La claustrofobia, un temor intenso a espacios cerrados, se entrelaza con la ansiedad, afectando en la experiencia médica y cotidiana. Este miedo puede manifestarse durante procedimientos médicos, como resonancias magnéticas, generando desafíos en la atención médica. La ansiedad, como un aliado perfecto, amplifica las repercusiones emocionales. Veamos cómo la claustrofobia y la ansiedad convergen, afectando la calidad de vida. ¿Cómo impacta la claustrofobia en la salud mental y física de las personas? ¿Qué implicaciones aparecen a la hora de las afecciones médicas?

Pero primero… ¿Qué es la claustrofobia?

La claustrofobia, miedo intenso a espacios cerrados o confinados, presenta un desafío sustancial durante las exploraciones de resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI, en inglés). Un temor que puede desencadenar sensaciones de asfixia y confinamiento en lugares reducidos, como el orificio de un escáner de MRI, afectando a aproximadamente el 2,3% de las personas. Para abordar la ansiedad asociada, hasta se recurre a estrategias como la sedación, aunque esto puede ralentizar el proceso y generar costos adicionales.

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Con respecto a lo anterior, curiosamente, estudios revelan tasas más altas de claustrofobia en imágenes de cabeza y cuello. Posiblemente, debido al uso de bobinas cercanas a la cabeza del sujeto.

Sumado a esto, la demografía, por su parte, también desempeña un papel, con mayor riesgo entre personas de mediana edad y mujeres. Desvelando un fenómeno que no deja de destacar la necesidad de enfoques más eficientes y personalizados para mitigar la claustrofobia en la MRI. Garantizando, así, un proceso más fluido y menos impacto en los individuos (Nguyen et al., 2020).

¿Y su relación con la ansiedad?

Aunque la claustrofobia se clasifica como un trastorno de ansiedad, el entorno de resonancia magnética también desencadena otras formas de ansiedad subjetiva. Si bien la claustrofobia no siempre interrumpe la exploración, puede contribuir a diversas manifestaciones de ansiedad. Véanse la insatisfacción, retrasos o, como comentábamos, la necesidad de sedación. Incluso cuando la mayoría de las personas completan la MRI, hasta el 37% informa niveles moderados a altos de ansiedad antes del procedimiento.

Esta ansiedad se relaciona con factores como la constricción espacial, ruido, duración del examen y temperatura. Ahora, ante todo esto, informar a las personas sobre qué esperar antes de la exploración puede reducir significativamente los niveles de ansiedad. Lo que destaca la importancia de la comunicación efectiva en entornos médicos (Nguyen et al., 2020).

Claustrofobia como trastorno de ansiedad específico

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés) no incluye un diagnóstico específico para la claustrofobia como entidad independiente. Sin embargo, la claustrofobia puede estar vinculada a trastornos de ansiedad.

Así, este cuadro podría asociarse principalmente con el trastorno de ansiedad, en especial el trastorno de ansiedad específica, que es un trastorno que implica un miedo intenso y específico a situaciones o cosas particulares. Ahora, para que la claustrofobia se considerara un trastorno, debería cumplir con los criterios generales para los trastornos de ansiedad especificados en el DSM-5, como una interferencia significativa en la vida diaria y la presencia de síntomas ansiosos marcados.

Desafíos en la resonancia magnética

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Los avances tecnológicos han potenciado la capacidad de visualizar la anatomía y patología in vivo, siendo la resonancia magnética una herramienta clave en el diagnóstico. Con, aproximadamente, 39 millones de resonancias magnéticas realizadas anualmente en los Estados Unidos (EE. UU.), la MRI es esencial en diversas evaluaciones clínicas.

Sin embargo, los protocolos clínicos suelen requerir tiempos prolongados de inmovilidad en un entorno cerrado, lo que puede desencadenar claustrofobia y ansiedad, afectando la calidad de las imágenes. Con esto, sobra decir que la ansiedad e intolerancia al entorno de la resonancia magnética plantean desafíos significativos para el flujo de trabajo eficiente en la obtención de imágenes de alta calidad (Nguyen et al., 2020).

Veamos una situación concreta

Mismamente, la intolerancia a los yesos en personas con lesiones en las extremidades, que puede generar dolor persistente sin causa fisiológica identificable. Un fenómeno que conlleva visitas médicas más frecuentes, insomnio y menor satisfacción del paciente.

A. R., una mujer de 32 años, ha experimentado síntomas debilitantes de claustrofobia severa y una intolerancia extrema hacia los yesos desde hace tres años, justo después de sufrir una fractura en su pierna derecha que necesitó ser inmovilizada con dicho material. Desde entonces, enfrenta ataques de pánico desencadenados por la proximidad a espacios cerrados y objetos de yeso, lo que ha generado una marcada disminución en su calidad de vida.

Estos episodios de ansiedad han afectado significativamente su capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas, como viajar en ascensores, estar en habitaciones pequeñas o visitar lugares donde pueda encontrarse con yeso. Además, A. R. enfrenta dificultades laborales y sociales, ya que su miedo a los espacios confinados y los objetos de yeso ha limitado sus interacciones con otras personas y ha afectado su rendimiento en el trabajo. Además, se muestra incapaz de someterse a resonancias magnéticas u otros procedimientos médicos que impliquen permanecer en espacios cerrados por períodos prolongados, lo que dificulta aún más cuaquier tratamiento médico.

Lo cierto es que, aunque las causas precisas de esta intolerancia no están completamente estudiadas, factores como la claustrofobia, el miedo a la asfixia y la restricción pueden contribuir significativamente. Tales desafíos pueden resultar en procedimientos y tratamientos innecesarios, afectando negativamente a ambas partes involucradas.

¿Personas con yeso y claustrofobia?

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Para contextualizar, en un estudio con 199 participantes, el 4% cumplió los criterios de intolerancia al yeso. Y, como en este cuadro no puede ser de otra forma, estos últimos, acabaron mostrando reducción significativa post-retiro, indicando disminución de la ansiedad (Urch et al., 2020).

Ansiedad frente al dolor

Indagando más, aunque no se encontró una relación entre la claustrofobia y la intolerancia al yeso, se observaron correlaciones significativas entre la ansiedad y el dolor. En el grupo tolerante, las puntuaciones de dolor inicial y final correlacionaron positivamente con la ansiedad final, indicando una posible influencia del dolor en el aumento de la ansiedad.

Por otro lado, en el grupo intolerante, se evidenció una correlación negativa entre el dolor inicial y las puntuaciones finales de ansiedad, sugiriendo una asociación entre el dolor y la ansiedad para las personas. Hallazgo que no dejan de destacra la importancia de un enfoque multidisciplinario para abordar aspectos no fisiológicos del dolor y mejorar los resultados del paciente.

Conclusión

En conclusión, la intersección de la claustrofobia y la ansiedad plantea desafíos significativos, destacando la importancia de abordar estos temores en la atención médica. La comprensión de la conexión entre la ansiedad y la intolerancia a espacios cerrados es crucial para mejorar la calidad de vida de quienes experimentan dichos temores. Pero con estrategias adaptativas y un enfoque multidisciplinario, se puede mitigar los impactos negativos y fomentar entornos de atención más comprensivos. Para aprender más sobre este cuadro y sus bases neuropsicológicas, te recomendamos nuestro curso en ansiedad.

Referencias bibliográficas

  • Hudson, D., Heales, C. y Meertens, R. (2022). Review of claustrophobia incidence in MRI: A service evaluation of current rates across a multi-centre service. Radiography, 28(3), 780-787. https://doi.org/10.1016/j.radi.2022.02.010
  • Kogias, N., Geurts, D. E. M., Krause, F., Speckens, A. y Hermans, E. J. (2023). Study Protocol for a randomised controlled trial investigating the effects of mindfulness based stress reduction on stress regulation and associated neurocognitive mechanisms in stressed university students: the MindRest Study. BMC Psychology, 11(1). https://doi.org/10.1186/s40359-023-01220-4
  • Nguyen, X. V., Tahir, S., Bresnahan, B. W., Andre, J. B., Lang, E. V., Mossa‐Basha, M., Mayr, N. A. y Bourekas, E. C. (2020). Prevalence and financial impact of claustrophobia, anxiety, patient motion, and other patient events in magnetic resonance imaging. Topics in Magnetic Resonance Imaging, 29(3), 125-130. https://doi.org/10.1097/rmr.0000000000000243
  • Urch, E., Kim, J. M., Rancy, S. K., Saltzman, E. B., Lee, S. K. y Wolfe, S. W. (2020). Association of claustrophobia and anxiety with cast intolerance in patients with extremity injuries. HSS Journal, 16(S2), 383-393. https://doi.org/10.1007/s11420-020-09763-7