El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se ha convertido en una forma común para describir el comportamiento de un niño que no cumple con los estándares esperados por la sociedad. Esto ha hecho que dicho trastorno se popularice, causando que se diagnostique de manera desmesurada y poco precisa. Por esta razón, es importante entender qué es y qué problemas atencionales y de hiperactividad están relacionados.

¿Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

Según Belloch et al. (2011) es “un trastorno evolutivo de la atención, del control de impulsos y de la conducta regida por reglas, que surge en edades tempranas del desarrollo, tiene carácter general y crónico, sin que se pueda atribuir a retraso mental, déficit sensorial o neurológico grave ni alteración emocional severa” (p. 560).

Asimismo, es un trastorno con múltiples factores en su desarrollo. Es decir, implica aspectos tanto genéticos, como del neurodesarrollo y ambiente.

Por lo tanto, tiene impacto en el desarrollo psicológico del niño, interfiriendo en su funcionamiento cognitivo, emocional y social. Como consecuencia, disminuye de manera notable la calidad de vida de quien convive con ello (Serrano-Troncoso et al., 2013).

Criterios diagnósticos

De acuerdo con el Manual diagnóstico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés), el TDAH se ubica en la categoría de “Trastornos del Neurodesarrollo” y, en su diagnóstico, se deben tener en cuenta varios criterios.

TDAH, Problemas atencionales y problemas en el comportamiento

Para comenzar, es necesario que diversos síntomas de inatención o hiperactividad estén presentes antes de los 12 años.

De igual manera, estos deben afectar el funcionamiento social, familiar y académico de la persona. Y, asimismo, no se puedan explicar por otro trastorno mental.

Entre los problemas atencionales que pueden presentarse, encontramos (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014):

  • Dificultad para prestar atención a los detalles, afectando el desarrollo de la actividad
  • Problemas para mantener la atención
  • No sigue instrucciones debido a que parece no escuchar
  • Le cuesta organizar tareas
  • Evita tareas de esfuerzo mental
  • Pierde cosas constantemente
  • Se distrae con estímulos externos
  • Olvida actividades de la vida cotidiana

Por otra parte, dentro de los problemas de hiperactividad podemos encontrar:

  • El jugueteo o golpes con manos y pies
  • Levantarse en momentos que no son apropiados
  • Corretear o trepar
  • Sentir incomodidad al estar quieto
  • Hablar excesivamente
  • Responder sin que se haya terminado la pregunta
  • Dificultad para esperar su turno e interrupciones a otros

Por último, para que pueda ser diagnosticado, se necesita la persistencia de seis o más síntomas de problemas atencionales y/o hiperactividad. Completando así, los criterios necesarios para que se pueda determinar la existencia de esta patología de manera correcta y precisa.

Tipos de TDAH

Actualmente, existen varios síntomas que se relacionan con el TDAH, lo que hace que no todas las personas sean iguales. Sin embargo, en la clasificación de esta patología existen tres variantes diferentes: inatención, hiperactivo/impulsivo o combinado.

En primer lugar, el tipo inatento se centra en afectaciones relacionadas con problemas específicamente atencionales.

Las personas suelen presentar dificultades en el aprendizaje, ya que se distraen muy fácilmente con cualquier estímulo.

Como consecuencia, pierden el hilo de lo que están haciendo y, por ende, no se consolida adecuadamente el aprendizaje.

Sin embargo, por sus características, en un principio los problemas suelen pasar desapercibidos y las consecuencias se manifiestan a largo plazo.

En segundo lugar, tenemos el tipo hiperactivo. En este caso, los síntomas se relacionan con un exceso de movimiento y presencia constante de impulsividad. Quienes presentan este tipo de TDAH suelen manifestar los síntomas de manera más disruptiva, afectando su funcionalidad diaria.

Por último, el tipo combinado. Las personas que se sitúan en esta variante manifiestan comportamientos significativos tanto del tipo atencional como del tipo hiperactivo. Asimismo, suelen mostrar de manera muy marcada los síntomas y repercusiones en las actividades diarias son mayores.

¿Cómo se diagnostica el TDAH?

Para comenzar, es importante aclarar que el diagnóstico es esencialmente clínico. Esto quiere decir que no hay una prueba específica que indique si una persona lo presenta.

Para hacer un adecuado proceso diagnóstico se debe conocer cómo se desenvuelve el niño en todos sus contextos. Por esta razón, es importante conocer la opinión tanto de los padres, como la de los maestros.

En un principio, a los padres se les realiza una entrevista en la que han de explicar de manera detallada los síntomas presentes. Asimismo, deben completar cuestionarios sobre estos para conocer el nivel de afectación en la funcionalidad.

Por otra parte, los maestros también son necesarios para tener un adecuado diagnóstico.

En varias ocasiones, son ellos los primeros que notan los problemas atencionales y/o hiperactividad.

Por tanto, ellos pueden notificar a los padres sobre las dificultades en el colegio. De igual manera, deben completar cuestionarios de los síntomas del TDAH y proporcionar informes escolares del estudiante.

La evaluación es fundamental. En este caso, es necesario que, por parte del neuropsicólogo, se realice una evaluación de las funciones cognitivas.

Hay que hacer un especial énfasis en los resultados obtenidos de las pruebas atencionales y funciones ejecutivas. De igual manera, es relevante hacer cuestionarios sobre la percepción que tiene la persona de los síntomas. Y, por último, hay que descartar problemas emocionales, como ansiedad y depresión.

Es importante considerar todos estos aspectos para hacer un diagnóstico preciso. Y es que, con ello se podrá realizar un correcto proceso de manejo de los síntomas. Adicionalmente, se puede informar tanto a padres como a maestros.

Conclusión

A pesar de que el TDAH es un término que se usa comúnmente, es un trastorno real. Afecta de manera significativa el desarrollo de los niños en sus diferentes contextos.

De igual modo, debido a las implicaciones que tiene a diario, perjudica la calidad de vida de los padres. Aunque no se conocen sus causas, hay múltiples factores que pueden propiciarlo. Asimismo, es importante aclarar que se pueden tener problemas atencionales y/o de hiperactividad.

Es relevante hacer un diagnóstico minucioso, teniendo en cuenta todas las variables y las afectaciones existentes. Recalcando, así, la importancia de abordar el tema tanto en casa como en la escuela. Además, es importante conocer los mejores tratamientos y estrategias para cada uno, de esta manera, los progresos se mantendrán a largo plazo.

Ahora, es crucial aclarar que a pesar de que el niño conviva con esta patología, esto no significa que deba tener un trato especial ni ser “etiquetado”.

Lo que necesitan las personas con este cuadro es una adecuada organización de entornos y actividades por parte de los padres y profesores. De esta manera, se podrán mejorar sus condiciones, aprendizaje y comportamiento.

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013)Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
  • Belloch, A., Sandin, B. y Ramos, F. (2009). Manual de psicopatología, Volumen II. McGraw-Hill.
  • Mas, C. (2009). El TDAH en la práctica clínica y psicológica. Clínica y Salud, 20(3), 249-259. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-52742009000300006
  • Serrano-Troncoso, E., Guidi, M. y Alda-Díez, J. (2013). ¿Es el tratamiento psicológico eficaz para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)? Revisión sobre los tratamientos no farmacológicos en niños y adolescentes con TDAH. Actas Españolas de Psiquiatría41(1), 44-51. https://medes.com/publication/79668