Las funciones ejecutivas han sido un tema altamente debatido en la comunidad científica. Debido a que no se tiene un consenso aceptado, se manejan distintos conceptos dependiendo del modelo que se utilice. Por lo tanto, muchos modelos cognitivos no coinciden con las bases neurológicas o viceversa. De hecho, hasta el día de hoy, no conocemos por completo los mecanismos cerebrales, específicamente de la región prefrontal y su funcionamiento ejecutivo. Conozcamos más sobre el cerebro ejecutivo.

Historia de las funciones ejecutivas

Antes de la mitad del siglo XIX, no se sabía nada sobre la región prefrontal y su funcionamiento, se la consideraba el lóbulo “mudo”.

Esto cambió en 1840, con el accidente de Phineas Gage, un constructor de rieles de ferrocarril que fue atravesado por una vara de hierro.

La trayectoria de esta siguió el pómulo izquierdo de la cara hasta la parte superior de la cabeza. En consecuencia, se destrozó la mayor parte de su lóbulo frontal izquierdo.

Phineas sobrevivió y, después de un período de recuperación, manifestó cambios radicales de comportamiento y personalidad. Así, los cambios produjeron que fuera más desinhibido e hiperactivo.

Como resultado, se inició el estudio sobre la compresión del funcionamiento de la región prefrontal. Sin embargo, el concepto de funciones ejecutivas no fue acuñado hasta 100 años después de este extraordinario caso.

Definición de las funciones ejecutivas

A las funciones ejecutivas también se las denomina control ejecutivo o control cognitivo. Son un conjunto de habilidades del cerebro para regular sus propios procesos, usando estructuras del lóbulo frontal (Eisenreich et al., 2017).

Sobre todo, estas funciones tienen el objetivo de generar, supervisar, regular, ejecutar y ajustar adecuadamente las conductas. Consecuentemente, buscan alcanzar objetivos complejos como la resolución de problemas novedosos que requieren recursos creativos (Tirapu-Ustárroz et al., 2017).

Componentes de las funciones ejecutivas

Hoy en día, en la literatura científica existen muchos modelos que hablan de  los componentes ejecutivos. Por motivos prácticos, utilizaremos el modelo cognitivo de Tirapu-Ustárroz et al. (2017), basado en un análisis factorial. Dentro de este modelo de cerebro ejecutivo los componentes son:

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  • Memoria de trabajo: Es la habilidad para manipular y organizar información en la memoria a corto plazo y poder trabajar con ella.
  • Flexibilidad cognitiva: Es la capacidad para cambiar la perspectiva espacial o interpersonal por medio de la alternancia atencional.
  • Inhibición: Esta función implica tres procesos. En primer lugar, la supresión de comportamientos automáticos. El segundo, la resistencia a estímulos distractores mientras se realiza una tarea. Por último, encontramos la tarea de resistir a trazos de memoria que impiden el procesamiento eficiente de información relevante.
  • Control atencional: Involucra la organización ejecutiva de todos los procesos atencionales.
  • Velocidad de procesamiento: Refiere a la cantidad de información procesada en un determinado tiempo.
  • Fluidez verbal: Es la capacidad para realizar procesos ejecutivos y estrategias para la búsqueda de palabras.
  • Planificación: Interviene antes de llevar a cabo la acción al realizar pruebas de resolución de problemas.
  • Toma de decisiones: Se define como el control de una acción basado en el valor del incentivo, utilizando procesos cognitivos y emocionales.

Uso de las funciones ejecutivas

El principal objetivo de las funciones ejecutivas es resolver problemas y ejecutar actividades complejas. Es por esto que, evolutivamente, el crecimiento del prefrontal en el homínido coincide con el desarrollo de la invención de herramientas y objetos culturales cada vez más elaborados y complejos.

Por ende, la creatividad y la invención humana están estrechamente ligadas al cerebro ejecutivo (Goldstein y Naglieri, 2014).

Hoy en día, las investigaciones en imagenología funcional cerebral muestran que parte de las actividades cotidianas son llevadas a cabo por las funciones ejecutivas.

Como resultado, el prefrontal se encarga de coordinar y concatenar las funciones cognitivas básicas para enfrentar un objetivo complejo.

Se llega a esta conclusión debido a que muchas personas que solo presentan daños en esta área, mantienen funciones básicas y responden correctamente a las evaluaciones de las funciones cognitivas, como la memoria y atención.

Sin embargo, a la hora de realizar una actividad funcional, como cocinar o conducir, evidencian múltiples dificultades.

Muchas de estas coinciden con las características de los componentes ejecutivos, como la planificación o control atencional.

Conclusión

Las funciones ejecutivas son una serie de componentes cognitivos presentes en el área prefrontal del cerebro. Su principal objetivo es llevar a cabo tareas complejas y demandantes, pues son parte esencial de la funcionalidad de la persona.

En consecuencia, son también vitales en el progreso tecnológico y cultural de la humanidad debido a la relación entre creatividad y funciones ejecutivas.

Sin duda, son parte de las cualidades que nos separan de la mayoría de los animales y nos hace humanos. Por encima de todo, nos posibilitan el poder contemplar nuestro futuro y pasado y elegir lo que queremos en nuestras vidas.

Referencias bibliográficas

  • Diamond, A. (2013). Executive Functions. Annual Review of Psychology64(1), 135-168. Doi: 10.1146/annurev-psych-113011-143750
  • Eisenreich, B. R., Akaishi, R. y Hayden, B. Y. (2017). Control without Controllers: Toward a Distributed Neuroscience of Executive Control. Journal of Cognitive Neuroscience29(10), 1684-1698. Doi: 10.1162/jocn_a_01139
  • Goldstein, S. y Naglieri, J. A. (2014). Handbook of executive functioning. Springer.
  • Rajah, M. N. y D’Esposito, M. (2005). Region-specific changes in prefrontal function with age: A review of PET and fMRI studies on working and episodic memory. Brain: a journal of neurology, 128(Parte 9), 1964-1983.  Doi: 10.1093/brain/awh608
  • Tirapu-Ustárroz, J., Cordero-Andrés, P., Luna-Lario, P. y Hernáez-Goñi, P. (2017). Propuesta de un modelo de funciones ejecutivas basado en análisis factoriales. Revista Neurología, 64(02), 75-84. Doi: 10.33588/rn.6402.2016227