Los seres humanos nos enfrentamos a diario con una multiplicidad de estímulos auditivos, visuales, olfativos y cinestésicos de naturalezas variadas. Sin embargo, nuestro cerebro nos permite inhibir ciertos estímulos con el objetivo de centrar nuestra atención. De este modo, podemos tolerar con normalidad los estímulos que recibimos sin que estos nos generen gran incomodidad. No obstante, parte de la población convive con un trastorno llamado misofonía. ¿Imaginas no poder tolerar ciertos estímulos y que enfrentarte a ellos genere un malestar sumamente significativo? En este nota, descubriremos más acerca de la misofonía, sus características y sus posibles abordajes.

En primer lugar, ¿qué es la misofonía?

La misofonía se define como un complejo trastorno neurofisiológico y conductual cuyo origen es multifactorial. En este sentido, se caracteriza por una respuesta fisiológica y emocional aumentada causada por la intolerancia a estímulos auditivos específicos, pudiendo describirse entonces como la intolerancia a cierto tipo de sonidos, que causa hiperreactividad y aversión selectiva (Ferrer-Torres et al., 2022).

Misofonía y estímulos auditivos

A su vez, se trata de una clasificación relativamente reciente. Fue en 2001 que se introdujo por primera vez el término, haciendo alusión a un cuadro caracterizado por una fuerte respuesta del sistema límbico y del sistema nervioso autónomo.

Más adelante, el estudio de esta clasificación se ampliaría con nuevas investigaciones al respecto. Por ejemplo, aquellas que diferencian a la misofonía de otras alteraciones vinculadas a los estímulos auditivos, como la hiperacusia, que es una condición médica en la que una persona tiene una sensibilidad anormalmente alta a los sonidos (Brout et al., 2018).

¿Trastorno auditivo o cuadro psiquiátrico?

Debido a su reciente clasificación, aún se presentan debates acerca de si la misofonía es del índole auditivo o representa un trastorno psiquiátrico. A pesar de que involucra una respuesta fisiológica y emocional a estímulos auditivos específicos, también supone un gran impacto en la salud mental y en el comportamiento. Al mismo tiempo, la falta de relación con los umbrales auditivos y la posibilidad de que se desarrolle en ausencia de patologías auditivas sugieren que no puede ser clasificada únicamente como un trastorno de tal índole. Pues podría involucrar factores neurológicos o psicológicos más complejos, como disfunciones en la manera en que el cerebro procesa el sonido, ansiedad, estrés crónico o incluso trastornos del espectro autista (TEA).

Y… ¿Qué sabemos sobre sus causas?

Las causas subyacentes todavía no se conocen con claridad. No obstante, se ha observado que puede tener un inicio agudo y repentino, a menudo en la infancia o adolescencia temprana, cuando la persona comienza a notar los sonidos emitidos por alguien cercano y se vuelve hipersensible a ellos. En cuanto a esto, la edad promedio de inicio de los síntomas en una muestra de pacientes fue aproximadamente a los 13 años (Ferrer-Torres et al., 2022).

Así, si bien se han propuesto diversas teorías, se concluye hasta el momento que la misofonía es multifactorial. En este sentido, pueden tener influencia ciertos factores genéticos, la predisposición a trastornos psicológicos o incluso también la vivencia de experiencias traumáticas.

Los efectos de la misofonía en nuestro organismo

Misofonía y estímulos auditivos

A pesar de que existe un número limitado de investigaciones que han explorado la relación entre las respuestas subjetivas y conductuales, y las respuestas fisiológicas en el cerebro y el sistema nervioso, estos estudios han comenzado a identificar posibles mecanismos neurales y psicofisiológicos periféricos asociados.

Continuando con esta misma línea, se destacan los aportes de Edelstein, pionero en lo que respecta a la utilización de medidas psicofisiológicas, como por ejemplo la respuesta galvánica de la piel, para evaluar la reactividad del sistema nervioso simpático. Los resultados de este estudio mostraron que las respuestas autonómicas informadas subjetivamente estaban reflejadas en los datos obtenidos.

A su vez, estas respuestas eran específicas, evidenciando un aumento en las respuestas a estímulos auditivos en individuos con misofonía en comparación con los grupos de control. No obstante, todavía hay una gran falta de información sobre todo lo referido a los efectos fisiológicos y conductuales (Brout et al., 2018).

Pero… ¿Cómo se trata la misofonía?

Después de entender las dificultades para su diagnóstico y los debates que continúan en pie acerca de dicho cuadro, surge la necesidad de cuestionarse qué abordajes son los más adecuados. En este contexto, actualmente no existen tratamientos validados de forma definitiva a pesar de los avances significativos en esta área. 

Por ejemplo, desde el enfoque audiológico, se ha utilizado la terapia de reentrenamiento del tinnitus con el objetivo de lograr la habituación a los sonidos misofónicos. Otra alternativa es el uso de dispositivos de sonido del tamaño de un audífono, con el fin de ayudar a enmascararlos.

Uso de fármacos

Misofonía y estímulos auditivos

En otra línea de tratamiento, se ha explorado el uso de terapias farmacológicas como una opción para atenuar los síntomas asociados con el trastorno. Dentro de los más utilizados se encuentran los antidepresivos y los ansiolíticos, que se emplean para ayudar a reducir la ansiedad y la respuesta emocional negativa desencadenada por los sonidos molestos. Aún así, es importante tener en cuenta que la eficacia de tales tratamientos aún está en proceso de investigación.

Terapias cognitivo conductuales

Por otro lado, la terapia cognitivo conductual ha demostrado ser una opción efectiva en algunos casos. Esta terapia ayuda a reducir los síntomas asociados con el trastorno y mejoran la calidad de vida de los pacientes. Además, se enfocan en el desarrollo de habilidades de afrontamiento, y permiten a los individuos manejar de manera más efectiva las respuestas emocionales y fisiológicas desencadenadas por los sonidos molestos (Bellavista et al., 2022).

Conclusión

En resumen, la misofonía es un trastorno caracterizado por una aversión extrema hacia ciertos sonidos específicos, desencadenando respuestas emocionales y fisiológicas intensas en quienes lo padecen. A lo largo de los años, se ha avanzado en la comprensión de la sintomatología, la posible etiología y las opciones de tratamiento. Las investigaciones actuales sugieren que las terapias cognitivo conductuales y farmacológicas pueden ser efectivas en el manejo de los síntomas y en la mejora de la calidad de vida de quienes conviven con ello.

Sin embargo, aún existen desafíos en el diagnóstico preciso, la validación de tratamientos y la definición clara de la naturaleza de este trastorno. En este sentido, es fundamental continuar con la investigación interdisciplinaria, la colaboración entre expertos y la actualización constante en el abordaje de la misofonía para avanzar hacia un mayor entendimiento y reconocimiento.

Referencias bibliográficas

  • Bellavista, C., Amor Cuadro, A., Sugrañes Otano, J. y Deus Yela, J. (2022). Misofonía: evaluación, diagnóstico y tratamiento; una revisión sistemática. Psicosomática y Psiquiatría, 20. https://doi.org/10.34810/PsicosomPsiquiatrnum200405
  • Brout, J. J., Edelstein, M., Erfanian, M., Mannino, M., Miller, L. J., Rouw, R., Kumar, S. y Rosenthal, M. Z. (2018). Investigating Misophonia: A Review of the Empirical Literature, Clinical Implications, and a Research Agenda. Frontiers in Neuroscience, 12(36). https://doi.org/10.3389/fnins.2018.00036
  • Edelstein, M., Brang, D., Rouw, R. y Ramachandran, V. S. (2013). Misophonia: physiological investigations and case descriptions. Frontiers in Human Neuroscience, 7(296). https://doi.org/10.3389/fnhum.2013.00296
  • Ferrer-Torres, A. y Giménez-Llort, L. (2022). Misophonia: A Systematic Review of Current and Future Trends in This Emerging Clinical Field. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19, 6790. https:// doi.org/10.3390/ijerph19116790