.co

Nacido el 12 de mayo de 1965 en Roubaix, Francia; es un destacado especialista en el estudio de las bases cerebrales de las principales funciones cognitivas humanas. En particular, su investigación combina perspectivas históricas, genéticas, fisiológicas y cognitivas para esclarecer el fundamento de actividades como el razonamiento, la conciencia y la lectura.

Gracias a su importante labor en las neurociencias, ha sido miembro de numerosas academias y ha publicado exitosos libros de divulgación, entre los que destacan El cerebro lector (Reading in the Brain: The New Science of How We Read, 2010), La conciencia en el cerebro (Consciousness and the Brain: Deciphering How the Brain Codes Our Thoughts, 2014) y El cerebro matemático (The Number Sense: How the Mind Creates Mathematics, 2011).

Veamos un poco más sobre su recorrido académico

Dehaene inició su formación profesional en matemáticas. En 1985, obtuvo su maestría en matemáticas aplicadas y ciencias de la computación en la Universidad de París VI. Más adelante, surgió su interés por la neurociencia y psicología, lo que lo llevó a colaborar con Changeux en modelos neuronales computacionales de cognición humana.

Posteriormente, completó su doctorado en psicología experimental en 1989. Tras obtener su título, se unió al Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Institut national de la santé et de la recherche médicale, INSERM, en francés) como investigador en el Laboratorio de Ciencias Cognitivas y Psicolingüística. Luego formó su propio grupo de investigación, que actualmente cuenta con cerca de 30 estudiantes de posgrado, becarios postdoctorales e investigadores. En 2005, fue elegido para ocupar la nueva Cátedra de Psicología Experimental en el Collège de France.

Dehaene y sus principales reconocimientos

A lo largo de su carrera, Stanislas ha recibido varios premios prestigiosos que destacan su excepcional contribución a la ciencia. Tal es así que, en 2003, junto con Denis Le Bihan, recibió el Premio Louis D. del Instituto de Francia. Años más tarde, en 2014, junto con Giacomo Rizzolatti y Trevor Robbins, fue galardonado con el Brain Prize, un reconocimiento otorgado a científicos destacados en el campo de la neurología europea que continúan activos en su trabajo.

¿Cuáles fueron sus aportes a la neurociencia educativa?

El cerebro humano cuenta con aproximadamente 86 mil millones de neuronas interconectadas, cada una actuando como un miniprocesador. En promedio, cada una se conecta con otras 10 mil otras neuronas, lo que resulta en una cifra impresionante: un billón de sinapsis entre neuronas. Con base a esto, el autor sostiene que todo lo que sentimos, aprendemos y conocemos, todas las palabras y sensaciones, tanto de dolor como de placer, provienen de nuestro cerebro.

A lo largo de sus investigaciones, dos de las las principales temáticas en neurociencia que abordó fueron cómo este órgano procesa los números y las letras. O dicho de otra forma, se enfocó en los procesos del lenguaje escrito y los lógico-matemáticos.

¿Qué cambia en nuestro cerebro cuando aprendemos cifras arábigas?

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Villareal, A. (2023). El neurocientífico Stanislas Dehaene posando en una entrevista con El Confidencial [Fotografía/Blanco, I.]. Recuperado de www.elconfidencial.com

Las matemáticas forman parte de las intuiciones innatas de los niños desde su nacimiento. Y estos no solo pueden intuir cantidades, sino también conceptos de espacio y tiempo. Además, dicha habilidad no es exclusiva de los seres humanos; muchos otros animales, incluidos primates y peces, también tienen capacidades innatas de apreciar las cantidades numéricas.

Pues bien, en primer lugar, respecto a la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, Dehaene considera esencial basarla en las intuiciones previas de los niños y en conceptos concretos de número y conjunto. En el cerebro, los números y el espacio están íntimamente relacionados; particularmente, existe una región en el lóbulo parietal que interpreta tanto la cantidad de objetos como el espacio a su alrededor y los combina.

Por ejemplo, al pensar en un número, este se ubica en el espacio mentalmente: los números pequeños se visualizan a la izquierda y los grandes a la derecha, formando una línea mental numérica. De esta manera, las operaciones matemáticas, como sumar, se concretan mentalmente desplazándose a lo largo de dicha línea.

¿Y qué sucede con las letras?

El investigador en neurociencia sostiene que el cerebro del ser humano pasa por diversas etapas para aprender a leer, comenzando con cambios en el sistema visual. Así, a medida que avanzamos en el aprendizaje de la lectura, el sistema visual mejora su capacidad para reconocer diferencias mínimas entre letras y procesarlas rápidamente. Inclusive, menciona que hay una zona en el lóbulo occipitotemporal izquierdo que se especializa en reconocer alfabetos.

Ahora, el proceso de lectura implica que podamos reconocer las letras y las conectemos con sus respectivos fonemas: los sonidos del habla. Así, las áreas del lenguaje en el hemisferio izquierdo, como el área de Broca, se activan para reconocer palabras, significados y formar frases. En cuanto a esto, Dehaene introduce el concepto de reciclaje neuronal para explicar cómo el cerebro reutiliza circuitos destinados a otras funciones, para aprender a leer. Cabe mencionar que dicho proceso es extremadamente rápido, pues podemos reconocer palabras en aproximadamente un cuarto de segundo, lo que permite leer casi a la misma velocidad que se habla o escucha.

Los cuatro pilares del aprendizaje según Stanislas Dehaene

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Sigman, M. (2024) Dehaene en el encuentro enmarcado dentro la exposición «Cerebro(s)» [Fotografía]. Recuperado de www.espacio.fundaciontelefonica.com

En definitiva, Dehaene postula que el aprendizaje es la función más asombrosa de nuestro cerebro, el cual no es un órgano estático, sino que puede modificarse según información del exterior. En este sentido, según este autor existen cuatro principios los cuales permiten mejorar sustancialmente nuestra capacidad de aprender y enseñar de manera más efectiva. A continuación, se describen los pilares del aprendizaje:

  • Atención: La atención selecciona y potencia la información en el cerebro. Sin ella, la información se desvanece rápidamente, mientras que con atención, se dirige y amplifica, facilitando un aprendizaje más efectivo.
  • Compromiso activo: El cerebro no es pasivo; aprende mejor cuando está activamente comprometido. Esto implica formular hipótesis, generar ideas y recibir retroalimentación que permita corregir errores.
  • Corrección de errores: La corrección de errores es fundamental para el aprendizaje. Es necesario recibir una retroalimentación informativa que permita corregir el modelo mental del cerebro. Lo que va más allá de simples calificaciones, que no proporcionan información útil para mejorar. Por ello, la corrección debe ser precisa y detallada para ser efectiva.
  • Consolidación: Finalmente, la consolidación del aprendizaje es clave, y el sueño juega un papel esencial en este proceso. Y es que, durante el sueño, el cerebro repite y refuerza la información aprendida durante el día, mejorando la retención y automatización de los conocimientos.

Conclusión

En resumen, Stanislas Dehaene, destacado personaje de las neurociencias, ha dedicado su carrera a investigar cómo la educación transforma el cerebro humano. Su trabajo abarca desde la comprensión de las matemáticas innatas en los niños hasta los complejos procesos del aprendizaje de la lectura. Con numerosos reconocimientos y publicaciones, señala la importancia de basar la enseñanza en intuiciones previas y principios neurocientíficos, lo que permite mejorar significativamente nuestra capacidad de aprender y enseñar.

De esta forma nos surge la pregunta, ¿cómo podemos aprovechar la plasticidad cerebral para diseñar métodos educativos más efectivos y personalizados que transformen el futuro de la educación global? Sin lugar a dudas, sabemos que aún queda mucho por investigar en esta área. Si quieres profundizar en la relación entre la neurociencia y el aprendizaje, te recomendamos nuestro curso en neuroeducación.

Referencias bibliográficas

  • Dehaene, S. (2011). The number sense: How the Mind Creates Mathematics. Oxford University Press.
  • Dehaene, S. (2021). How We Learn: The New Science of Education and the Brain. Penguin Books.
  • Dehaene, S. (21 de agosto de 2023). El cerebro matemático. Stanislas Dehaene, neurocientífico. Aprendemos juntos 2030 BBVA.