Cuando una mujer embarazada considera el uso de antidepresivos, navega un espacio entre el deber de proteger una vida emergente y la urgencia de salvaguardar su propia estabilidad mental. Y, por supuesto, los estigmas durante el embarazo de la psicofarmacología. En este escenario, tanto pacientes como profesionales sostienen creencias disímiles sobre seguridad, necesidad y riesgo. Pero más allá de esa panorámica cabe preguntarse: ¿qué fuerzas invisibles operan en esa disyuntiva? ¿Qué arcos psicológicos, sociales o simbólicos atraviesan los estigmas durante el embarazo? Y ¿cómo conectar evidencia actual para alumbrar nuevos puntos de anclaje ético y terapéutico en esto de la psicofarmacología en el embarazo?

Pequeño inciso

La primera intervención será siempre la terapia psicológica (psicoterapia individual, apoyo grupal, técnicas de regulación emocional). La psicofarmacología en el embarazo se plantea únicamente en los casos donde los síntomas no se logran contener o cuando el riesgo para la salud de la madre y el bebé supera al de la intervención farmacológica.

El peso asimétrico del conocimiento

Eakley y Lyndon (2022) subrayan que pacientes y proveedores valoran fuentes de información diferentes, y que muchas mujeres reportan insatisfacción con la información disponible. De forma que ese desequilibrio epistémico —quién sabe, quién confía, quién decide— dibuja un paisaje de vulnerabilidad cognitiva, la mujer embarazada siente que no “sabe lo suficiente” para protegerse ni para decidir.

Estigma de la psicofarmacología en el embarazo

Ese desequilibrio resuena con hallazgos recientes de Karalia et al. (2024), que mostraron que las parteras mismas (midwives, en inglés) reconocen una brecha en sus conocimientos y habilidades respecto a la salud mental perinatal, e identifican una necesidad urgente de formación continua en esta área. En tal sentido, la “asimetría” no emerge entre paciente y profesional, también dentro del cuerpo de profesionales del cuidado.

Riesgo real, percibido y estigma en el embarazo

Otro nivel de tensión es el que separa el riesgo real del riesgo percibido. Hay algunos proveedores que temen efectos adversos fetales, mientras que otras mujeres temen la estigmatización social o el juicio moral. Aquí emerge un “riesgo simbólico”. Pues la mujer no solo teme un resultado biológico adverso, sino el juicio interno y externo por decidir usar fármacos durante el embarazo.

Lo dicho conecta con una literatura reciente que explora cómo ciertos factores biológicos pueden matizar la percepción del riesgo. Campbell et al. (2024) muestran que la exposición prenatal a micronutrientes puede atenuar algunos efectos negativos en el comportamiento infantil. Sin embargo, incluso cuando la evidencia científica ofrece alivio frente al riesgo real, persiste el peso del estigma en el embarazo. La mirada social y el juicio moral no se disipan con datos clínicos. Así, la ciencia desplaza la frontera del peligro, pero no neutraliza la dimensión simbólica que acompaña la decisión materna.

Embarazo y vulnerabilidad emocional

Cada gestación abre un territorio psicológico inédito, donde la fuerza vital convive con fragilidades silenciosas.

Más que una biografía hormonal

El embarazo no es solo un cambio endocrino, es una crisis (en su sentido etimológico: momento de elección, de transformación) para la psique. Y es que, en la literatura reciente sobre bienestar mental durante la gestación, Ekelöf et al. (2025) reportan que alrededor del 7 % de mujeres gestantes presentan síntomas de trastorno mental en la primera visita prenatal, y que la transición al posparto agudiza factores psicológicos de riesgo. En este escenario, la psicofarmacología y el estigma en el embarazo se convierten en un territorio donde la vulnerabilidad existencial hace que la decisión sobre antidepresivos (o lo que sea) no sea un acto técnico, sino una vivencia profundamente emocional.

Toma de decisiones como conflicto interno

El proceso de decidir si continuar, iniciar o suspender un antidepresivo en el marco de embarazo y psicofarmacología puede activarse como un conflicto interno entre “la madre que cuida” y “la mujer que sufre”. Ahí, en el delicado cruce, la psicofarmacología en el embarazo es una negociación íntima entre responsabilidad y deseo de alivio.

James et al. (2025) realizan entrevistas cualitativas a mujeres británicas que deliberaron esta decisión, y encuentran que muchas se debaten entre la responsabilidad materna idealizada y el derecho a no sacrificarse. Dicha tensión interior, muchas veces silenciada y amplificada por el estigma en el embarazo, es una de las capas más densas de la vivencia, más allá de los datos clínicos.

Disonancia entre actores clínicos durante el embarazo

Hay algo claro, en la encrucijada del embarazo y la salud mental, los profesionales no siempre hablan el mismo idioma clínico ni emocional.

Proveedores con múltiples rostros

Los proveedores (obstetras, enfermeras, parteras) tienen creencias heterogéneas, y cierta desconexión con las percepciones que las mujeres tienen sobre esos mismos proveedores. Esta brecha intersubjetiva abre un espacio de disonancia. ¿Cuál? La mujer percibe falta de empatía, y el proveedor cree que transmite guías seguras.

En contexto reciente, Uchimura et al. (2024) analizan la salud mental de parteras durante la pandemia de COVID-19, y hallan que muchas padecieron agotamiento, burnout y deseo de abandonar la profesión. Desgaste que, resumidamente, es fácil que repercuta en su capacidad empática y su disposición a sostener un diálogo paciente-profesional cargado de lo emocional.

Capacitación, resistencia y territorio profesional

Lo cierto, es que no es raro que algunos proveedores se sientan reacios al uso de psicofármacos en el embarazo por no sentirse competentes. Aquí enlaza la necesidad de intervención educativa, por ejemplo, Hacıköylü et al. (2025) evaluaron una intervención educativa para parteras que mejoró el conocimiento en salud mental y redujo niveles de ansiedad y estrés en ellas mismas. De hecho, son iniciativas que reequilibran el terreno simbólico entre quienes “saben” y quienes “viven”.

Metabolizar la incertidumbre: Un modo psicoeducativo

En el ámbito perinatal, la duda no es un error del proceso, es el territorio donde se gesta la decisión auténtica.

La incertidumbre como zona de tránsito durante el embarazo

embarazo y psicofarmacología

La evidencia clínica, en estos asuntos, rara vez ofrece certezas absolutas. Por ejemplo, Martin et al. (2025) analizaron la asociación entre el uso de antidepresivos en el primer trimestre y el riesgo de aborto espontáneo, constatando que la asociación disminuye al ajustar por variables de confusión (aHR 1,04, 95 % CI 1,02–1,06). Ese grado de ambigüedad científica convierte la conversación médico-paciente en un acto de gestión de la incertidumbre. Con lo que no se trata de “decidir lo seguro”, sino de “orientarse en lo probable”.

Más allá de los datos

Un modelo eficaz puede combinar la presentación honesta de riesgos cuantitativos con metáforas narrativas que favorezcan que la mujer no se sienta “abandonada en el números”. Mismamente, una estrategia puede ser co-construir escenarios (“si continúas, si interrumpes, si modificas dosis”) y vincularlos con su contexto emocional. En ese proceso, el profesional además de informar, acompaña el anclaje psicológico de la decisión.

La eficacia de intervenciones psicológicas colaborativas (cuando se combinan diferentes modalidades terapéuticas) en la disminución de ansiedad perinatal ya ha sido validada. Sugiriendo que no basta que la mujer “opte” por un antidepresivo, ha de existir un soporte terapéutico continuo que encaje con su psique en tránsito.

Agencia, empoderamiento y narrativa materna en el embarazo

En la intimidad de la decisión terapéutica, cada mujer redefine qué significa ser escuchada y reconocida como sujeto pleno.

Reclamando agencia en la decisión gestacional

Aunque muchas viven la elección como pasiva (“me lo dictan los médicos”), algunas asumen activamente su rol de interlocutora. Esa agencia es una narrativa autoautoría: “yo elijo cómo proteger lo que traigo dentro”. Un giro narrativo central: la mujer deja de ser objeto de cuidado para ser sujeto de él. Y es que, cuán fundamentales son las relaciones empoderadoras en la atención partera para moldear la agencia del parto y la maternidad; mismas dinámicas que pueden replicarse en el terreno psicológico-perinatal. 

Escrituras de la experiencia del embarazo

Aquella mujer que decide (explícita o tácitamente) escribe una narrativa interior: del riesgo, del deber, del deseo. De este modo, facilitar espacios (grupos de apoyo, terapia narrativa, diarios guiados) para verbalizar esa experiencia contribuye a integrar el acto en el tejido biográfico. Esa integración es parte de sanar, que la decisión quede como elección auténtica, incluso frente al peso del estigma en el embarazo que intenta imponer significados ajenos.

Conclusión

Para finalizar, la discusión sobre embarazo y psicofarmacología no se resuelve únicamente con más datos clínicos ni con protocolos más refinados. Lo que aparece es la necesidad de reconocer que la toma de decisiones en este campo se inscribe en un terreno donde conviven vulnerabilidad, estigma, agencia y narrativas personales. Así, la psicofarmacología en el embarazo no solo se sitúa en la interfaz entre biología y ética, se convierte en un espejo de las tensiones sociales que pesan sobre la maternidad. Por ejemplo, expectativas irreales, silencios profesionales, vacíos de formación y discursos de riesgo que se imponen como verdades absolutas.

Con lo que, no es elegir entre fármaco o no fármaco, hay que comprender cómo cada mujer logra inscribir su decisión en una biografía emocional y en un contexto simbólico que le permita reconocerse como sujeto de cuidado. La clave, por ende, está en transformar la incertidumbre en un espacio de diálogo y en habilitar la pluralidad de voces (clínicas, familiares, culturales) que configuran la experiencia.

Referencias bibliográficas

  • Campbell, S. A., Dys, S. P., Henderson, J. M. T., Bradley, H. A. y Rucklidge, J. J. (2024). Effect of antenatal micronutrient or antidepressant exposure on Brazelton Neonatal Behavioral Assessment Scale (NBAS) performance within one-month of birthEarly Human Development. https://doi.org/10.1016/j.earlhumdev.2023.107456
  • Ekelöf, K., Tangen, G. A., Nyström, C. D., Löf, M. y Thomas, K. (2025). Mental wellbeing during pregnancy and the transition to motherhood: an explorative study through the lens of healthcare professionals. BMC pregnancy and childbirth25(1), 803. https://doi.org/10.1186/s12884-025-07894-5
  • Hacıköylü, E. y Murat Öztürk, D. (2025). The effect of educational intervention based on midwifery resilience model on midwives’ resilience and stress levels: a randomized controlled trial. BMC nursing24(1), 629. https://doi.org/10.1186/s12912-025-03298-0
  • James, H., Smith, S., Rai, D., Culpin, I. y Turner, K. (2025). Making decisions about antidepressant use during pregnancy: a qualitative interview study of a sample of women in the UK. The British journal of general practice : the journal of the Royal College of General Practitioners75(755), e440-e447. https://doi.org/10.3399/BJGP.2024.0068
  • Karalia, A., Diamanti, A., Nanou, C. I., Varela, P. y Deltsidou, A. (2024). Knowledge and Skills of Midwives Regarding Perinatal Mental Health and Their Needs for Further Education. Cureus16(12), e76205. https://doi.org/10.7759/cureus.76205
  • Martin, F. Z., Madley-Dowd, P., Ahlqvist, V. H., Sharp, G. C., Easey, K. E., Lee, B. K., Merriel, A., Rai, D. y Forbes, H. (2024)First trimester antidepressant use and miscarriage: A population-based cohort study [Preprint]. medRxiv. https://doi.org/10.1101/2024.10.19.24315779
  • Uchimura, M., Miyauchi, A., Takahashi, M., Ota, E. y Horiuchi, S. (2024). Mental health of midwives during the COVID-19 pandemic: A scoping review. Japan journal of nursing science : JJNS21(4), e12612. https://doi.org/10.1111/jjns.12612