En el ámbito de la salud pública, la obesidad infantil representa un desafío creciente que trasciende lo meramente nutricional. Tocando las raíces mismas de las dinámicas familiares y comunitarias, cobra una dimensión aún más compleja en comunidades hispanas, donde factores como la inmigración, la desigualdad económica y la discriminación convergen para crear un caldo de cultivo en el que los riesgos de salud infantil se ven exacerbados. Veamos la importancia de abordar las experiencias adversas en la infancia (Adverse Childhood Experiences, ACEs, en inglés) de los padres para mejorar la salud infantil en comunidades vulnerables. Y así, prevenir la transmisión intergeneracional de la obesidad y sus consecuencias.
¿Qué son las experiencias adversas en la infancia?
Las ACEs incluyen eventos traumáticos como abuso, negligencia y disfunción familiar. Investigaciones previas han demostrado que estas experiencias pueden tener efectos duraderos en la salud mental y física.
Con ello, factores como la inmigración, discriminación y pobreza aumentan la exposición a ACEs. Esas condiciones desorganizan las redes de apoyo, limitan el acceso a recursos y erosionan la capacidad de los adultos para proteger y cuidar adecuadamente a sus hijos.
¿Hay mayor estrés en los padres?

Se reporta que existe una relación directa entre el número de ACEs que los padres han experimentado y niveles más altos de estrés parental. Así como una menor utilización de prácticas de crianza positivas. Específicamente, los progenitores con un mayor número de ACEs tienden a presentar mayores niveles de estrés en la crianza y una menor frecuencia de comportamientos parentales positivos (Lange et al., 2018).
Estrategias de crianza como mediadores
Al parecer, las ACEs en los padres están asociadas con estrategias de crianza menos efectivas para los hijos, como la falta de establecimiento de límites y comunicación deficiente. Dichas prácticas, a su vez, se correlacionan con comportamientos de salud no saludables en los niños, como una dieta inadecuada y la falta de actividad física. Algo que sugiere que las estrategias de crianza actúan como mediadores entre las experiencias pasadas de los padres y la salud actual de sus hijos.
Un ejemplo de ello se ve en el estudio de Lovan et al. (2004). Allí se encontró que las ACEs de los padres, especialmente aquellas relacionadas con el estrés en la comunicación durante las comidas y la estructura de las mismas, estaban asociadas con un mayor uso de prácticas de control parental sobre la alimentación de sus hijos. Específicamente, los padres que vivieron estrés en la dinámica familiar durante las comidas tienden a aplicar estrategias más controladoras en la alimentación de sus hijos.
Implicaciones de la transmisión intergeneracional de la obesidad

Los hallazgos resaltan la necesidad de intervenciones que aborden tanto las experiencias pasadas de los padres como sus prácticas de crianza actuales. Programas que incorporen terapia para padres y educación sobre estrategias de crianza sean efectivas para mejorar la salud infantil (por ejemplo, Nurse-Family Partnership o Triple P).
En este sentido, Sauder y Ritchie (2021) destacan la relevancia de las intervenciones prenatales y preconcepcionales como una vía para romper la transmisión intergeneracional de la obesidad y la diabetes. Ahora bien, aunque dichas intervenciones han mostrado reducciones modestas en la ganancia de peso gestacional y en la incidencia de diabetes gestacional, sus efectos a largo plazo en la salud infantil siguen siendo limitados.
Pero no es un destino fijo
Las ACEs y las prácticas de crianza inadecuadas constituyen factores de riesgo significativos para la obesidad infantil. Sin embargo, es crucial subrayar que no determinan irremediablemente el destino de un niño ni de su familia.
La transmisión intergeneracional de la obesidad y otros problemas de salud vinculados a la adversidad parental es, en efecto, un proceso dinámico. Y este es capaz de ser modificado a través de intervenciones adecuadas y apoyos contextualizados.
ACEs y resiliencia en los padres

Este constructo alude a la capacidad de los progenitores para reconocer, procesar y transformar sus propias ACEs. Lo anterior, desarticulando patrones de crianza que perpetúan el riesgo y, en su lugar, generando entornos de protección y apoyo emocional para sus hijos.
De hecho, diversos estudios señalan que, los padres que participan en programas de apoyo emocional, entrenamiento en parentalidad y desarrollo de habilidades de regulación emocional logran romper el círculo vicioso de la transmisión intergeneracional de riesgos. Siendo posible, incluso, en contextos de alta adversidad (Hall et al., 2023).
Así pues, aunque las ACEs y sus correlatos parentales aumentan el riesgo de obesidad infantil, no son condenas inmutables. En la intersección de la adversidad personal y la resiliencia comunitaria, emerge la posibilidad de transformar la trayectoria de salud de las nuevas generaciones. Demostrando, por ende, que la historia de un niño puede escribirse de nuevo con el acompañamiento adecuado.
Conclusión
Más allá de las estadísticas de peso y alimentación, la obesidad en la infancia revela las grietas emocionales y sociales que marcan la trayectoria de desarrollo de cada niño. Por ello, resulta esencial mirar más allá de la dieta y la actividad física para comprender cómo las experiencias pasadas de los padres, especialmente las ACEs, influyen en las estrategias de crianza que adoptan. Y, en última instancia, en la transmisión intergeneracional de la obesidad. Explorar estas conexiones invisibles, pero determinantes, es clave para diseñar intervenciones que no solo aborden el síntoma (el exceso de peso), también las causas profundas que lo perpetúan.
Referencias bibliográficas
- Hall, A., West, X., Brown, M., Hall, E., Kim, E., Leib, A., Mergaman, P., Salih, Z. y Aronoff, S. (2023). Association of Adverse Childhood Experiences and Resilience With Obesity, High Blood Pressure, and Parental Report of Behavioral Health Symptoms in Children: A Cross Sectional Study. Global pediatric health, 10, 2333794X231159518. https://doi.org/10.1177/2333794X231159518
- Lange, B. C. L., Callinan, L. S. y Smith, M. V. (2018). Adverse Childhood Experiences and Their Relation to Parenting Stress and Practices. Community Mental Health Journal, 55(4), 651-662. https://doi.org/10.1007/s10597-018-0331-z
- Lovan, P., Saez-Clarke, E., Graefe, B., Messiah, S. E. y Prado, G. (2024). Parent childhood experiences, parenting strategies, and youth health-related outcomes in Hispanic families with unhealthy weight: An intergenerational study. Eating Behaviors, 53, 101870. https://doi.org/10.1016/j.eatbeh.2024.101870
- Sauder, K. A. y Ritchie, N. D. (2021). Reducing intergenerational obesity and diabetes risk. Diabetologia, 64(3), 481-490. https://doi.org/10.1007/s00125-020-05341-y