El parkour, también conocido como el arte del desplazamiento, tiene sus orígenes en Francia a fines de los años ochenta. Actualmente, se ha consolidado de manera progresiva como una práctica corporal alternativa, y como una forma de expresión ciudadana. En este sentido, constituye una práctica ejecutada con sentido e intención a través de acciones que se concretan en movimientos del propio cuerpo. En esta nota, detallaremos en qué consiste dicha disciplina, así como también sobre los beneficios de su ejecución.
Primero que nada, ¿qué es el Parkour?
Es una disciplina que combina técnica, intención y creatividad motriz, desarrollada por sus practicantes conocidos como traceurs o trazadores. Estos artistas del movimiento utilizan su cuerpo como herramienta esencial para desplazarse con eficiencia, plasticidad y fluidez a través de diversos entornos. Su práctica se fundamenta en un profundo conocimiento corporal, que emerge de la integración del riesgo, la experiencia y el espacio, estableciendo un diálogo constante entre el trazador y su entorno (Cortés Murillo, 2020).
Realizando desde movimientos básicos hasta trayectos por la ciudad, esquivando elementos arquitectónicos mediante saltos, piruetas y movimientos para poder superarlos, se desafían los usos convencionales del cuerpo y de las estructuras que allí yacen. Lo anterior, puesto que los movimientos corporales no son los esperados para estos espacios. De esta manera, el objetivo de los practicantes de parkour es igualar su cuerpo y movimientos a los de los animales salvajes y sus características (Sepúlveda Salazar, 2020).
Ahora, ¿por qué practicar Parkour?
El parkour se define como una disciplina que permite trabajar el cuerpo y la mente. Además, puede practicarse a cualquier edad por sus múltiples beneficios para la salud física, la salud mental y para la promoción de buenos hábitos.
Así, una de las cualidades más relevantes que desarrolla es la fuerza, introducida de manera progresiva en los entrenamientos. Dicho enfoque permite que el cuerpo se adapte gradualmente a los desafíos físicos, maximizando el rendimiento y reduciendo riesgos. Además, el parkour incluye una amplia gama de movimientos que involucran la activación de múltiples grupos musculares, promoviendo el desarrollo integral de las capacidades motoras.
Entre dichas capacidades, sobresale la fuerza explosiva, clave para realizar movimientos ágiles y precisos. Esta cualidad no solo optimiza la conexión entre músculos y nervios, sino que también fomenta una coordinación intramuscular e intermuscular más eficiente. Por último, también incentiva valores fundamentales como la autosuperación, el autocuidado, el cuidado del otro y el respeto por el entorno de práctica, contribuyendo así al bienestar integral de quienes lo practican (Pérez-Rocha y Cabezas-Flores, 2022).
Algunas tensiones producto de la práctica
Esta práctica alternativa trae consigo rebeldía y dinamismo, y actúa como una forma de escape para muchos jóvenes ante situaciones problema. De esta forma, encuentran en su ejecución un lugar para ser y un escenario físico-social para confrontar jerarquías.
Consecuentemente, podemos visualizar el parkour como un proceso de resignificación de la ciudad, en donde los conocimientos y acciones que se generan reparan los vínculos entre los habitantes y los espacios que estos habitan. Y es que, a partir del movimiento, se comprende la configuración de espacios y construcción de la ciudad. Además, esta práctica trasciende las limitaciones funcionales de la arquitectura urbana, transformándola en un terreno de expresión y resistencia que fomenta un diálogo entre el cuerpo, los obstáculos y las dinámicas sociales, configurando nuevas formas de interacción con el entorno y sus habitantes (Cortés Murillo, 2020).
Enseñanza del Parkour
Uno de los métodos más empleados en la enseñanza de esta práctica alternativa es el método ludo técnico. A través del mismo se busca generar un aprendizaje de la disciplina mediante el juego, promoviendo el disfrute y la vida activa.
La progresión de las actividades está dada por su nivel de dificultad y por la condición lúdica de su enseñanza. Pues, se busca la promoción de la participación y de la diversión de los participantes, más allá de sus destrezas físicas.
La importancia de un enfoque singular
Adicionalmente, es significativo resalta el hecho de que en la mayoría de las ocasiones se trabaja mediante un entrenamiento individualizado. Esto, con el objetivo de que los instructores guíen el aprendizaje de la disciplina según las necesidades individuales. Cada participante responde a los entrenamientos de manera singular, debido a múltiples factores como la nutrición, el descanso, el sueño, la maduración, la motivación, el nivel de condición y las influencias ambientales (Pérez-Rocha y Cabezas-Flores, 2022).
¿Y qué hay sobre los espacios de práctica?
Desde la Modernidad, el rol de los espacios públicos ha tenido orientación disciplinaria hacia distintas prácticas, transformándose en espacios de vigilancia. Gracias al parkour, los practicantes pueden experimentar los espacios y otorgarles usos y sentidos distintos a los que fueron creados y proyectados originalmente. De esta forma, se promueven distintos significados sobre el cuerpo y los espacios que son acordes al contexto sociocultural
En definitiva, el parkour aparece como ruptura de esta orientación para dar otro sentido a cómo las personas interactúan con su cuerpo, la ciudad y los espacios. Así, queda planteada una relación dialéctica entre cuerpo y experimentación del espacio. A través de la misma se realizan movimientos corporales que permiten experimentar los espacios públicos de una forma diferente (Sepúlveda Salazar, 2020).
Conclusión
El parkour no es solo una actividad física, sino también un acto de transformación social y urbana. Su práctica resignifica los espacios públicos, convirtiendo los obstáculos en oportunidades para la creatividad y el autodescubrimiento. Además, fomenta valores como la autosuperación, el respeto mutuo y el cuidado del entorno, promoviendo una interacción única entre cuerpo, mente y espacio.
Al realizarlo, los practicantes no solo desafían las barreras físicas, sino también las sociales, abriendo caminos para nuevas formas de vivir y pensar la ciudad. ¿Cómo podrían otras prácticas alternativas contribuir a resignificar los espacios urbanos y fortalecer los lazos comunitarios?
Referencias bibliográficas
- Cortés Murillo, J. C. (2020). Prácticas corporales alternativas: parkour, una forma de ser en la ciudad (Alternative body practices: parkour, a way of being in the city). Retos, 38, 411-416. https://doi.org/10.47197/retos.v38i38.73269
- Pérez-Rocha, A.A. y Cabezas-Flores, M.M. (2022). El parkour en la potenciación de la fuerza explosiva en adolescentes. Polo de Conocimiento, 7(2), 385-398.
- Sepúlveda Salazar, Miguel Ángel (2020). Saltando, corriendo y desplazándose: La experiencia corporal del espacio público desde la práctica de Parkour en Talca, Chile. URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales, 10(1), 103-115.