Durante esta etapa crucial del desarrollo infantil, los niños comienzan a comprender y experimentar una amplia gama de emociones y desarrollar habilidades emocionales que les ayudarán a navegar por el mundo de una manera saludable y exitosa. Como ya sabemos, un desarrollo emocional saludable puede tener un impacto significativo en el bienestar y la adaptación social a lo largo de la vida. Para ello, es fundamental que los cuidadores presten atención a las necesidades emocionales de los niños en esta etapa y proporcionen un entorno emocionalmente seguro y positivo para apoyar su crecimiento y desarrollo. Veamos por qué es importante cuidar el desarrollo de las emociones de los niños en dicha edad, así como las estrategias y prácticas que pueden ayudar a apoyar un desarrollo emocional saludable.

Desarrollo emocional de los 5 a 6 años

Antes de nada, es importante recordar que no todos los niños desarrollan las mismas habilidades a la misma velocidad. Factores como el entorno familiar, las interacciones sociales y las experiencias personales juegan un papel determinante en el ritmo de su desarrollo.

Conciencia, empatía y justicia

Desarrollo emocional de los 5 a 6 años: ¿Qué ocurre?

El niño en este periodo va necesitando de manera progresiva menos ayuda en sus actividades diarias. Además, disfruta interactuando con personas adultas y participando en juegos con otros niños. Experimentando, asimismo, un rápido avance en su capacidad lingüística.

Durante la transición de los cinco a los seis años, hay un aprendizaje importante con respecto a otros años, tanto la adquisición de una mayor conciencia de sí mismos y de los demás, como el sentido de empatía y justicia. Este progreso no solo refuerza su autoestima, sino que también sienta las bases para establecer relaciones más equilibradas y respetuosas en el futuro.

Hitos del desarrollo emocional

A los 5 y 6 años, puede seguir reglas e instrucciones simples. Junto a esto, aprende habilidades sociales para adultos, como elogiar y disculparse por errores involuntarios. Por otro lado, empiezan a preferir pasar más tiempo en grupos de compañeros y relacionarse con un grupo de amigos. El juego imaginativo se vuelve más complejo, y puede comenzar a jugar a vestirse y hacer realidad sus fantasías (Malik y Marwaha, 2022). 

Asimismo, recordemos que los niños comienzan a exhibir procesos inhibitorios alrededor de los 4 años, con mejoras significativas que ocurren alrededor de los 6 años y continúan hasta el final de la adolescencia. Otro punto importante es que a los 6 años son ya capaces de entender que la emoción es menos intensa si se deja de pensar en el “hecho” que la provocó.

La empatía cognoscitiva

A esta edad, comienza a asentarse la etapa de la empatía cognoscitiva. Es decir, la capacidad de ver cosas desde la perspectiva de la otra persona y actuar en consecuencia.

Así pues, las capacidades relacionadas con la adopción de una perspectiva le permiten al niño saber cuándo acercarse a un amigo que está triste, por ejemplo, y cuándo dejarlo tranquilo.

En tal etapa, aprenden también que no requieren de comunicación emocional (tal como el llanto), porque ya ha desarrollado un punto de referencia o modelo interno respecto de cómo puede sentirse una persona en una situación de congoja, ya sea que lo demuestre o no.

¿Qué tienen que considerar los cuidadores para promover el desarrollo emocional?

La importancia del contexto familiar es claramente evidente, y este es el punto de partida para cualquier forma de intervención. Es importante recordar que los adultos siguen siendo los pilares de referencias del menor. Por ello, se han de tener en cuenta tres mecanismos significativos (Thümmler et al., 2020):

  • Aprendizaje observacional: Cada año que pasa, el reflejo del propio comportamiento se está volviendo más importante. Así, los padres son un modelo a seguir para los niños a través de cómo expresan sus propias emociones y su comportamiento cuando lidian con las emociones.
  • Prácticas de crianza relacionadas con las emociones: Las reacciones de los padres a las emociones positivas y negativas de sus hijos están relacionadas con la idoneidad de la regulación de las emociones de los pequeños.
  • Clima emocional de la familia: La crianza de los niños basada en la aceptación, el apoyo, el afecto y la comprensión parece tener un impacto óptimo en su desarrollo emocional.

Pautas básicas de desarrollo emocional

Algunas indicaciones a tener en cuenta son (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades [CDC]):

  • Demostrar afecto, reconociendo los logros.
  • Ayudar a desarrollar el sentido de la responsabilidad. Por ejemplo, pidiendo al pequeño ayuda con las tareas del hogar, como poner la mesa. En esto también influye el sentido de la independencia. Por lo que se vuelve importante respetar las elecciones del niño, a menos que pongan en peligro la seguridad o la salud. 
  • Hablar sobre la escuela, amigos y cosas que desearía hacer en el futuro. Esto le transmite que el adulto está interesado en él.
  • Conversar con el pequeño sobre el respeto hacia los demás. Animándolo a ayudar a las personas más necesitadas.
  • Ayudarle a establecer metas alcanzables. De esta manera, aprenderá a sentirse orgulloso de sus logros, y a depender menos de la aprobación y el reconocimiento de los demás.
  • Enseñarle a ser paciente. Por ejemplo, a esperar su turno y terminar una tarea antes de ir a jugar. Esto sin olvidar invitarle a que piense en las posibles consecuencias antes de hacer algo.
  • Poner reglas claras y respetarlas. Por ejemplo, establecer por cuánto tiempo puede ver la televisión y a qué hora tiene que acostarse.
  • Hacer cosas divertidas en familia, como participar en juegos, leer y asistir a eventos en la comunidad.
  • Involucrarse en la escuela. Esto es, reunirse con los maestros y el personal escolar para entender sus objetivos de aprendizaje y saber cómo trabajar juntos para ayudar a que el niño logre los objetivos.
  • Ayudar al pequeño a enfrentar nuevos retos. Animándole a resolver por sí solo sus problemas, como los desacuerdos con otros niños. Lo que hará que se sienta motivado y persevere.

Conclusión

El desarrollo emocional de los niños de 5 a 6 años es un aspecto clave del desarrollo infantil que puede tener un impacto significativo en su bienestar y adaptación social a largo plazo. Y es que, durante esta etapa, los niños comienzan a desarrollar una comprensión más sofisticada de las emociones y a experimentar una mayor diversidad y complejidad emocional.

Por lo tanto, es importante que los cuidadores se centren en proporcionar entornos emocionalmente seguros y fomentar habilidades emocionales positivas, como la regulación emocional, empatía y resolución de conflictos, a fin de apoyar un desarrollo de las emociones saludable en el niño y una adaptación social exitosa en la vida adulta.

Referencias bibliográficas

  • Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. (22 de febrero de 2021). Niñez mediana (6 a 8 años). Recuperado de: https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/childdevelopment/positiveparenting/middle.html
  • Malik, F. y Marwaha, R. (2022). Developmental Stages of Social Emotional Development In Children. StatPearls Publishing.
  • Thümmler, R., Engel, E. M. y Bartz, J. (2022). Strengthening Emotional Development and Emotion Regulation in Childhood-As a Key Task in Early Childhood Education. International journal of environmental research and public health19(7), 3978. https://doi.org/10.3390/ijerph19073978