La agresión constituye un fenómeno emocional y conductual de alta relevancia clínica y social. Si bien sentir ira comprende funciones adaptativas, cuando se manifiesta de forma crónica o desregulada, puede derivar en consecuencias graves para uno mismo como para otros. En este contexto, distintas intervenciones psicoterapéuticas se han propuesto como alternativas para el manejo de tales síntomas. Una de las más estudiadas es la Terapia Dialéctica Conductual (Dialectical Behavior Therapy, DBT, en inglés). A continuación, analizamos qué dice la evidencia científica sobre la utilidad de la DBT en la ira como tratamiento específico.
DBT: Un enfoque centrado en la regulación emocional
La DBT es una intervención psicoterapéutica que combina principios de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) con prácticas de atención plena y filosofía dialéctica. A partir de ello, su foco principal es la regulación emocional. Inicialmente, fue diseñada para personas con trastorno límite de la personalidad (TLP).
Sin embargo, en los últimos años se adaptó con éxito a múltiples poblaciones clínicas. En consecuencia, recientemente ha ido creciendo el interés por explorar su efecto en síntomas específicos, como la ira y las conductas agresivas.
Ira y agresión: ¿Por qué abordarlas?
El enfado desregulado no solo impacta en el bienestar emocional de quienes lo padecen, sino que también se asocia a riesgos para la salud, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión y mortalidad prematura. Además, es uno de los principales desencadenantes de conductas agresivas, las cuales representan un problema de salud pública con implicancias sociales, económicas y psicológicas.
En la misma línea, la agresión tiende a manifestarse de manera verbal o física, y en contextos variados, desde el ámbito doméstico hasta instituciones educativas o penitenciarias. Por lo tanto, tratar adecuadamente la ira, podría reducir también la probabilidad de actos agresivos. Así, explorar tratamientos eficaces para dichos síntomas se vuelve fundamental. En este marco, la relación entre DBT y la ira ha ganado interés en la literatura científica.
Un nuevo metaanálisis: ¿Qué investigaron los autores?
Con el fin de evaluar rigurosamente la eficacia de la DBT en la reducción de la ira, un grupo de investigadores de la Temple University llevó adelante un metaanálisis que incluyó 34 estudios publicados entre 1994 y 2022. Se seleccionaron ensayos empíricos que utilizaran la DBT (en su formato estándar o adaptado) e incluyeran al menos un indicador de agresión. En total, la muestra combinada fue de 2.536 participantes de diferentes edades y diagnósticos clínicos.
Ahora bien, ¿funciona la DBT para reducir la ira?
Los hallazgos fueron contundentes en relación con la ira. En efecto, se encontró una reducción significativa del mencionado síntoma en los participantes que realizaron DBT, con un tamaño del efecto pequeño pero robusto. El resultado se mantuvo constante, independientemente del diseño del estudio (ya fuera controlado o no), del diagnóstico principal (por ejemplo, TLP, depresión, trastornos de conducta) y del sexo o edad de los participantes.
Otro de los aspectos más relevantes fue que la duración del tratamiento actuó como un moderador significativo. Es decir, cuanto más largo fue el proceso terapéutico, mayor fue la reducción en los niveles de ira. Lo anterior refuerza la idea de que la DBT necesita tiempo para consolidar los cambios en las habilidades emocionales que enseña.
¿Y que ocurrió en cuánto a la agresión?
Con respecto a la agresión, los resultados de la DBT fueron más ambiguos. Aunque se observó una tendencia hacia la reducción de comportamientos agresivos, no alcanzó significación estadística. Lo antedicho sugiere que, si bien podría haber un efecto positivo, aún no se cuenta con suficiente evidencia sólida para afirmarlo con certeza.
Una posible explicación para la diferencia entre los resultados en ira y agresión es la naturaleza multicausal de esta última. Es decir, mientras que la ira suele vincularse a la desregulación emocional (uno de los núcleos abordados por la DBT), la agresión puede responder también a factores instrumentales o proactivos (como obtener poder o controlar a otro), que requieren otro tipo de intervenciones.
¿Qué explican estos hallazgos?
La efectividad de la DBT en la reducción de la ira resulta explicable por su foco central en la regulación emocional. En efecto, al enseñar a las personas a identificar, comprender y modular sus emociones, disminuye la intensidad y duración de estados afectivos como la ira.
En cambio, con respecto a la agresión, el tratamiento con DBT requeriría reforzar elementos específicos según el tipo de conducta y su función. Esto no implica que dicha terapia no sea útil, sino que su eficacia en tal dominio depende, en gran medida, de cómo se adapte y a quién se dirija.
Limitaciones y próximos pasos
La revisión presenta algunas limitaciones que deben considerarse. Por un lado, la heterogeneidad de las intervenciones incluidas (estándar versus adaptaciones), así como de las medidas utilizadas, dificulta la comparación directa entre estudios. También es importante mencionar que muchos de los ensayos no controlaron el uso de psicofármacos, lo que podría haber influido en los resultados. En último lugar, la distinción entre agresión reactiva y proactiva no fue evaluada en la mayoría de los estudios incluidos, lo que es capaz de alterar directamente los resultados.
Un recurso prometedor para la regulación de la ira
La DBT ha demostrado ser una herramienta efectiva para reducir la ira en personas con distintos perfiles clínicos. Su abordaje centrado en las emociones, la práctica constante y la enseñanza de habilidades específicas parece ser clave en su impacto positivo. Aunque los resultados en agresión aún no son concluyentes, existen indicios alentadores que merecen explorarse más a fondo.
Así, la relación entre DBT y la ira se consolida como una de las áreas con mayor potencial terapéutico. En un contexto donde la ira desregulada afecta la salud y la convivencia, contar con intervenciones eficaces y adaptables es fundamental. En este sentido, para seguir profundizando te invitamos a nuestro curso sobre desregulación emocional y DBT.
Referencia bibliográfica
- Ciesinski, N. K., Sorgi-Wilson, K. M., Cheung, J. C., Chen, E. Y. y McCloskey, M. S. (2022). The effect of dialectical behavior therapy on anger and aggressive behavior: A systematic review with meta-analysis. Behaviour Research and Therapy, 154, 104122. https://doi.org/10.1016/j.brat.2022.104122