Aceptar que el duelo y las pérdidas son inevitables forma parte integral de la experiencia humana. Sin embargo en ocasiones, pueden resultar abrumadores o difíciles de comprender, especialmente para aquellos que no están familiarizados con estos sucesos. En un mundo en constante cambio, donde las relaciones, oportunidades y circunstancias pueden transformarse en un abrir y cerrar de ojos, es esencial explorar y entender cómo las personas enfrentan y procesan la pérdida de seres queridos, relaciones, trabajos, salud y más. A lo largo de esta nota, nos adentraremos en las etapas del duelo a través de la tanatología, campo desarrollado por Elizabeth Kübler-Ross; y exploraremos que manifestaciones tienen las pérdidas y cómo afectan a la vida de las personas.
Primero que nada, ¿qué es el duelo?
El duelo es una respuesta emocional natural que experimentamos cuando perdemos algo o alguien significativo en nuestras vidas. Se manifiesta de diversas maneras, pero generalmente, incluye emociones intensas como la tristeza, ira, confusión o apatía. Además, puede afectar nuestro comportamiento, llevándonos a aislarnos socialmente, tener dificultades para dormir o comer, o perder interés en actividades que antes nos gustaban (Medina y Pezzi, 2009).
A nivel físico, el duelo también puede provocar síntomas como fatiga, dolores de cabeza o problemas digestivos debido al estrés emocional. Asimismo, a lo largo del proceso, es común tener pensamientos recurrentes sobre aquello que se ha perdido y un sentimiento de vacío.
Ahora, no hay que olvidar que el duelo es un proceso individual y no tiene una duración predefinida; cada persona lo vive de manera única. Sin embargo, la comprensión y el apoyo de amigos y familiares son esenciales para ayudar a quienes atraviesan este difícil proceso (Kübler-Ross et al., 2016).
¿Es lo mismo duelo y depresión?
Sabemos que estos conceptos pueden dar lugar a confusión, sobretodo porque en ocasiones tienen síntomas similares, o incluso llegan a coexistir. Sin embargo, no son lo mismo. Algunas de las diferencias principales son:
- Depresión: La depresión es una enfermedad mental que involucra una tristeza profunda, caracterizada por la pérdida de interés en actividades previamente placenteras, fatiga, cambios en el apetito y el sueño, sentimientos de culpa, falta de autoestima y dificultad para concentrarse, entre otros síntomas. Este cuadro no siempre está relacionado con una pérdida específica y puede tener múltiples causas, como factores genéticos, químicos y ambientales, siendo un factor biopsicosocial.
- Duelo: Por otra parte como dijimos anteriormente, el duelo es una respuesta emocional natural a la pérdida de alguien o algo significativo en la vida de una persona. Puede ser una reacción a la muerte de un ser querido, pero también relacionarse con la pérdida de un trabajo o una relación, por ejemplo. Así, el duelo es un proceso normal y necesario que incluye una serie de etapas, como la negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Estas pueden variar en duración y no necesariamente se experimentan en ese orden, pero son parte del proceso de adaptación a la pérdida (Martínez, 2018).
De modo que, el duelo es una respuesta emocional normal y necesaria a la pérdida, para poder aprender y afrontar a la vida; mientras que la depresión es una enfermedad mental que requiere tratamiento profesional.
Elizabeth Kübler-Ross: La madre de la tanatología
Elizabeth Kübler-Ross exploró ampliamente el campo de la tanatología en la década de 1960, debido a la convivencia que tenía con las personas que padecían alguna enfermedad. Su investigación y escritos, en particular su libro Sobre la muerte y los moribundos (On Death and Dying: Relief for Those Affected Psychological Distress, 1975, en inglés), revolucionaron la forma en que la sociedad comprende y aborda la muerte, así como el proceso de morir.
Un modelo pionero
Para Elizabeth Kübler-Ross fue complejo realizar un esquema que pudiera entender el desarrollo mental de los pacientes con enfermedades o aquellos que iban a morir. Así, crea un modelo de cinco etapas para comprender el proceso de afrontamiento de la muerte, centrado en la negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Este modelo ayudó a humanizar la experiencia de los pacientes terminales y brindó a los profesionales de la salud una estructura para comprender y apoyar a las personas que enfrentan la muerte (Kübler-Ross y Jáuregui, 2008). En la actualidad, su trabajo sigue abriendo el camino para la tanatología moderna, que se centra en el estudio de la muerte y el duelo; así como en proporcionar apoyo emocional a las personas en situaciones de pérdida y al final de la vida.
Las etapas de duelo de Elizabeth Kübler-Ross
La Dra. Elizabeth Kübler-Ross desarrolló un modelo de cinco etapas para comprender el proceso de duelo que las personas atraviesan cuando enfrentan la muerte o una pérdida significativa. Cabe señalar, que estas etapas no necesariamente se experimentan en un orden lineal y varian en duración, o incluso repetirse.
Negación
Es la primera etapa del duelo donde las personas niegan la realidad de la situación. Existe una sensación de sentirse abrumado por la noticia de una enfermedad terminal o una pérdida importante y se presentan dificultades para creer verdaderamente que está ocurriendo. De esta manera, a menudo, dicha etapa actúa como un mecanismo de defensa inicial para protegerse de enfrentar de inmediato la intensidad de la situación.
Ira
Después de la negación, las personas pueden experimentar enojo. Así, se sienten furiosas ante la injusticia de la situación o culpan a un ser divino (Dios, por ejemplo), el destino o cualquier entidad en la que crean que tiene la culpa de su pérdida. Por ello, tal etapa es una expresión de la frustración y el dolor que se experimenta.
Negociación
En esta fase, los individuos tratan de ir asimilando un suceso para evitar la pérdida o cambiar su destino. Suele existir una conducta enfocada en hacer promesas, rezar o buscar soluciones alternativas en un esfuerzo por encontrar alguna forma de escapar del dolor. En este periodo se suele involucrar un sentimiento de desesperación y la búsqueda de una salida.
Depresión
La depresión en el proceso de duelo no se refiere necesariamente a una depresión clínica, como se mencionaba previamente; pero en esta etapa se puede experimentar una profunda tristeza y desesperanza. Es común que las personas comiencen a darse cuenta de la inevitabilidad de la pérdida y empiecen a sentirse abrumadas por la tristeza y el pesar. La depresión es una respuesta natural al dolor y la pérdida.
Aceptación
La etapa final del modelo de Kübler-Ross es la aceptación. En esta, se comienza a aceptar la realidad de la situación y encontrar formas de adaptarse a ella. No significa que quienes la atraviesan estén necesariamente felices con la situación, pero se encuentran en una posición en donde existe la posibilidad de enfrentarla con mayor calma y serenidad.
¿Como apoyar a las personas desde la tanatología?
Primero que nada, es importante entender que el brindar apoyo básico en la tanatología implica escuchar activamente a la persona en duelo, permitiéndole expresar sus emociones y pensamientos sin juicios ni apresuramientos. Para ello, la comunicación compasiva es esencial para validar los sentimientos y ayudar a que procesen su dolor (Fischer, 2007).
En segundo lugar, la tanatología centra la comprensión y el respeto de las etapas del proceso de duelo, descritas en el modelo de Elizabeth Kübler-Ross. Con esto, es importante reconocer que el duelo es un proceso individual y que cada persona lo vive de manera diferente, clave para ofrecer un apoyo adecuado.
Finalmente, fomentar la creación de un entorno de apoyo, como el sugerir psicoterapia tanatológica, mantener las redes de amigos y rodearse de familiares comprensivos, es una parte crucial de la aplicación dentro de la tanatología. Pues estos aspectos permiten compartir experiencias similares, aprender estrategias de afrontamiento y encontrar un sentido de pertenencia durante un momento de vulnerabilidad.
Conclusión
Como se ha visto, la tanatología no solo trata de comprender el proceso de duelo, sino también de ofrecer un acompañamiento amoroso y respetuoso a quienes lo atraviesan, ayudándoles a encontrar el camino hacia la gestión y reconstrucción de sus vidas. De igual modo, es importante recordar que no todas las personas atraviesan de manera ordenada las etapas de duelo; ya que, además, algunas personas pueden experimentar dichas etapas de manera más breve o intensa. Por último, si te interesa aprender más sobre el abordaje de la depresión, te invitamos a nuestro curso en terapia de activación conductual.
Referencias bibliográficas
- Fischer, J. M. K. (2007). Manual de tanatología. Curitiba: Conselho Federal de Psicologia do Paraná.
- Gamo Medina, E. y Pazos Pezzi, P. (2009). El duelo y las etapas de la vida. Revista de la asociación española de neuropsiquiatría, 29(2), 455-469.
- Kübler Ross, E. A., Kessler, D. A. y Guiu, S. T. (2016). Sobre el duelo y el dolor. Editorial planeta.
- Kübler-Ross, E. (1975). Sobre la muerte y los moribundos. Debolsillo.
- Kübler-Ross, E. y Jáuregui, P. (2008). La muerte: un amanecer. Luciérnaga.
- Martínez, G. D. (2018). El proceso de duelo adolescente en las rupturas amorosas. [Tesis de grado]. Universidad Autónoma de Querétaro.