La rumiación visual, un fenómeno donde las imágenes mentales negativas se repiten involuntariamente, desempeña un papel crucial en la psicopatología infantil y adolescente. Lo dicho se debe a que tales representaciones no solo afectan el estado emocional, sino que también influyen en el desarrollo y mantenimiento de algunos trastornos psicológicos. A continuación exploraremos cómo funciona, su impacto en la salud mental y las perspectivas terapéuticas para abordarla.

Antes que todo, ¿qué es la rumiación visual?

Rumiación visual, imágenes mentales negativas

Se trata de un proceso cognitivo en el que las personas experimentan imágenes mentales negativas de manera repetitiva e involuntaria. Pudiendo ser de eventos pasados o futuros, se convierten en una especie de eco mental constante, y terminan por afectar el estado emocional y el funcionamiento diario de quienes las experimentan.

Procesos cognitivos asociados

En tal sentido, la rumiación visual implica una secuencia compleja de procesos mentales descritos en el marco de la imaginería visual. Estos incluyen la generación, el mantenimiento, la inspección y la transformación de imágenes mentales.

Por una parte, la generación de imágenes puede depender de información almacenada en la memoria autobiográfica, mientras que el mantenimiento se ve afectado por la dificultad para desenganchar la atención de contenido emocionalmente negativo. Por otra parte, la inspección refiere a la exploración interna de las imágenes, mientras que la transformación alude a la capacidad de modificarlas voluntariamente. En personas con psicopatologías, dicho sistema se ve comprometido, favoreciendo la aparición de imágenes intrusivas, persistentes y cargadas de malestar (Pearson et al., 2013).

Rumiación visual y psicopatología

Rumiación visual, imágenes mentales negativas

Siguiendo lo mencionado, la susodicha experiencia desempeña un papel significativo en la psicopatología infantil y adolescente. Diversos estudios han demostrado que las imágenes mentales negativas están estrechamente relacionadas con la aparición y mantenimiento de trastornos psicológicos. Por ejemplo, en la depresión, la rumiación visual contribuye a la persistencia de pensamientos negativos y a la tristeza profunda. A su vez, en la ansiedad, las representaciones anticipatorias generan un estado constante de preocupación y miedo (Schwarz et al., 2020).

El caso de la depresión

De hecho, el trastorno depresivo se ha asociado con la presencia de imágenes mentales negativas que contribuyen a la persistencia de, justamente, los síntomas depresivos. En una investigación, se encontró que los adolescentes con depresión experimentan una mayor frecuencia de representaciones negativas en comparación con sus pares sanos. De tal manera, las imágenes se encuentran relacionadas con pensamientos autocríticos y desesperanza, lo que refuerza el ciclo de la depresión.

Ansiedad generalizada y flash-forwards

En la ansiedad, la rumiación suele tomar la forma de imágenes mentales anticipatorias conocidas como prolepsis (o flash-forwards, en inglés) que, al ser generalmente catastróficas, alimentan un estado persistente de preocupación y temor. Así, la tendencia a visualizar el peor desenlace no solo mantiene activa la ansiedad, sino que también interfiere con la capacidad de habitar el presente.

De hecho, un estudio reciente halló que los adolescentes con ansiedad generalizada presentan una mayor frecuencia de flash-forwards negativos en comparación con sus pares que no padecen tal afección. En consecuencia, se hace presente el aumento de sus síntomas, lo que dificulta aquellos momentos de relajación o disfrute.

¿Y el trastorno de estrés postraumático?

Rumiación visual, imágenes mentales negativas

En el caso del TEPT, la rumiación visual suele manifestarse mediante imágenes intrusivas que remiten directamente al evento traumático. Al reactivar la experiencia vivida, intensifican la angustia emocional del sujeto. Precisamente, a partir de la presente dinámica, diversos estudios han señalado un patrón característico: los adolescentes con TEPT tienden a experimentar escenas más vívidas y frecuentes que quienes no presentan el trastorno. Como consecuencia, es común que los individuos desarrollen conductas de evitación frente a situaciones o estímulos que desencadenen recuerdos perturbadores.

Algunas perspectivas terapéuticas

La comprensión de la rumiación visual en la psicopatología infantil y adolescente ha llevado al desarrollo de enfoques terapéuticos específicos. Por ejemplo, las intervenciones que abordan las imágenes mentales negativas han demostrado ser efectivas en la reducción de los síntomas y la mejora del bienestar emocional. En este sentido, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha sido ampliamente utilizada para abordar dicha experiencia en la depresión y la ansiedad.

Asimismo, la terapia de exposición y prevención de respuesta (Exposure and Response Prevention Therapy, EPR, en inglés) ha sido utilizada con éxito en el tratamiento de esta experiencia en el TEPT. Al implicar la exposición gradual en un entorno seguro y controlado, permite que el individuo procese el trauma y reduzca la ansiedad asociada con las imágenes intrusivas.

Finalmente, la técnica de reescritura de imágenes (Imagery Rescripting, en inglés) es utilizada para modificar las representaciones mentales negativas. Consiste en guiar al paciente para que reescriba sus elementos persistentes, transformándolos en escenas más positivas y adaptativas. En particular, ha demostrado ser efectiva en la reducción de la rumiación visual y la mejora de los síntomas en diversos trastornos psicológicos.

Repensemos lo que imaginamos

Sin dudas, la repetición de imágenes mentales no solo afecta el estado emocional, también influyen en el desarrollo y mantenimiento de psicopatologías como la depresión, ansiedad y trastornos de estrés postraumático. Por ello, comprender cómo funciona esta experiencia y su impacto en la salud mental es fundamental para desarrollar intervenciones terapéuticas efectivas.

En tal sentido, las terapias que abordan las representaciones negativas han demostrado ser prometedoras en la reducción de síntomas y la mejora del bienestar emocional. Así, se destaca la importancia de continuar investigando y desarrollando enfoques terapéuticos que consideren la rumiación visual como un componente clave en el tratamiento e intervención.

Referencias bibliográficas

  • Schwarz, S., Grasmann, D., Schreiber, F. y Stangier, U. (2020). Mental imagery and its relevance for psychopathology and psychological treatment in children and adolescents: a systematic review. International Journal of Cognitive Therapy, 13(3), 303-327. https://doi.org/10.1007/s41811-020-00092-5
  • Pearson, D. G., Deeprose, C., Wallace-Hadrill, S. M. A., Burnett Heyes, S. y Holmes, E. A. (2013). Assessing mental imagery in clinical psychology: A review of imagery measures and a guiding framework. Clinical Psychology Review, 33(1), 1-23. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2012.09.001