La sexualidad es un tema altamente debatido a lo largo de la historia. Ha traído consigo algunas implicaciones a nivel filosófico, religioso, cultural y social. En algunas ocasiones, ha sido vista como un aspecto controversial. No obstante, si algo tenemos que tener claro, es que forma parte de nuestra naturaleza humana. Es por ello que, mientras más normalicemos el conocer y hablar de estos temas, será más fácil cuidarnos y cuidar a los que queremos. Nos proponemos entonces conocer las diferentes etapas evolutivas de la sexualidad en la infancia y adolescencia.
La sexualidad en la infancia
La capacidad del cuerpo humano para mostrar una respuesta sexual está presente desde el nacimiento. A continuación, dividiremos esta etapa entre la lactancia y la infancia temprana.
Etapas evolutivas de la sexualidad en la infancia: Lactancia (0-2 años)
Desde bebés, como parte del desarrollo y el crecimiento, se pueden observar ciertas conductas. Por ejemplo, los lactantes juegan con sus propios genitales produciendo cierta autoestimulación placentera. A pesar de que esta etapa coincide con el juego egocentrista (según Piaget), hay interacción social entre pares. Esto es, los niños, se abrazan, acarician, etc. Conductas que forman parte de la intimidad erótica posterior en la vida.
Ahora, no todas estas conductas son de tipo sexual, los niños pueden vivir situaciones placenteras como colocarse objetos dentro de la boca, el chupeteo, ser abrazado, arrullado, acariciado o mimado. En general, el contacto físico puede provocar en el lactante una reacción agradable. Esto es, reacciones que influirán en la intimidad durante la etapa adulta (Feldman, 2007).
Por otro lado, la relación madre/padre/cuidador-hijo es muy importante para las relaciones sexuales y emocionales en etapas posteriores. Este vínculo comienza desde el nacimiento y se prolonga hasta el final de la etapa.
Se facilita por las formas de contacto físico que se le demuestre al lactante.Y, tales experiencias son las primeras que vivimos con respecto al amor y el apego.
A los 2 ½ o 3 años, el niño puede identificar su sexo biológico. Al principio, es probable que piense que las diferencias radican, únicamente, en la vestimenta y aspecto físico. No obstante, poco después adquiere consciencia del área genital y de las diferencias que existen, mostrando curiosidad por estas. Ahora, mientras tanto, entiende que pertenece al mismo sexo de su progenitor correspondiente.
Sexualidad en la infancia temprana (3-7 años)
Hablar de sexualidad en la infancia es fundamental ya que en esta etapa se despierta un interés por múltiples áreas, incluyendo las actividades sociales. Por lo tanto, no es poco común observar conductas de autoestimulación. Además, los niños están en capacidad de aprender a diferenciar lo público de lo privado. Si esto no ocurre y no logran discernir la diferencia, se aconseja que se les explique amablemente, no que se les castigue.
A los 3 o 4 años, comienzan a tener cierto concepto sobre la existencia de diferencias genitales y se interesan en situaciones como las posiciones para orinar, por ejemplo. Por otro lado, disfrutan de abrazar a sus padres, besarles e incluso proponerles matrimonio.
Sobre los 5 años los niños se vuelven más pudorosos debido al aprendizaje de las restricciones sociales, las enseñanzas de los padres, etc. Esto termina en el juego sexual, que es motivado principalmente por la curiosidad.
Como resultado, a partir de los 4 o 5 años, la sexualidad de los niños se torna más social. Por ello, es posible que realicen juegos imitando a los adultos (jugar a los médicos), se abracen, besen, muestren sus genitales o los manipulen.
Aproximadamente, a los 5 años, ya tienen formado un concepto general de aspectos como el matrimonio o la pareja de géneros opuestos, entre otros, por lo que practican juegos que implican la participación de diversos roles (jugar al papá y a la mamá, por ejemplo).
Etapas evolutivas de la sexualidad en la infancia y adolescencia: Pre-adolescencia y sexualidad (8-12 años)
Este periodo es una etapa de transición entre la infancia, pubertad y adolescencia. Alrededor de los 9 y 10 años comienzan los primeros cambios físicos. Es decir, la formación de los botones de los senos en las niñas y el crecimiento del vello púbico (debido a la adrenarca = maduración de las glándulas suprarrenales). Por ello, muchos niños comienzan a sentirse físicamente atraídos por el sexo opuesto en tal etapa (Papalia et al., 2009).
Durante este periodo, suele existir poca conducta sexual entre hombres y mujeres, hombres y hombres o mujeres y mujeres, muchas veces, debido a la división social existente. Es común que escuchen por primera vez sobre las relaciones sexuales en este periodo, sus principales reacciones suelen ser de asombro e incredulidad.
Asimismo, es común que existan momentos de exploración sexual. De igual manera, se produce una transición en la naturaleza de las relaciones sociales. Y es que, en esta etapa los preadolescentes comienzan a participar en actividades mixtas como las citas y la búsqueda o interés en tener una pareja.
Descubriendo la sexualidad en la adolescencia (13-19 años)
Durante la etapa de la adolescencia, ocurre un aumento repentino en el interés sexual. Producto de los diversos cambios corporales y la toma de consciencia sobre ellos. Adicionalmente, se genera un cambio y elevación en los niveles hormonales, sumado a un énfasis cultural sobre el sexo y el ensayo de los roles adultos. Ahora, tales procesos varían en edad según la persona, mientras más temprano se produzcan, más rápido se cumple el proceso y se llega a la adultez (Delamater, 2006).
Los cambios corporales de esta etapa
Se ve marcada, sobre todo, por el hecho de que los adolescentes están físicamente preparados para procrear y tener hijos. No obstante, no están preparados psicológicamente para hacerlo.
Procesos como la menstruación en las mujeres y la eyaculación en los hombres, son las muestras de que el aparato reproductivo está funcionando con normalidad. Adicionalmente, hay caracteres sexuales primarios, secundarios y terciarios que preparan al adolescente y lo acercan más a su cuerpo de adulto.
Para los varones, los niveles de testosterona tienen una fuerte relación con la actividad sexual, coito, masturbación o grado de excitabilidad. Por otro lado, en el caso de las mujeres, el desarrollo de una figura “curvilínea”, la presencia de testosterona y, sobre todo, progesterona y estrógeno, afectan principalmente sus conductas sexuales. Todas estas conductas en los jóvenes suelen ser parte del descubrimiento y aprendizaje de la propia sexualidad.
La sexualidad a nivel social
Esta es una etapa donde la relación entre los pares es muy importante debido a que el grupo social es su principal referente. En consecuencia, muchas actividades a nivel sexual las realizan debido a cierta “presión social” del grupo.
De igual manera, es una etapa en la que muchos adolescentes experimentan hasta descubrir su orientación sexual (Papalia et al., 2009). Esto, por supuesto, no es una decisión fácil, puede vivirse como un posible conflicto en su identidad que incluye un costo emocional, personal, familiar y social. Por ello, es importante que el adolescente tenga la guía adecuada de un adulto. Especialmente de los padres, para poder orientar cualquier duda que tenga, lejos de cualquier juicio de valor personal.
Es, precisamente en este momento de la vida, donde existe una mayor curiosidad sexual y es muy común que los adolescentes traten de probar y experimentar la mayor cantidad de formas de vivir su sexualidad. Por lo que recalcamos que las guías e información disponible son imprescindibles para evitar consecuencias que puedan alterar su ritmo de vida. Por ejemplo, un embarazo no deseado o enfermedades venéreas debido a las implicaciones físicas, psíquicas, emocionales y psicológicas que se manifiestan con este tipo de experiencias para las que no suelen estar preparados (Delamater, 2006).
Etapas evolutivas de la sexualidad en la infancia y adolescencia: La importancia de hablar
Aprender y hablar de sexualidad es un paso importante para contribuir a una vida saludable. Hablar con los niños y jóvenes sobre este tema es trascendental para generar vínculos de confianza y convertirse en una fuente de apoyo. ¿Cómo hacerlo de forma positiva? Repasamos algunas recomendaciones generales sobre ello (Santacruz, 2017):
- Utilizar recursos y un lenguaje adecuado de acuerdo a la edad de los niños o adolescentes.
- Abordar la sexualidad con sus múltiples aspectos (emociones, deseo, pareja, relaciones, afectividad, responsabilidad afectiva, prevención de situaciones de abuso, consecuencias, etc.). Es decir, sin limitarse al aspecto anatómico únicamente.
- Evitar emitir juicios de valor o juzgar conductas, dudas o preguntas que surjan.
- Comunicar la información con naturalidad.
- Informarse previamente y estar constantemente actualizados con respecto a la información compartida.
- Mostrar apertura y disponibilidad frente a cualquier duda.
Conclusión
Sin duda alguna, la sexualidad en la infancia y adolescencia es un tema importante en nuestras vidas. Las etapas evolutivas de la sexualidad en la infancia y adolescencia, lejos del tabú social, son necesarias de abordar con los niños y adolescentes. Pues abre las puertas a la prevención de muchas situaciones negativas.
Por otro lado y, más importante aún, abre la puerta a vivir una sexualidad saludable y positiva, que nos permita desenvolvernos día a día con responsabilidad y libertad. Resaltamos, por tanto, la importancia de generar espacios de diálogo y apoyo desde edades tempranas, naturalizando la sexualidad como otra área fundamental en nuestras vidas.
Referencias bibliográficas
- Delamater, J. (2006). Sexualidad humana. MacGraw Hill.
- Feldman, R. (2007). Desarrollo Psicológico a través de la vida. Prentice Hall.
- Papalia, D., Wendkos, S. y Duskin, R. (2009). Psicología del desarrollo: De la infancia a la adolescencia. McGraw Hill.
- Santacruz, R. (2017). Respuestas fáciles a preguntas difíciles: Guía de educación sexual integral para familias. Save the Children. https://www.savethechildren.es/sites/default/files/2021-07/respuestas_faciles_a_preguntas_dificilespdf.pdf