Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, son condiciones mentales graves que afectan a millones de personas en todo el mundo. A pesar de su prevalencia y severidad, existe un estigma significativo asociado a estos trastornos, lo que agrava las dificultades que enfrentan quienes los padecen. Veamos un poco más a fondo el estigma hacia los TCA, sus consecuencias y las formas de combatirlo, apoyado en investigaciones y estudios.

¿Qué son los Trastornos de la Conducta Alimentaria o TCA?

Son trastornos mentales caracterizados por patrones de comportamiento alimentario que afectan negativamente la salud física y mental. Por ejemplo, la anorexia nerviosa se caracteriza por la restricción de la ingesta de alimentos y una intensa preocupación por la delgadez. La bulimia nerviosa implica episodios de ingesta excesiva seguidos de comportamientos compensatorios, como el vómito autoinducido. Y, por su parte, el trastorno por atracón se define por episodios recurrentes de ingesta excesiva sin comportamientos compensatorios subsecuentes (American Psychiatric Association [APA], 2013).

Estigma hacia los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)

El estigma de los TCA no para

Hablar sobre mi TCA con amigos y familiares es aterrador. El miedo a ser juzgado o a recibir respuestas insensibles me paraliza. He escuchado cosas como “todos tenemos problemas con la comida” o “solo necesitas relajarte”. Estas respuestas trivializan mi experiencia y refuerzan la idea de que no debo hablar sobre mi lucha. Esta incomprensión me aísla, y la soledad que siento puede ser abrumadora (Hombre, 25 años).

Los TCA se reconocen como trastornos mentales estigmatizados. Esto se manifiesta de varias formas, incluyendo la falta de comprensión, la culpabilización de los pacientes y la trivialización de la enfermedad. Y es que, sorprendentemente, las personas con TCA a menudo son vistas como responsables de su condición debido a la percepción errónea de que los TCA son una elección o resultado de vanidad. Veamos los más comunes.

Falta de comprensión en los TCA

Muchos creen que los TCA son problemas superficiales relacionados únicamente con el deseo de perder peso o verse bien, ignorando los complejos factores psicológicos, biológicos y sociales que contribuyen a su desarrollo. De esta forma, tal falta de comprensión perpetúa el estigma, ya que reduce la empatía y el apoyo que los pacientes reciben.

Culpabilización

No es algo que elija tener. Cada vez que alguien insinúa que debería “superarlo” o “dejar de ser tan dramática”, la vergüenza se apodera de mí y me hace encerrarme más en mi trastorno (Mujer, 19 años).

Los pacientes con TCA frecuentemente enfrentan la culpabilización tanto de su entorno como de sí mismos. Así pues, comentarios como “solo come algo” o “deja de vomitar” simplifican en exceso la enfermedad y culpan a la persona por su incapacidad para “controlarse” (Mond et al., 2006). Lo que, como no puede ser de otra forma, puede aumentar la vergüenza y el aislamiento, empeorando los síntomas del TCA.

Trivialización

A primera vista, nadie sospecha lo que realmente está pasando. Parezco una persona común y corriente, haciendo mis cosas diarias. Pero dentro de mí, hay una tormenta constante. La gente a menudo dice cosas como “pero no pareces tener un problema” o “solo come un poco más/menos y estarás bien”. Estos comentarios minimizan lo que estoy pasando y me hacen sentir aún más solo. No es solo sobre la comida; es una lucha diaria con mis pensamientos, mis emociones y cómo me veo a mí mismo (Hombre, 30 años).

Finalmente, hemos querido reseñar la trivialización de los TCA como otra forma de estigmatización. Por ejemplo, frases como “todos quieren ser delgados” o “es solo una fase” minimizan la seriedad del trastorno, dificultando que los afectados busquen ayuda profesional (Beat, 2019).

Las consecuencias del estigma en el TCA son más grandes de lo que parecen

El estigma asociado a los TCA tiene graves consecuencias para quienes los padecen. Entre las principales están la disminución de la búsqueda de ayuda, el deterioro de la salud mental y física, y la perpetuación de los síntomas del TCA.

Disminución de la búsqueda de ayuda

De este modo, el estigma puede llevar a las personas con TCA a evitar buscar tratamiento debido al miedo al juicio y la discriminación. De hecho, estudios muestran que el estigma internalizado puede retrasar la búsqueda de ayuda, lo que reduce las posibilidades de recuperación (Griffiths et al., 2015). Pues la vergüenza y el miedo a ser etiquetado negativamente pueden hacer que los pacientes oculten sus síntomas, impidiendo el acceso a tratamientos adecuados.

Deterioro de la salud mental y física

Lo cierto, es que el estigma no solo afecta la disposición a buscar ayuda, sino que también impacta negativamente la salud mental y física de los pacientes. De este modo, la experiencia de sentirse juzgado y menospreciado puede aumentar los niveles de ansiedad, depresión y baja autoestima, todos factores que exacerban los TCA (Link y Phelan, 2001).

Perpetuación de los síntomas

Por otro lado, la internalización del estigma puede perpetuar los síntomas del TCA. En consecuencia, las creencias negativas sobre uno mismo y la enfermedad pueden reforzar los comportamientos alimentarios desordenados y la insatisfacción corporal, dificultando la recuperación (Corrigan y Watson, 2002).

Combatiendo algo omnipresente

Quiero que la gente entienda que estos trastornos son serios y complejos, y que necesitamos empatía, no juicios (Mujer, 39 años).

Así pues, combatir el estigma hacia los TCA requiere un enfoque multifacético que incluye la educación, el cambio en las políticas y el apoyo social.

Educación en TCA

Para esto, la educación es fundamental para reducir el estigma. Programas que aumentan la comprensión sobre los TCA y sus causas pueden cambiar las percepciones públicas y reducir la culpabilización y trivialización. Así, las campañas de concienciación pública pueden destacar que los TCA son trastornos mentales serios y no elecciones de estilo de vida.

Cambio en las políticas

Asimismo, las políticas de salud pública deben abordar el estigma asociado a los TCA. Esto incluye la implementación de programas de capacitación para profesionales de la salud para mejorar su comprensión y tratamiento de los TCA sin prejuicios. Además, las políticas escolares y laborales deben promover ambientes inclusivos y de apoyo para personas con TCA (Becker et al., 2010).

Apoyo social

Por su parte, el apoyo social es crucial para las personas con TCA. Grupos de apoyo y redes sociales que ofrecen empatía y comprensión pueden ayudar a reducir el estigma internalizado y fomentar la búsqueda de tratamiento. Y… ¡Nunca olvidar! El apoyo de familiares y amigos, basado en la comprensión y la no culpabilización, también es esencial.

Entonces… Pautas ideales para no caer en el estigma

Educarse y educar a otros:

  • Conocer los TCA:
    • Leer libros y artículos científicos sobre los TCA.
    • Participar en talleres o charlas educativas sobre la salud mental y los TCA.
  • Compartir información precisa:
    • Publicar en redes sociales artículos informativos sobre los TCA.
    • Conversar con amigos y familiares sobre lo que has aprendido para desmentir mitos comunes, como que los TCA solo afectan a las mujeres jóvenes.

Evitar comentarios negativos sobre el cuerpo y la comida:

  • No hacer comentarios sobre el peso o la apariencia:
    • En lugar de decir “Te ves más delgada, ¡qué bien!”, decir “Me alegra verte, ¿cómo has estado?”.
    • Evitar comentarios como “Deberías comer más” o “Te ves un poco gordo”.
  • No criticar hábitos alimenticios:
    • No decir “¿De verdad vas a comer todo eso?” o “¿Solo vas a comer eso?”.
    • Respetar las elecciones alimenticias de las personas sin hacer comentarios como “Eso es poco saludable”.

Promover una imagen corporal positiva:

  • Valorar la diversidad corporal:
    • Compartir en redes sociales imágenes y mensajes que celebren la diversidad corporal.
    • En conversaciones, decir cosas como “Los cuerpos vienen en todas las formas y tamaños y todos son valiosos”.
  • Apoyar la autoaceptación:
    • Decir a amigos y familiares cosas como “Eres valioso por quién eres, no por cómo te ves”.
    • Animar a la gente a practicar la gratitud por lo que sus cuerpos pueden hacer, en lugar de cómo se ven.

Hablar con sensibilidad:

  • Usar un lenguaje respetuoso y empático:
    • Si alguien menciona que está luchando con un TCA, decir “Siento mucho que estés pasando por esto, ¿cómo puedo apoyarte?”.
    • Evitar frases como “Solo come y te sentirás mejor” o “Deberías intentar hacer más ejercicio”.
  • Ser consciente del impacto de tus palabras:
    • Antes de hacer un comentario sobre el peso o la alimentación, pregúntate si es realmente necesario o útil.
    • Practicar la escucha activa cuando alguien habla sobre sus problemas con la alimentación, mostrando comprensión y apoyo sin juzgar.

Conclusión

El estigma hacia los TCA no solo perpetúa el sufrimiento de quienes los padecen, sino que también refleja una falta de comprensión y empatía en nuestra sociedad. Este estigma, manifestado en la culpabilización y trivialización de los TCA, contribuye a que muchos afectados eviten buscar ayuda, perpetuando un ciclo de dolor y aislamiento. Y, en cuanto a esto, debemos reconocer que los TCA son trastornos complejos con raíces profundas en factores biológicos, psicológicos y sociales. La simplificación y el juicio no tienen cabida cuando se trata de entender y tratar estas condiciones. En lugar de juzgar, es esencial promover una cultura de apoyo y comprensión, donde las personas se sientan seguras para buscar el tratamiento que necesitan.

Combatirlo requiere una acción colectiva. Necesitamos educar a la sociedad sobre la verdadera naturaleza de los TCA, promoviendo una narrativa que humanice y dignifique a quienes luchan contra estos trastornos. Las políticas de salud mental deben reflejar esta comprensión, asegurando que los profesionales de la salud estén equipados para tratar a los pacientes con la compasión y el respeto que merecen.

Además, no nos olvidemos de que el apoyo social es crucial. Crear redes de apoyo donde las personas puedan compartir sus experiencias sin miedo al juicio puede ser un catalizador poderoso para la recuperación. Al cambiar nuestra perspectiva y actuar con empatía, podemos reducir significativamente el impacto negativo del estigma, abriendo el camino hacia una recuperación más efectiva y una vida más plena para aquellos que enfrentan los TCA.

Referencias bibliográficas

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